Parte II

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Los chirridos de un auto se escuchaban por un tramo de carretera que lleva al lago azul, famoso por sus bellas postales. El auto derrapó y un estruendo se escuchó al final de una curva cerrada. Amanda observaba todo desde fuera del auto de su padre, no sabía como había llegado allí, solo despertó minutos antes  a orillas del bosque que cubría toda la carretera. Sus manos ardían por los raspones que tenía. Levantó la vista al cielo esperando una señal de lo que debía hacer, la luz de un relámpago le  permitió ver sus piernas empapadas de sangre. Asustada intentaba gritar por ayuda, se arrastró al medio de la carretera. En la siguiente curva se observaba una tenue luz que se iba haciendo más fuerte mientras se acercaba.
—¡Ayuda! —gritaba mientras movía las manos a los lados.
El vehículo no parecía detener su marcha, si no hasta que están frente a ella. La luz de sus focos delanteros le impedían la vista del conductor.  Los ojos color miel de Amanda se toparon con unos inexpresivos ojos negros.
Su instinto decía corre, esconderse de la vista de aquel hombre. Ella se quedo paralizada esperando que él bajara del auto. Pero él nunca bajó, el motor rugió y ella sintió un dolor.

El Misterio De La Casa Del Lago. Where stories live. Discover now