Capítulo Quince

25.4K 3.7K 1K
                                    

     Eddy no se había percatado de quién estaba a sus espaldas de haberlo sabido quizá no me hubiese pedido aquello

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

     Eddy no se había percatado de quién estaba a sus espaldas de haberlo sabido quizá no me hubiese pedido aquello. La mirada de Laín en esos momentos realmente daba miedo, Eddy mientras tanto esperaba una respuesta.

— ¿No me dirás nada? —preguntó mirándome con esperanza.

— No creo que este sea el momento de hablar. —respondí mirando como Laín se acercaba más.

— ¿Por qué? —preguntó confundido.

— No entiendo porque Sofí regresaría con un patán como tú. —intervino.

Vi como Eddy apretaba la mandíbula y se giraba para encararse con Laín.

— Es tu costumbre meterte en conversaciones ajenas ¿no es cierto? No tienes una vida propia así que te gusta fastidiársela a los demás.

— Pues podría ser mi especialidad. —respondió Laín sonriendo y provocándole. —Lamento lo de esta mañana Sofí, no me comporte de una buena forma contigo. —dijo tendiéndome el globo de dona con la palabra <<sorry>>

Antes de que pudiera agarrarlo o rechazarlo Eddy lo tomó y lo reventó enfrente de ambos, me quedé sorprendida ante aquello pues eso no hizo nada más que molestar a Laín.

— Aléjate de Sofí —dijo Eddy serio, en el ambiente se sentía la tensión.

— Oblígame. —respondió Laín desafiante.

— Ya se la clase de persona que eres, ya sé porque tus padres te mandaron con el Sr. Norbert, y tarde que temprano todos se van a enterar, no convertirás a Sofí en un juguete como lo hiciste con la otra chica...

Laín se empezó a reír.

¿De qué estaba hablando Eddy? ¿Cuál otra chica? ¿Qué sabía el sobre Laín?

Iba a preguntar de que estaba hablando, pero Laín me interrumpió.

— Si crees que sabes los hechos adelante, díselo a Sofí, cuéntales a sus padres, ve a decirle a todos la clase de persona que se dice que soy, al final el único que sabe cómo pasaron las cosas soy yo, pero, así como según tú dices que soy ten los huevos de decirle la verdad a Sofí también.

— Un momento ¿De qué verdad hablas?—dije intercambiando la mirada de uno a otro, noté como Eddy palideció un poco.

— ¿Se lo dices tú o prefieres que yo lo haga? —habló Laín desafiante, por lo que veía Eddy quería dejar en mal a Laín, pero por alguna razón los papeles se invirtieron.

— ¿De qué están hablando? —pregunté impaciente.

Laín se acercó a mí y me miró tiernamente.

— Ay mi pequeña, no sabes cuánto lamento que te enteres de esta manera. Cuando él te dejó en aquel tiempo fue porque andaba con otra chica, anduvo contigo y con ella durante unos meses y cuando te dijo que era porque necesitaba tiempo para el... bueno, la realidad era que necesitaba tiempo para estar con ella, una vez te lo dije, no hay secretos que el tiempo no revele.

— ¿No te cansas de inventar cosas Laín? Eso ya fue demasiado extremo, Eddy no fue capaz de hacer eso, eso no es cierto... ¿Verdad?

Lo miré, pero no me respondió, ni siquiera me miraba a mi si no miraba a Laín con mucho odio.

— Tarde que temprano se iba a dar cuenta campeón...

En ese momento Eddy le lanzó un puñetazo a Laín provocando que cayera, se le subió encima y le empezó a pegar, Laín no regresaba los golpes, ni se cubría, simplemente se reía, eso hacía que Eddy se enfureciera más. Ahí me di cuenta de que si estaba mal de la cabeza.

— ¡Ya basta! — grité acercándome para quitárselo de encima, para mi desgracia lo único que recibí fue un codazo en la cara, lancé una maldición y me llevé inmediatamente la mano a la boca.

Eddy se percató de lo que hizo e inmediatamente se alejó de Laín y se acercó conmigo.

— Bien hecho pedazo de idiota—dijo Laín sentándose y escupiendo la sangre que le brotaba del labio.

Mi madre llegó en ese momento, se estaciono rápidamente y miró a Laín después a Eddy luego a mí con la mano en la boca y el labio con sangre.

— Alguien me explica ¿qué está ocurriendo aquí?—preguntó con total seriedad.

— Es solo un malentendido.—respondió Eddy.

— ¿Quién fue el que se atrevió a ponerte la mano encima? —preguntó mi madre acercándose y revisándome.

Era más que claro que el único que estaba en perfecto estado era Eddy, Laín estaba sentado en el suelo con la cara hinchada y yo lo estaba del labio, mi madre no era tonta y se giró rápidamente hacia él.

— Señora fue un accidente, Laín y yo estábamos peleando Sofí se metió y sin querer le di un golpe.

Sin perder la compostura, pero molesta se alejó de mí y se acercó con Eddy.

— Escucha con atención, no quiero que te vuelvas acercar a mi hija, no le llames, no le mandes mensaje y no te atrevas a venir por acá, si la ves en la escuela pásate de largo, haz de cuenta que ni siquiera la conoces...

— Pero Señora no lo entiende...—replicó de inmediato.

— ¡Cállate! — gritó mi madre. —Te acercas a ella de nuevo y será peor para ti.

Dándose por vencido asintió, me miró y lo único que me dijo fue.

— Lo lamento Sofí...

Sentí un nudo en la garganta cuando terminó la oración.

—Lo que dijo Laín era verdad.

N̶O̶ Apto para menoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora