N̶O̶ Apto para menores

Capítulo Cuatro

      Estaba más que claro que aquel chico no era alguien normal, de eso estaba segura. Quizá estaba loco, quizá se fugó de un psiquiátrico y eso era lo que el Sr. Norbert trataba de ocultar, al final yo no era quién para juzgarlo, lo único que quería era que me dejara tranquila.

El resto de la tarde/noche trascurrió con mucha tranquilidad, ordené mi habitación, ayudé a mi madre a preparar la cena y en cuanto salí de bañarme puse una película. Me acomodé en la cama y antes de dormir agarré el celular para borrar la conversación que tuve con aquel tipo, no me complicaría la vida con alguien así, después de ello lo apagué y me puse a leer un poco, cuando terminé la lectura me acosté y de un momento a otro me quedé profundamente dormida.

Estábamos leyendo aquel libro juntos, él me tenía entre sus piernas sujetando mi cintura mientras yo leía en voz alta, él agarraba mi cabello y me susurraba cosas al oído provocando que mi piel se estremeciera, por alguna razón necesitaba sentirlo más cerca. Dejaba el libro a un lado y me giraba quedando sentada a horcajadas encima de él, me acercaba a su boca mientras él ponía sus manos en mi cintura y me guiaba, sin pensarlo mucho nuestras bocas se encontraban y nos besábamos sin parar, nos mirábamos a los ojos y me decía.

— Cumpliré tus fantasías pequeña.

El despertador me hizo levantarme de golpe, miré a mi alrededor y me toqué el pecho, mi corazón latía a mil por hora, ¿qué demonios había sido eso? ¿por qué demonios soñé con Laín? ¿Por qué había soñado con ese tipo? Un tipo al cual no conocía.

Me di unas palmaditas en las mejillas para despertarme del todo y borrar aquella escena de mi cabeza, unos minutos más estando dormida y ni me quiero imaginar que hubiera pasado en sueños, quité las colchas de encima y abrí la ventana de mi habitación.

Prendí mi celular y empecé a revisar las notificaciones hasta que llegué a un mensaje.

Un mensaje de aquel tipo para rematar.