─Chapter; T W E T Y E I G H T.

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𝐑𝐄𝐂𝐔𝐄́𝐑𝐃𝐀𝐌𝐄.

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❝Si sientes que una parte de ti
 está muriendo,
deja que se marchite.
Quizás es esa parte la que
 te impide vivir plenamente.❞

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𝕼𝖚𝖊𝖗𝖎𝖉𝖔 𝕯𝖎𝖆𝖗𝖎𝖔...

A veces recordar hace que el corazón duela, que la vida pese, que el aire te asfixie y que tu vida, tu mundo pare por un largo tiempo, por un largo momento de inquietud y de perdidas; las lágrimas te ahogan, los colores pierden su brillo, los poemas se hacen tristes, las canciones cobran sentido y sobre todo, la vida deja de ser vida en todos los sentidos de la palabra. Y llega un momento en que volteas al cielo rogándole a Dios una esperanza, un indicio de saber qué fue lo que hiciste mal para que todo esto te esté pasando de una manera injusta, como si el karma te hubiera golpeado tan duro que termino noqueándote, sientes que tu Dios omnipresente te abandono en medio de la guerra, que sigues sin entender porque las personas son malas e intentas encontrar algo, una pequeña pista para saber que equivocación cometiste para que te dañaran. Pero no encontré nada, no encontré respuestas, ya ha pasado un mes con dos semanas y sigo sin poder abrazar a mis hermanos, a mi familia adoptiva, sin poder tocar a Klaus, sigo sin salir de mi infierno personal. Deje de ir al Grill, deje de disfrutar mis eternos días con Kol, deje de reír con los regaños de Elijah, de ir de compras con Rebekah o ayudar a Freya, me había acostumbrado a usar ropa liviana, holgada, ropa que deje de tener el perfil de mujer; los Mikaelson no me habían dejado raparme, y ahora mi cabello estaba en mis hombros. Solo espero que el sol vuelva salir a mi favor.

𝖁𝖎𝖈𝖙𝖔𝖗𝖎𝖆 𝕾𝖆𝖑𝖛𝖆𝖙𝖔𝖗𝖊.


Mis lágrimas salieron de mi rostro al terminar de escribir en aquel pequeño cuaderno que me regalo Stefan ayer, la primera vez que escribí y me sirvió para desahogarme, pero solo una mínima parte de mi ser estaba en paz, ir con la psicóloga no me funciono y deje de ir, deje de salir. Todas las noches despertaba gritando y sudando frio, la pesadilla se repetía una y mil veces en mi mente, siempre terminaba llegando Klaus y yo lo corría aventándolo o golpeándolo, no podía estar cerca de un hombre, no podía llegar de un día para otro y abrazar a todos y convivir como si una parte de mí no se hubiera roto, como si nada hubiera pasado, o que simplemente no hubiera tenido el gran problema o el trauma que ahora no me deja vivir plenamente feliz; porque dentro de lo que cabe soy feliz, soy feliz viviendo con los Mikaelson, soy feliz porque convivo con ellos y porque los tengo, pero no soy feliz ahora por la culpa de Lucien.

Me encontraba sentada en mi escritorio, me había bañado y desayunado, pero ahora tomaba vitaminas y pastillas que controlan la ansiedad y los ataques de pánico, mi pantalón era de lana y traía un suéter gris y botas igual, me puse de pie y salí de mi habitación, comencé a caminar por el pasillo hasta que llegue a las escaleras, comencé a bajar y no me encontré a nadie, solo una nota de Freya diciendo que me quedaría dos semanas con Klaus porque fueron a Nueva Orleans, un suspiro pesado salió de mis labios.

-Victoria-la voz de Klaus se hizo presente.-Te traje algo-y detrás de él, saco un ramo de rosas, yo sonreí.

-Que hermosas-murmure.

-Te las dares si me das un abrazo.

-Klaus...

-Solo uno pequeño, yo no te lastimaría.

-Pero...

-Pero nada, deja tus miedos. Eres fuerte, y te admiro por eso.

Poco a poco me acerque a él, y envolví mis brazos alrededor de su cintura, y entonces el dejo las rosas en la barra y me abrazo, por un momento me sentí nerviosa, pero inhale su aroma, aquel perfume que tanto me gustaba, y recordé los besos entre él y yo, entonces me aferre más a él y el incremento la presión de su abrazo, hasta que decidí quitarme.

-Prometo ayudar.

-No quiero ser un impedimento para ti.

-Nunca lo serás, amor.

-Klaus, prométeme que si no lo logro, me recordaras como era antes.

-Victoria...

-Promételo.

-Lo prometo-dijo mientras tomaba mis mejillas suavemente.-Te amo-murmuro cerca mi rostro-Y te amo porque volteaste mi mundo.

-Recuérdame-le dije mientras me aleje de él.

Tome las rosas y un jarrón con agua y las metí en el, salí de la cocina y comencé a subir a mi habitación, las deje en mi escritorio y decidí dar otro nuevo paso; abrí la ventana de mi habitación, una enorme sonrisa se dibujó en mi rostro al darme cuenta que abrace a Klaus, y lo hice por un minuto más de la cuenta, la satisfacción del saber que había vencido ese logro me lleno de orgullo, si pude abrazar a Klaus significaba que podría hablar e interactuar con los demás.

-Dudo que quieras ir al Grill, así que te traje una botella de bourbon-la voz de Kol me saco de mis pensamientos.

-Pensé que estabas en Nueva Orleans.

-Tuve una pelea con Davina, y terminamos.

-Pensé que la necesitaban.

-Y la necesitamos, por eso Freya es muy buena amiga de ella.

-¿Entonces vienes a brindar tu soltería?

-Claro que sí, y quien mejor que mi mejor amiga.

-Espera-dije poniéndome de pie y acercándome a el-Quiero intentar algo.

-Si es besarme, yo doy el paso-dijo con una sonrisa.

-No idiota-dije riéndome.

Entonces comencé a acercarme más hasta que envolví mis brazos alrededor de su cintura y hundí mi cabeza en su pecho, el no tardo nada en rodearme con sus brazos igual.

-Me alegro que hayas dado un gran paso.

-A mí también, agradécele a Klaus.

-Sabemos que lo lograras.

-Yo también lo sé.

Y entonces una gran alegría invadió mi cuerpo, yo volvería a ser la misma Victoria de antes, yo iba a poder superar este trauma, esta mala pasada del destino, e iba lograr poder estar con Niklaus Mikaelson.

Tʜᴇ Oᴛʜᴇʀ➝ᴛʜᴇ ᴏʀɪɢɪɴᴀʟs, ᴛʜᴇ ᴠᴀᴍᴘɪʀᴇ ᴅɪᴀʀɪᴇs.©|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora