100 días para estar con él [EN EDICIÓN]

Día 95 [Jueves] pt.1

JongIn se sintió ligero al correr hasta sus amigos el Lunes, la cara de KyungSoo tras el beso que le dio demostraba que había sido de su agrado y las palabras antes pronunciadas lo habían dejado a él en las nubes.

KyungSoo gustaba de él.
Diablos, sí.

Claro que JongIn también quería al más bajito. Encontraba adorable sus mejillas sonrojadas e interesante las miradas asesinas que le dedicaba a sus amigos cuando estaban siendo muy ruidosos o molestos. En poco tiempo se había encargado de observarlo a la perfección de una manera sutil y gracias a eso, aunque no hayan hablado tanto como a él le gustaría, ya conocía varios aspectos de su personalidad. Y le gustaban, joder.
Cada cosa que KyungSoo había dicho le parecía acertada, cada movimiento en su justa posición; todo era perfecto. Se sentía como idiotizado asi que no le costó llegar a la conclusión de que estaba enamorado.

Y ahí estaba, intentado encontrar al dueño de sus pensamientos y sueños que al parecer había decidido evitarlo a toda costa.

Vamos, no podía estar tan ocupado. Compartían varias clases y últimamente los profesores no les habían dejado tareas o exámenes a futuro. KyungSoo se estaba escondiendo y JongIn lo sabía, pero ¿por qué?

Según lo que sabía no habían vuelto a molestarlo desde que él había sacado la cara por ambos anunciando que estaban juntos.

Incluso él se sorprendió cuando las palabras salieron de su boca tan seguras, y aunque no se arrepentia, luego le avergonzo reconocer que en realidad nunca le preguntó a KyungSoo si quería salir con él o algo así.
Quizas eso le había molestado... Asumir que estaban juntos solo por tener química... No, no. Pronto KyungSoo le confesó sus sentimientos. No podía ser eso.

JongIn no pudo parar de pensar por qué el pelirrojo estaba dándole la espalda en los pasillos en lugar de lanzarse a sus brazos y besarlo como él quería que hiciera. La angustia pronto lo llevó a correr para alcanzarlo y preguntar directamente qué estaba sucediendo.

- Lo siento, KyungSoo. - dijo a penas estuvo frente a él. La mirada del pequeño demostró que no sabía a qué venian esas palabras. Bueno, ni JongIn lo sabía. - No sé que hice mal, pero... lo siento. Has estado evitandome y yo creí que después de lo del Lunes...

Sin duda JongIn no planeó ponerse nervioso al mencionar ése suceso pasado, pero ahí, cuando KyungSoo volvía a mirarlo desde abajo, con los labios húmedos y rosados y el cabello alborotado... Uff.

Siguió balbuceando palabras inconexas hasta que el mas bajo lo calló poniendo sus dedos sobre los gruesos y esponjosos labios que su mami y papi le habían regalado.
Y JongIn se sintió en la gloria por un segundo, sintió tan correcto el tacto entre sus pieles que no pudo pensar en otra cosa hasta que vio la mirada seria y apagada del contrario.

- No quiero que jueguen conmigo.

KyungSoo se notaba seguro en lo que decía, incluso su tono de voz había sido frío, pero el moreno no hizo otra cosa que reír. Soltó una carcajada que hizo a KyungSoo fruncir el entrecejo.

Afortunadamente JongIn actuó rápido, tomandolo por la cintura para apegarlo a su cuerpo en un abrazo.

- Yo no lo haría. No pienso jugar contigo, KyungSoo. Ni siquiera creo que alguien sea capaz de jugar con alguien tan maravilloso como tú. Mereces el mundo y quiero intentar dartelo... - susurró con la cabeza enterrada en su cuello. Ahí, oliendo la escencia que soltaba su cuerpo y sintiendo la calidez de su piel, JongIn estaba cómodo y feliz. - Si no puedo conseguir el mundo para ti... permíteme convertirme en tu mundo porque tu ya eres el mío. Eres todo lo que necesito y lo que quiero.