─Chapter; F O R T Y S E V E N.

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𝐆𝐄𝐓 𝐎𝐔𝐓.

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❝Comencemos a vivir,
a pesar de los problemas
efímeros que se nos presentan.❞

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Y es justo ese momento en que nuestro pasado comienza a perseguirnos, comienza a llenarnos por completo, comienza el desesperado poder y pasado por las cosas que estaban ligadas a nuestro presente, comienza el latente e inconstante golpetear de los sonidos de una manera lenta y desesperante; comienza a llegar recuerdos y secretos atados a las emociones de los presentes en nuestros corazones. Y sin querer, sin esperarlo el dolor del pecho es más fuerte que el dolor físico, que los traumas, que las risas, lágrimas y emociones jamás vividas. Es justo ese momento que el miedo comienza a invadirnos, el miedo a perder a las personas que amamos, con las que compartimos momentos extraordinarios, el terror y el vacío nos ciegan para intentar conseguir venganza, y cuando volteamos un momento para atrás para intentar recordar quienes somos, ya es demasiado tarde. Nuestras decisiones han sido tomadas.

Me mire fijamente en el espejo, mi cabello lo había descolorado, volviendo a ser castaño claro como el de Stefan, lo tenía corto pero no demasiado; y por un momento me di cuenta que yo ya no era aquella niña de 1864, mis ojos a pesar de ser idénticos a los de Damon, se miraban más feroces, con más decisión. Mi maquillaje hacia que me viera más grande, y por supuesto mi manera de vestir hacia que los atributos de mi cuerpo resaltaran más de lo común. Mis tacones de ajuga de color olivo, justo a mi falda negra y blusa de un color crema, hacía que me viera más formal. Un cosquilleo se hizo presente en mi vientre al recordar que abajo se encontraban mis hermanos justo a los Mikaelson esperándome para hablar acerca del problema de Katherine Pierce. Un suspiro salió de mis labios, y por primera vez en mucho tiempo no tuve miedo, no tuve miedo porque sabía que los Mikaelson estaban conmigo, porque sabía que mis hermanos también lo estaban. Salí de mi habitación y comencé a bajar las escaleras, encontrándome a Klaus y a Damon hablando pasivamente, lo cual era extraño viniendo de ellos, cuando ambos son explosivos y controladores.

-Victoria-la voz de Elijah inundo mis sentidos, y voltee abrazándolo-Te ayudaremos con Katerina.

-Tranquila Victoria, no dejaremos que la perra te toque-Rebekah me había dicho aquello tocándome del hombro.

-Gracias-murmure separándome de ellos y viendo a Klaus.

-Freya está buscando hechizos para matarla de una vez, amor-dijo Klaus.

-Sé que se están esforzando, y he hecho que su ida a Nueva Orleans se retrase, pero los necesitamos-murmure, mientras que sentía como Kol me abrazaba de los hombros.

-No importa-dijo Kol.

-Mejor comencemos a planear la muerte de Katerina Petrova.

Todos comenzaron a sacar grimorios, investigaciones y archivos de cosas sobrenaturales del pasado, los recuerdos de la estrella negra comenzaron a volver y una pequeña idea llego a mi mente de repente; ¿Qué sucedería si le diéramos un destino peor que la muerte a Katherine Pierce?

-Tengo una idea-dije mirando a todos.

-¿Cuál es?-me pregunto Damon alzando sus cejas.

-Encerremos a Katerina para siempre en la estrella negra; quien se va a ese lugar con su cuerpo nunca regresa-dije viéndolos fijamente.

-Tu idea retorcida y vengativa es sensacional-murmuro Hayley poniéndose de pie.

-Juntarte con nosotros está comenzando a ser dañino para ti-dijo Kol.

-Comencemos a crear una carnada-dijo con una sonrisa Klaus.

Y los dos nos sonreímos al saber que era momento de dejar nuestros problemas de lado, y comenzar a unir fuerzas como dos psicópatas locos que a veces éramos. La leve maldad del saber que mi venganza por fin llegaría, saber que podría de una vez por todas desasearme de la perra Doppelganger, y poder dejar mi paz interna, romper un trauma, un miedo y poder seguir mi camino; tal vez no a lado del hibrido original, o de la familia Mikaelson, tal vez lejos de mis hermanos, pero podría lograr mis objetivos en la vida como persona o ya como ser inmortal.

Tome algunos planos del Castillo De Brissac en Maine y Loira, recordando como fue cuando rescatamos a Klaus de aquel horrible y espeluznante lugar, pero un leve ruido extraño me puso un poco alerta, todos al parecer no lo escuchaban, pero yo sí; entonces salí de la casa, comenzando a seguir aquel leve ruido que poco a poco se comenzaba a transformar en un murmuro extraño y poco audible, hasta que cruce la calle llegando al bosque y aquel murmuro se hizo más entendible y audible.

-Victoria...

Era como si aquella voz, aquel susurro viniera de entre los árboles que cubrían todo a mí alrededor, y un pequeño chiflido se coló en mis oídos, aquel chiflido que reconocería en cualquier lado, y el leve recuerdo llego a mi mente.












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Corría sin parar, detrás de mi venia Damon que se apresuraba a alcanzarme, hasta que llegamos a la casa, y rápidamente recuperamos el aliento, arreglamos nuestras ropas y entramos tranquilamente, yo comencé a caminar hacia el pequeño granero, donde también se encontraban algunos enormes árboles, y entonces aquel chiflido inquietante y constante se escuchó, era tétrico y alarmante, y cuando voltee me tope a mi padre viéndome amenazantemente mientras chiflaba, y un miedo me recorrió totalmente.

-¿Dónde han estado tú y Damon todo el día?

-Haciendo los deberes.

-¡Maldita mentirosa!-grito dándome una fuerte cachetada.

Dicha acción me tiro al piso, donde estaba lleno de ajonjolí y comida para los animales, solo escuche sus pasos alejarse y fue cuando los sollozos comenzaron a llegar, junto a mis dos hermanos mayores.









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El crujir de las ramas me trajo de nuevo a la realidad, poniéndome alerta y volteando a todas partes, y fue justo en ese momento que me di cuenta que ya no se escuchaba absolutamente nada, ni el chiflido extraño que era de mi padre, ni el del aire ni mucho menos los murmureos. Y un mal presentimiento me llego de repente, extrañamente había llegado al bosque, y tome sentido de las cosas y comencé a caminar fuera de él, hasta que alguien me empujo fuertemente y caí de rodillas volteando hacia arriba mirando fijamente a Katherine Pierce delante de mí.

-Creo que tenemos una conversación pendiente, Anabela-murmuro mi segundo nombre, mirándome fijamente.

-Lo mismo digo, Katerina-murmure divertida, recargándome en un árbol viéndola desafiantemente.

-Me doy cuenta que ya no eres aquella debilucha e ingenua mocosa que conocí, o que recuerdo que torture en el inferno.

-No, ya no lo soy. Pero tú si sigues siendo aquella maldita perra enferma que conocí, y que me torturo en el infierno.

-¿Por qué no mejor hablamos de negocios?

-Yo no hago negocios con zorras.

-Los Mikaelson por una vida inmortal feliz, llena de amor, paz con tus hermanos, y claro; podrás hacer una familia. Hare yo misma que te den ese don.

-No.-dije firme ante mi decisión.

-Si no estás conmigo, estás contra mí, Anabela.

-Lo estoy; es más te declaro la guerra.

-Guerra quieres, guerra tendrás.

Y sin más desapareció, y la sensación de que algo malo estaba por comenzar apareció.








Tʜᴇ Oᴛʜᴇʀ➝ᴛʜᴇ ᴏʀɪɢɪɴᴀʟs, ᴛʜᴇ ᴠᴀᴍᴘɪʀᴇ ᴅɪᴀʀɪᴇs.©|Where stories live. Discover now