Just a woman. The Truth.

24.5K 1.3K 158
                                    

Cuando eres pequeño, una de tus más importantes y únicas metas en la vida es hacer feliz a tu madre.

Quieres ser la razón de sus sonrisas y no de sus lágrimas.

Pero yo entraba en la segunda categoría. Yo era la razón de que mi madre llorara todas las noches.

Mi madre era una mujer refinada, elegante y muy hermosa. Cabello negro como la noche, ojos azul grisáceo y piel blanca como la porcelana. Su cuerpo estaba envuelto en todas las curvas necesarias para enloquecer a un hombre y ella lo sabía perfectamente, por eso siempre procuraba usarlo a su favor. Engatusaba a los hombres sin importarles si estaban casados o no. Ella solo quería cazar a alguno y atarlo a su lado para que le diera su lugar.

Pero siempre estaba yo, frenando cada uno de sus planes y alejando a cada una de sus presas.

Cada vez que ella me miraba, lo hacía con resentimiento y repulsión. Me trataba con indiferencia y en ocasiones, cuando me negaba a hacer lo que me pedía, me gritaba e insultaba, con palabras hirientes y mordaces.

Todo por un hombre que la había abandonado en cuanto se había embarazada de mí. Dejándola embarazada, pobre y amargada. El único hombre al que alguna vez había amado, pero él solo la quería para pasar el rato, desechándola en cuanto se vio presionado.

Pero las pocas veces que conseguía hacerla sonreír, o que me mirara con un poco de afecto, era cuando ella me pedía hacer cosas que no quería hacer.

Como por ejemplo, trabajar en televisión.

Sin ánimos de ser prepotente, de pequeña era muy hermosa. Por lo que esa fue la forma en la que mi madre me utilizaba. Ella me llevaba todos los días a diferentes castings, obligándome siempre a sonreír y parecer a gusto y contenta.

En un principio lo era, porque creí que con eso conseguiría el amor y afecto de mi madre, que ella comenzaría a mirarme como las demás madres miraban a sus hijas, con amor y adoración. Pero con el paso de los años, eso no sucedió. Al contrario, ella encontró un nuevo uso para mí.

Buscar un marido rico y poderoso.

Ella siempre fue muy machista y tradicional. El lugar de una mujer es al lado de su marido, siempre bella, con una sonrisa. Complaciente y sumisa.

No estaba de acuerdo con ello, no estaba de acuerdo con nada de lo que ella quería. Era joven, solo tenía dieciocho años, no quería casarme. Quería divertirme, estudiar, independizarme. Pero eso no le gustaba a mi madre, y como siempre, tratando de complacerla, cedi a su petición.

Había un hombre que desde mis quince años había mostrado interés en mí. Era mayor que yo, tenía cuarenta años, pero era perfecto para los planes de mi madre.

Por eso lo planearon todo. De inicio a fin. Antes de tener los diecinueve, mi madre y futuro marido tenían toda mi vida planeada.

Lamentablemente cuando el día de la boda llegó, no pude hacerlo. Simplemente miré a mi madre desde el altar, con lágrimas en los ojos, negué débilmente y cuando el cura pregunto si aceptaba casarme con ese hombre, dije no.

Eso la molesto tanto, de una forma tan intensa y devastadora, que se suicidó. Dejando únicamente una nota donde me culpaba de todo.

Sus últimas palabras hacia mi fueron; Nunca te amé, nunca voy a hacerlo, y aun después de la muerte, estoy segura que nunca podré verte con mas que asco y desagrado. Como el mayor error que he cometido en mi vida.

Por eso ahora pongo fin a mi calvario. Para librarme de ti.

Como la ya casi mujer que era, sabía que no era mi culpa.

My Complement. MADLY IN LOVE #1Where stories live. Discover now