Prologo
_____ Hardwick era una chica de diecisiete años, de aspecto físico común pero de una astucia escondida. Sus padres, dos renombrados abogados, la obligan a estudiar en el extranjero con el argumento de "querer lo mejor para ella", la verdad...
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Richie abrió los ojos de golpe en un gesto de horror, se echó hacia atrás magullando su espalda en el respaldo acojinado de la silla verde. Trago saliva.
—¿Intentas joderme, verdad?
Cuestiono alterado, se que rogaba por una respuesta afirmativa, negué, se llevó las manos a la cara.
—¿Debo asustarme?
Intervine. Lejos de saber en qué delito estaba implicado, una mortificación incrementaba en mi interior al sumar a mi convaleciente salud un daño cerebral.
—No... eso creo. –Richie cayó en cuenta de la posible gravedad, se irguió un poco menos calmado— Iré por el médico.
Aviso y salió rápidamente. En los siguientes minutos, el mismo sujeto de bata me analizaba nuevamente. Practicaba conmigo exámenes físicos. Me pedía moviera mis extremidades inferiores, eventualmente las superiores, que moviera los ojos, la cabeza, que hablara para saber si era coherente, me pregunto mi nombre, le respondí, me cuestiono sobre cómo había llegado hasta aquí, dude. Me miro con recelo, me cuestiono sobre cómo me provoque la herida en el pecho, "¿Herida?" murmure, volvió a mirarme con desconfianza, hizo una serie de preguntas sobre mi historia clínica, mi familia, desde cuando empecé a olvidar.
En la tarde, me habían sometido a exámenes de sangre para enfermedades como deficiencia de vitamina B12 o enfermedad de la tiroides, electroencefalografía y exámenes cognitivos.
Después esperaba otra vez en la habitación junto a Katy, Richie y David. A los pocos minutos, el mismo doctor entra a un paso cansado, ya era bastante tarde, el sol se había escondido y a lo lejos podías escuchar a los grillos cantar en la jardínera detras del edificio.
En sus manos lleva los resultados, los analiza bien antes de dar algo por sentado.
—Bueno, no es nada grave -dice sonriendo. Escucho como todos suspiran de alivio— No le faltan vitaminas, y tampoco se debe a un tumor, falta de oxígeno, traumatismo craneal o algo de esa magnitud.
—¿Entonces? —Katy apresura.
—Es más sencillo que eso, señorita. Tiene amnesia por evento estresante. Dadas las circunstancias por las que ingresó no me sorprende —me mira—; es transitoria si todo el ambiente mejora —sonríe—. Por lo que noté olvido algunos eventos pasados, pero ustedes podrán ayudarle a recordar con objetos que signifiquen algo para él.
—¿Oíste eso, Jhon? —Katy me mira con entusiasmo— ¡Estarás bien!
Sonrío con sinceridad. Aquello era como una luz entre tanta confusión. El medico se retiro dejándonos festejar a solas la noticia. Brindamos con jugo de naranja natural y gelatina de limón sin mucho sabor. Tras una breve charla empecé a agotarme y ellos lo atinaron por mi semblante.
David fue el primero en irse alegando que aún tenía tareas que revisar, después de una hora se marcharon Richie y Katy juntos, prometiendo volver mañana a primera hora para empezar con mi "tratamiento".
