─Chapter; T H I R T Y S E V E N.

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𝐂𝐎𝐌𝐀.

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❝Seamos sinceros en esta vida;
aquellas estrellas en el cielo son
 representaciones de nuestro amor.❞

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𝕼𝖚𝖊𝖗𝖎𝖉𝖔 𝕯𝖎𝖆𝖗𝖎𝖔

El dolor de la ausencia duele más de lo que alguna vez llegamos a imaginar, a veces por nuestro egoísmo perdemos a nuestros seres amados, otras veces por el miedo las terminamos alejando y al final de todo, cuando la tormenta inerte y enorme, que avanza destruyendo todo a su paso, llega de una manera efímera y monótona sentamos cabeza, haciendo vernos que no todo en el mundo es para siempre, que los sueños se rompen, que la vida duele y que el ahora, ya no está aquí conmigo, que ya no existe y que en mi interior seguimos sin entender lo que la vida nos tiene preparado más adelante, no entendemos porque el sol quema, porque el viento sopla, porque los pájaros cantan y porque amar duele, rompe, destruye pero también llena el corazón de ilusiones enorme y firme.

Ahora solo quedaba hacerme a la idea de que el ya no estaba aquí, que la persona que amo, que me apoyado, me hizo cuestionarme de mi vida, de mis decisiones, ideas e ideologías; se había marchado. Sin dejar rastro, sin nada, pero su ser era lo que faltaba, porque su cuerpo se encontraba aquí conmigo. Klaus estaba en coma, por así decirlo, han pasado dos meses y él no ha despertado, hicimos viajes ancestrales, volvimos al más allá a ver si se encontraba por algún lado; él no está.

Ahora solo era cuestión de esperar, de ver que pasara cuando todo esto termine, cuando el dolor termine de sanar y cuando nos demos cuenta de que la vida ya no es igual que antes.

𝖁𝖎𝖈𝖙𝖔𝖗𝖎𝖆 𝕾𝖆𝖑𝖛𝖆𝖙𝖔𝖗𝖊.





Mis lágrimas mojaban mi diario, mi destripadora se había marchado, mi vida había vuelto a la 'normalidad', pero él no estaba aquí, el vacío dolía como jamás había dolido en toda mi vida, como jamás lo había imaginado; los Mikaelson no paraban de buscar alguna manera de traerlo, viajaron por todo el mundo buscando curas, que pudieran traer de aquel sueño inmortal a su hermano, y el sentimiento de culpa no se iba dentro de mí, la esperanza de que el despertara aún estaba en mí. Yo entendía a la perfección que era el no poder despertar, el no poder sentir a las personas que amabas ni mucho menos decirles las cosas; Kol intentaba sacarme de la casa, llevarme al Grill, a otras partes que no fuera estar todo el día en la casa, mis hermanos ayudaban a los Mikaelson a buscar soluciones al gran problema que se había formado, y yo no paraba de viajar. La habitación donde me encontraba estaba de color blanco con velas, estaba sentada con las piernas cruzadas, mientras que a mi lado derecho se encontraba el ataúd abierto, donde dentro de este, reposaba el cuerpo de Klaus inerte. Tal vez amar a una persona llega a sobrepasar los límites de todos y todas, llega a doler como nada, y el vacío que me dejo su ausencia jamás se iba a ir tan fácilmente, siempre estaría ahí, recordándome que todo esto era culpa mía, que debería dejar de ser tan egoísta y comenzara a pensar que hubiera pasado si yo hubiera elegido algo distinto.

-No es tu culpa-la voz de Elijah hizo acto de presencia en mis oídos.-En realidad no es la de nadie.

-Claro que es mía, mi egoísmo provoco todo esto.

-Tu solo querías lo mejor para ti y para los demás, a veces necesitamos ser un poco egoístas en nuestra vida.

-No quería que esto sucediera.

-Por algo suceden las cosas.

-Quiero que vuelva-un sollozo salió de mis labios.

-Y encontraremos la forma en que lo haga.

Para ese entonces yo ya estaba parada al lado del ataúd viendo el rostro perfilo de Klaus, y voltee abrazando a Elijah, una parte de mí se sentía completamente sola al saber que la persona que amaba se encontraba en ese ataúd.

-Buscaremos una manera en que vuelva.

-¿Y si no encontramos ninguna?

-Lo haremos. Rebekah, Freya y yo iremos a Escocia hoy, volvemos en una semana.

-Tengo miedo.

-El miedo te hace débil. Ignóralo. Nos vemos en una semana-y con eso salió de la habitación.

Suspire, volteando a ver el ataúd donde se encontraba Klaus, tome mi diario y salí de la habitación y desde el barandal pude ver como Elijah junto a Freya y Rebekah se iban de la mansión, cuando voltee para seguir caminando me topé con la pequeña Hope mirándome fijamente.

Una pequeña sonrisa salió de mis labios y comencé a caminar hacia mi habitación, cuando entre deje mi diario sobre la cama, y tome mi teléfono fijándome en la hora, 4:50 pm, suspire y me puse de pie volviendo a salir de mi habitación, comencé a bajar las escaleras topándome con Kol, que estaba leyendo un grimorio.

-No encuentro nada-murmuro.

-Tenemos que hacerlo-dije mientras tomaba la laptop y algunos grimorios.

Comencé a investigar sobre viajes ancestrales, leyendas, almas perdidas y demás cosas; no salía nada relevante o que me sirviera de ayuda para algo. Hasta que encontré una leyenda nórdica sobre nigrum stella que se ubicaba entre Asgard y Vanaheim, donde padecían las almas insolentes y llenas de pena, como seres sobrenaturales. Esa leyenda, según Norteamérica, no se encontraba entre Asgard y Vanaheim, sino entre el purgatorio e infierno, y no era una estrella negra, sino un pequeño mundo de oscuridad y extrañeza.

-Kol, mira esto-le pase la laptop y el comenzó a leer.

-¿Crees que sea posible que haya algo más que un 'más allá'?-me pregunto viéndome.

-Te aseguro que no soy escéptica.

-Le hablare a Davina, es la primera pista bien que tenemos después de varios meses.

Yo suspire asintiendo con la cabeza y me puse de pie tomando un pequeño grimorio y buscando algo de como viajar a unos mundos desconocidos, tome algunas cosas, como velas y demás dejando todo acomodado para cuando Davina llegara, hasta que al tocar una vela, esta se prendió por arte de magia, voltee a ver si no estaba alguna bruja a mi alrededor, pero no había nadie.

Tʜᴇ Oᴛʜᴇʀ➝ᴛʜᴇ ᴏʀɪɢɪɴᴀʟs, ᴛʜᴇ ᴠᴀᴍᴘɪʀᴇ ᴅɪᴀʀɪᴇs.©|Where stories live. Discover now