XII

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Una ráfaga de viento azotó las cortinas. Amanda sonrió entendiendo la respuesta. Cogió de nuevo las cartas ordenándolas.
– Bien, Sebastian.

Deniss, ¿dónde estás amor?
Pasan los días y tu ausencia se vuelve un arma mortal para mí.
Desearía tanto saber lo que fue de ti.
Con amor, Sebastian.

Amanda dobló esa carta y prosiguió con otra. Sebastian se encontraba a su lado leyendo aquellas palabras que había escrito hace mucho tiempo y que aún no olvida.
– ¿Amanda? – una voz algo aguda se escuchó llamar en la puerta de su habitación. Era Rey quien había llamado, el pequeño de diez años llevaba consigo una bolsa con comida para Amanda.
– ¿Está aquí? – preguntó desesperada Amanda, se levantó y corrió escaleras abajo. El pequeño sentía lastima, fue tras ella.
– No está Ammy, él se fue. Dijo que te diera esto – enseñó la bolsa con comida que llevaba – Mamá Sophie llegará pronto – sonrió.
Puedes sentir la decepción como una aguja que pincha algún lugar sensible. Para Amanda no había nada peor que ser ignorada por su padre. Bajó la mirada observando la comida con un sentimiento de tristeza y furia propia. La ignoró subiendo a su habitación de nuevo. Quería que alguien la amara como Sebastian amaba a Deniss.
Se sentó a lado del baúl viejo y cogió una nueva carta para leer, la hoja desgastada se sentía suave y frágil. Como ella se sentía en ese momento.

Deniss, amor.
Hoy acompañé a tu madre, ella estaba hecha un montón de polvo con tu partida. Todos en el pueblo dicen que fuiste una mala hija pero ellos no saben el gran esfuerzo tuyo por todos.
El amor tan grande que llevaba tu corazón.
Amelía sostenía el oso de peluche que tanto amaba.
Con amor, Sebastian.

××××××
Amo tanto esta historia, y los capítulos son cortos para que sean más fáciles de leer.
Enserio, pido críticas, que tal va.
No sé si realmente soy buena para esto o un asco.
A.

El Misterio De La Casa Del Lago. Where stories live. Discover now