Día 90 [Sábado]

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KyungSoo estaba convencido que la gripe en su cuerpo fue causada por el agua fría que le habían lanzado el último Jueves.

Hizo bastante calor y el contraste de temperaturas había logrado dejarlo en cama todo el Viernes. Al menos ya podía valerse por sí mismo aunque solo se trasladara de su cama al sofá del primer piso.

Si iba a estar encerrado todo el día al menos iba a aprovechar para ponerse añ día con la serie que le había recomendado MinSeok.

Se preparó un ramen semi instantáneo para almorzar y aunque cuando se acomodó entre las mantas estaba decidido a prestar total atención a la television no lo hizo. Y es que la culpa la tenía cierto moreno que había dicho las palabras exactas para hacer que su corazón revolotease y llevaba horas esperando un mensaje que no tenía por qué llegar o una llamada que no había sido acordada. Pero nada.

KyungSoo incluso llegó a preguntarse si JongIn había notado su falta a clases el día anterior pero solo le quedó reír al leer un mensaje de un número desconocido.

[Desconocido]

Yah! Soy JongDae, ¿donde estás? ¿Puedes dejar de esconderte?

[Desconocido]

En serio, si no quieres que te encuentren lo estás logrando pero la oscuridad me está consumiendo las energías.

[Desconocido]

¡KyungSoo! Al menos llama a JongIn y dile que no quieres verlo.
Ya me tiene cansado que pregunte por ti cada dos minutos.

[Desconocido]

Nos encontramos a BaekHyun, gracias al cielo. Lamento haberte molestado, descansa y mejórate, ya me encargaré yo del oscurito.

De igual modo KyungSoo había visto los mensajes por la tarde cuando la jornada ya había acabado y sintió ganas de reír por la forma que tenía el novio de MinSeok para expresarse pero quería rodar en el suelo por lo que delataban aquellos mensajes.

Asi que el moreno sí había estado buscandolo pero aún cuando supo que estaba enfermo no lo llamó ni le mandó ningún mensaje...

Pensamientos relacionados lo distrajeron lo suficiente como para despedir a su madre solo con un asentimiento cuando ella avisó que iría a la tienda.

No supo cuánto tiempo pasó pero cuando el timbre sonó, KyungSoo lo sintió como segundos. Si su madre no estaba no le quedaba otra que atender él asi que se levantó aún envuelto en las mantas y caminó como pingüino hasta la puerta.

- Que bueno que no has muerto aún. - soltó JongIn con una sonrisa en cuanto su mirada se encontró con la del más bajo. KyungSoo se veía sorprendido y pálido. En serio estaba enfermo asi que debía ir al grano. - Supe que estabas enfermo... asi que decidí que nuestra cita semanal debía ser puertas adentro. ¿Te molesta?

KyungSoo negó después de unos segundos y se hizo a un lado para dejarlo pasar. El moreno olía terriblemente bien y que caminara tan cerca suyo solo lo hacía notar más.

- ¿Quieres beber algo? - preguntó pues como buen dueño de casa debía atender a sus invitados. Aún así JongIn negó rápidamente y tomandolo de la mano lo arrastró de vuelta al sofá.

- Estás enfermo, Soo. No vine a ser atendido, vine a atenderte y a pasar tiempo contigo. Si necesitas cualquier cosa solo dilo, ¿sí? 

El más bajo asintió como si fuera un muñeco y siguió igual de impactado cuando el moreno se sentó a su lado y lo arropo con las mantas.

Así se mantuvieron toda la tarde, con un JongIn que acomodaba almohadas, preparaba algunas comidas y cambiaba la televisión cuando se abrirían; y un KyungSoo que cada vez se sorprendia más con la hermosa persona que tenía en frente.

100 días para estar con él [EN EDICIÓN]Where stories live. Discover now