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La escuela puede ser un lugar tolerable pero cuando eres una clase de persona que prefiere estar sola, es un infierno. Quizás todos tenemos un sentimiento de estar en una cárcel. Es algo parecido a eso. Todos observaban a Amanda como una clase de monstruo pasivo, ¿cómo puede existir personas como ella? Cuchichea media escuela. La clase de fama que estuvo evitando en su antiguo colegio cobraba vida como un golpe frío. Devastador.

- ¡No puede ser posible! - chilló alguien a su lado, sin previo aviso estaba debajo de dos brazos que la apretaban con entusiasmo, Amanda sorprendida propinó un golpe en el estomago que le sacó un grito ahogado a su víctima.

Doblado casi en el suelo se encontraba un chico con una mano en su estómago y la otra en su rodilla, el cabello castaño un poco largo caía en bucles Rosando su cuello y frente. Amanda apagó su furia y la volvió preocupación.

- ¿Te encuentras bien? - preguntó levantando un mechón del cabello del chico.

Dereck sonrió un poco, fingiendo estar bien, no sería la primer sonrisa fingida. Escondió el dolor y siguió.

- Sí, gracias por ese golpe - acomodó su cabello de lado intentando lucir sexy para Amanda. Ella movió la cabeza a los lados y lo guió a la salida del colegio.

- ¡Espera! ¿Rey?
- Seguirá en el colegio por dos horas más, supongo que la clase de arte le fascinó - elevó los hombros con una mirada seductora.

Él soltó una carcajada, señaló con el dedo índice la entrada del colegio. Caminando contento con una casita de madera estaba Rey. Un hermano siempre será inoportuno, es un don.

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Dereck lo imagino tipo Harry Styles rudo y no arcoiris y unicornios.

El Misterio De La Casa Del Lago. Where stories live. Discover now