Sebastian❤

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Era Sábado, y los sábados se hicieron para quedarse en cama, ¿no?

Ha pasado una semana desde que Dereck se fue con un gran y fuerte golpe en la cara y también ha pasado una semana desde mi desaparición. Hablo de esta manera no por el hecho de desaparecer físicamente, yo desaparecí sentimental, algo que quizás muchos entiendan o no. Todo este tiempo que he pasado en casa lo e tomado como mecanismo para recuperarme de esos cursos aburridos pero que me harán bien. Entendí que la vida solo es para vivirla y vivirla también puede ser productivo desde casa.

—Tienes brillo en tu frente— dijo Sebastian sonriéndose como alguna broma.

Él es mi compañía y el único que parece recordar como hablar.

—Son estrellitas, parecen aquellas de allá— con un dedo señalaba el techo ahora careciente de estrellas y más con nubes y lluvia.

—Sebastian, aquellas son blancas, estas rosas— dije en un tono cansado. Como ese que usas para explicar a un niño por décima vez algo.

Él arrugó sus ojos sacudió la cabeza sonriendo.

—Amanda, al final son estrellas.

Pensé en eso. Tenía razón. No importa el color que sea al final es lo mismo. Y el amor es de esa forma, no importa como sea o en que idioma sea, al final significa lo mismo.

—¿Quieres seguir leyendo las cartas?

Sacude la cabeza de arriba a bajo, mirando las estrellitas rosas brillando en mi frente.

Dicen que el amor siempre te repara. Pero yo te amo y eso es lo que me rompe cada vez más.
Fui a los columpios y me columpia un poco, puedo oler tu aroma a rosas, pareciera que estás aquí; a mi lado.
Sé que prometiste estar conmigo siempre, sé que lo intentaste pero no podías seguir así.
Por cierto, recuperé tu caja.
Te amo, Sebastian.

Él seguía observándome, tranquilo. Intentando recordar que alguna vez amó.

—Entonces...—pronunció mirando mis ojos algo cansado.

—La amabas, se amaban.— miré a los lados sacudiendo lo incómodo del momento.

—Yo no lo recuerdo.

Estiré mis piernas y sacudí el brillo, miré mis manos y  jugué con mis uñas.

—¿Amanda?

Mi corazón se detuvo.

—¿Sí?

Ni siquiera lo miré, solo intentaba desaparecer.

—¿Quieres saber un secreto?— él se movió de lugar y ahora estaba a mi lado, su mano descansaba en mi pierna. No parecía notar lo nerviosa que estaba.

Asentí mirando su mano, parecía real.
Quitó la mano de mi pierna y la llevó a mi mejilla y suavemente hizo que lo mirara. Estaba cerca de él, nuestros labios casi rozándose y nuestras miradas conectadas.

Deseé poder besarlo, poder tocar su cara y sentirla tibia. Deseé tomar su mano y sostenerla siempre.




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ELLOS SE ESTÁN ENAMORANDO 😭❤
Amé tanto escribir esto, ellos están cómo que si o cómo que no.
GRACIAS POR LEER❤

El Misterio De La Casa Del Lago. Where stories live. Discover now