Día 21 [Domingo]

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La madre de KyungSoo se preguntó si el reflejo de su hijo desaparecería con el tiempo y eso era lo que él esperaba, porque llevaba más de media hora solo de pie frente al espejo, alternando su vista entre sus pantalones recién planchados, su camiseta simple y su cabello peinado. La mujer suspiró después de un tiempo y luego se marchó, dejando a su hijo con su debate mental.

Y, a pesar de que el joven ya se había cambiado de ropa más de cinco veces, aún no estaba conforme con su atuendo porque Baekhyun dijo que no debía notarse que me arreglé, pero no quiero que vuelva a verme como un vagabundo.

Lidiar con su pelo fue otro tema, porque cuando se lo secaba para peinarlo, parecía religioso antiguo, y si se lo despeinaba, parecía que recién estaba despertando. Cuando el timbre de su hogar sonó, Kyungsoo no tuvo de otra de rendirse, respirar hondo e ir a abrir la puerta.

- Hola. - susurró sin aliento solo por el efecto que causaba la sonrisa de Jongin.

- Veo que estás mejor del resfriado. - mencionó el moreno levantando una bolsa de papel color café. - Traje galletas. Las hizo mi mamá, así que espero las disfrutes tanto como yo.

Kyungsoo se sonrojó e intento ocultarlo haciéndose a un lado para que su compañero de proyecto pudiera entrar en la casa.

Recibió la bolsa con el pensamiento de "por un demonio, voy a comer galletas hechas por mi suegra". 

Ya sentía que estaba comenzando a hiperventilar, así que se apresuró a entregarle unas pantuflas a Jongin para que pudiera sacarse sus zapatos y entrar a la casa. 

- Me aseguré que mi madre no nos moleste, así que podemos trabajar en la sala. - explicó caminando por delante del moreno hasta la mesa donde su familia comía. 

Jongin soltó una corta carcajada y asintió, siguiendo al dueño de casa y sentándose en el lugar que le señalaban. Se acomodó y abrió su bolso para sacar los libros que había conseguido en la biblioteca antes de ir a la casa de Kyungsoo, su laptop y su cuaderno.

Sin embargo, una vez cruzó su mirada con el rostro de Kyungsoo, no la pudo apartar. El chico se veía algo aturdido y colorado, así que Jongin se acercó y posó una de sus grandes manos en su frente.

- Creo que tienes temperatura aún. - susurró con ojos preocupados.

Kyungsoo, quien había pensado que no podía estar más nervioso, estuvo a punto de gritarle en la cara que era él quien hacía que le subiera la temperatura y que sus mejillas rojas no estaban así a causa de una fiebre, si no porque se moría de vergüenza estando con él. Pero fue capaz de guardarlo para si mismo y, en cambio, tranquilizó al moreno con una pequeña sonrisa.

- Estoy bien, es solo que hace calor. - sonrió suavemente mientras quitaba la mano de Jongin con cuidado de no ofenderlo, pero convencido de que era lo mejor si no quería desmayarse.

El moreno asintió y volvió a sentarse frente a él. Le dio una última mirada y luego se concentró en los libros que había llevado. Kyungsoo por su parte, mientras fingía trabajar en su parte del proyecto, pensó en cómo su vida había cambiado tanto en los últimos veinte días.

Solía tener una vida tranquila, hasta el punto de ser monótona. En ése entonces no habría imaginado poder ser cercano a Jongin porque él es demasiado genial y yo demasiado insignificante, pero ahora podía ver que después de armarse de valor para enviar un simple mensaje al número que le dio Chanyeol, todo estaba mejorando.

Jongin fue amable con él en los mensajes que intercambiaron, pero no se esperaba que propusiera reunirse para hacer el trabajo de Historia que les habían asignado. Kyungsoo pensó que cada cuál haría una parte y luego los juntarían, y aunque a Jongin le pareció bien, de todos modos insistió con verse. Claramente Kyungsoo no se negó y hasta ofreció su casa en lugar de una cafetería o la biblioteca pública, excusándose que no debería tomar aire tan pronto por si recaía al resfriado.

Pero la conversación no acabó ahí. Jongin siguió sacando temas al aire que Kyungsoo no tardó en seguir, sintiéndose en las nubes por tener más conexiones con su amor de toda la vida. Hubiera sido una verdadera decepción no conectar de verdad con Jongin.

- ¿Estás bien? - preguntó el susodicho sacándole de su ensoñación.

- ¡Sí, claro! Solo me distraje un poco. - "contigo",  completó Kyungsoo en su mente antes de suspirar y empezar realmente a trabajar.

Jongin terminó antes que Kyungsoo y, luego de ir él mismo por leche para acompañar las galletas, se ofreció a ayudarlo. Aunque desafortunadamente, al más bajo no le faltaba demasiado, la cercanía de sus sillas no duró mucho y debieron alejarse.

Pronto, Jongin estaba en la puerta siendo escoltado por Kyungsoo que parecía estar en el mejor  y peor momento de su vida al mismo tiempo.

- Será mejor que descanses, Kyungsoo. Te ves algo decaído así que cuídate mucho y toma algún medicamento, ¿sí? Nos vemos mañana. - Jongin sonrió mostrando sus dientes como solía hacerlo y se marchó dejando al chico congelado en la entrada.

"Nos vemos mañana".

Estaba completamente seguro que el lunes no compartían ninguna clase, tampoco coincidían camino a ellas por lo que verse en los pasillos era básicamente imposible. También sabía que Jongin estaba al tanto de esto... entonces, ¿cómo iban a verse?
¿Él lo buscaría?

Parte de él pensaba que aquella frase solo había sido parte de una despedida cortés, pero la otra parte (que era la mayoría) realmente quería emocionarse y anticipar el encuentro.

100 días para estar con él [EN EDICIÓN]Where stories live. Discover now