▓La última salida▓

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Eran las nueve de la mañana del día Domingo y unos suaves golpes en la puerta de su dormitorio despertaron a Dulce.

Se incorporó en la cama y le dijo a la persona que estaba tras la puerta que entrara.

Un torbellino llamado Adam entró corriendo en la habitación de su tía y se dejó caer dando un salto sobre la cama de ésta.

―¡Hola tía! ―dijo Adam dándole un sonoro beso en la mejilla.

―Buenos días, Adam ¿Por qué estás despierto tan temprano?

―Me prometiste que hoy me llevarías al zoológico ¿Acaso te has olvidado, tía?

―¡Claro que no! Ya me levanto ¿Ya desayunaste?

―No. Te espero en la cocina.

―Bien, voy enseguida.

Dulce estaba a cargo de su sobrino Adam mientras durara la luna de miel de su hermano. La verdad es que ella adoraba al pequeño y sus ocurrencias. Le había prometido que, ese día, lo llevaría al zoológico y tendría que cumplir con su palabra.

Se dio una ducha rápida y se vistió con sus jeans favoritos, una camiseta azul manga tres cuartos y complementó todo con unas cómodas sandalias bajas. Tenía claro que, con su sobrino, tendría que recorrer el zoológico de punta a cabo y que debía ir cómoda.

Llegó a la cocina donde Adam ya la esperaba en la mesa comiéndose un plato de ceral y frutas.

Ella tomó una taza y la llenó de café. Desde la alacena sacó un frasco con galletas de almendras y poniendo unas pocas en un plato se acercó a su sobrino para desayunar.

Adam le hablaba entusiasmado de todo lo que quería ver en el zoológico, como si fuera la primera vez que iban a ese lugar. Dulce escuchaba el vehemente discurso de Adam cuando su teléfono comenzó a sonar.

Lo tomó y vio que era Christopher quien llamaba. Con una sonrisa en la cara le contestó:

―Buenos días.

―Buenos días, Dul. Disculpa, ¿te desperté? Parece que llamé muy temprano.

―No, para nada, estoy levantada tomando desayuno con un apuesto caballero ―dijo ella sonriéndole a su sobrino. Al otro lado de la linea se hizo el silencio. Al no escuchar nada ella preguntó―: Chris, ¿sigues ahí?

―Eh... sí, estoy aquí. Disculpa por interrumpir tu desayuno. No quise...

―Chris ―A Dulce la recorrió una extraña sensación por dentro.

Sintió que Christopher había cambiado el tono de voz, ¿acaso estaría celoso? ―, el apuesto caballero que me acompaña es Adam.

―Es verdad. ―Dulce notó el alivio en la voz del hombre, o al menos eso pensaba ella. O quizá se estaba imaginando todo― Bueno, entonces mucho mejor que estés con Adam. Los quiero invitar al estadio.

―Creo que no podrá ser hoy.

―¿Por qué ?

―Porque Adam quiere ir al zoológico y prometí llevarlo hoy.

―Pero podemos ir al estadio. Vemos el partido y luego vamos al zoológico.

Para Dulce ese panorama era genial, pero ese día el que elegía era su sobrino. Por mucho que quisiera estar con Christopher, su sobrino estaba primero que todo.

―Gracias, Chris, pero creo que no...

―Pásame a Adam ―dijo él y ella se demoró un poco en juntar la palabras en su mente.

Tú eres para míWhere stories live. Discover now