Capítulo Cinco

33.7K 4.4K 1.6K
                                    

  Esto era una broma, una broma de muy mal gusto, no podía ser verdad

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

  Esto era una broma, una broma de muy mal gusto, no podía ser verdad. ¿Qué demonios hacía el parado afuera de mi casa?

Cerré la puerta de golpe, un poco más fuerte de lo normal, esperaba que solo fuera mi imaginación. Cuando el timbre sonó de nuevo repetidas veces me di cuenta de que no fue así. Abrí la puerta molesta y le grité.

— ¡Lárgate de aquí!

Para mi sorpresa el que estaba ahí era Eddy y me miraba confundido.

— No entiendo, pensé que iríamos al cine Sofí— dijo rascándose bajo la nuca.

— Lo siento, pensé que eras alguien más. — respondí a modo de disculpa.

— ¿Esperabas a alguien más? — En ese momento supe que no debí haber dicho eso.

— De hecho, no esperábamos que llegaras tu. — y ahí estaba Laín metiéndose de nuevo—. Esta noche iba a ser solamente para disfrutar nosotros dos...solitos. — dijo acercándose y pasando su brazo alrededor de mi cuello.

A penas iba hablar, pero me sobresalté al escuchar la voz de mi madre.

— Ay, chicos me alegro tanto que estén los tres aquí — dijo acercándose, rápidamente retiré el brazo de Laín — . Sofí él es el nieto de Norbert acaba de llegar hace poco y no conoce a nadie, lo invité para que fuera con ustedes al cine, espero no haya problema.

Pasé la mirada de mi madre a Laín y de él a Eddy, este me miraba incomodo mientras B se mantenía sonriendo burlonamente, yo me preguntaba ¿cómo es que mi madre lo había conocido tan rápido?

— ¿Puedes repetir eso? — pregunté incrédula.

— Hija esto no me corresponde, pero tu círculo de amigos es muy pequeño, me atrevería a decir que demasiado, solo tienes una amiga y ya, esta es una oportunidad para que conozcas más personas. — dirigió su mirada hacia Eddy. — ¿No tienes problema con ello o sí? — al hacer esa pregunta su voz se volvió mucho más seria y golpeada.

Esperaba que él dijera algo o se negara, en ese momento necesitaba su apoyo.

— No hay ningún problema. — respondió incómodamente.

Antes de que pudiera poner objeción nos dijo.

— Excelente, entonces que se diviertan. — dijo sonriendo y sacándonos prácticamente afuera de la casa.

Estaba molesta con Eddy, se suponía saldríamos solos y él no había hecho nada para impedir que Laín fuera, ni siquiera pude poner objeción alguna.

— Tú no vendrás con nosotros. — dije rápidamente.

— No hay que dejarlo aquí pequeña, pobrecito. — respondió Laín.

— No me refiero a dejarlo a él, me refiero a ti.

Eddy tampoco se veía muy feliz por eso para ya no había nada que pudiéramos hacer.

N̶O̶ Apto para menoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora