Capítulo Veinticuatro

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He tenido a lo largo de mi vida momentos incómodos, pero justo ese era el que ocupaba el primer lugar

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He tenido a lo largo de mi vida momentos incómodos, pero justo ese era el que ocupaba el primer lugar. Estaba un poco incrédula porque realmente pensé que el pervertido de Laín no había tenido pareja antes, quien lo hubiera dicho, yo pensando que no había nadie que pudiera soportarlo.

— ¿Tienes una ex novia?—pregunté sorprendida.

— Se puede saber ¿tú quién eres? — preguntó la chica ahora ella mirándome de arriba abajo.

— Bueno yo soy...—estaba dispuesta a responder cuando Laín abrió su bocota, no sabía quedarse callado.

— Ella es mi novia.

Lo miré, iba a negar eso cuando Tiffany soltó una carcajada.

— ¿De verdad eres su novia?—me miró fijamente. —¿Aceptaste andar con él a pesar de la clase de persona que es? Oh espera...¿Acaso no te ha contado lo que hizo y la verdadera razón por la que está aquí?

Iba a hablar de nuevo cuando Laín me interrumpió, no podía decir nada.

— ¿Qué es lo que quieres Tiffany?

— No hagas una pregunta de la cual ya sabes una respuesta Laín. Mi instinto me decía que era momento de salir de ahí.

— Creo que tienen cosas de las cuales hablar así que yo...

— No te vas a ir—dijo inmediatamente Laín —. La que se tiene que ir es otra.—habló firmemente.

Tiffany le sonrió de una manera horrible.

⎯ Aunque te estuve esperando un largo rato me iré, pero esto no ha terminado Laín— dijo guiñándole el ojo—. Y solo te daré un consejo amigable chica. —dijo ahora mirándome a mí—. Si sabes lo que te conviene te recomiendo que te alejes de él. —dicho esto miró por última vez a Laín y empezó a caminar alejándose de ahí.

— No preguntes nada.— dijo inmediatamente Laín abriendo la puerta.

Entramos y nos acercamos a la caja registradora para poner los zapatos en ese lugar, yo lo seguía.

— Tengo el derecho de hacerlo, además no puedes ir diciendo a la gente cosas que no son ciertas, ni siquiera soy tu novia.

Laín me miró sonriendo.

— Oh claro que lo eres, solo que tu no lo sabes.

— Hablo en serio Laín, ¿Qué pasó con ella? ¿Por qué terminaron? ¿Sabes realmente porque está aquí? ¿Por qué me recomendó que me alejara de ti? —empecé a bombardear con preguntas.

Agarró de nuevo las llaves y me miró serio esta vez.

— Dices no tener interés en mi sin embargo me cuestionas cosas Sofí, además no es algo de lo que voy a hablar... al menos no en este momento. Tenemos una cita pendiente y si no te importa quiero terminarla.

Aunque lo presionara el tipo era duro y no le iba a sacar nada...era una lástima pues yo quería saber que era lo que había pasado.

Una vez nos salimos de la librería tomamos otro taxi para llegar al cine, el pequeño incidente de hacia un momento no iba arruinar la cita que tenía en mente, eso ya estaba más que claro.

Llegamos y Laín comenzó a caminar decididamente, mientras yo caminaba a sus espaldas, prácticamente me cubría toda y no me permitía ver bien al frente, faltaba poco para llegar al cine, pero de la nada se paró en seco cosa que provocó que chocara con su espalda.

— No sé si te percatas de que vengo detrás de ti, no puedes frenar así de golpe.—dije un poco molesta.

Laín se giró y me sonrió.

— Sabes pequeña creo que mejor dejamos lo del cine para después, te llevaré a casa.

Entrecerré los ojos y lo miré con desconfianza.

— Ya estamos aquí, íbamos a ver una película ¿no? ¿Por qué cambiaste de decisión tan rápido?

Sin responder la pregunta simplemente dijo.

— Hay que irnos.

— Eres un bipolar...en fin como quieras. —respondí sin más, intenté mirar al frente, pero él se puso en mi campo de visión.

— La salida es por allá pequeña. —dijo señalándome. Su comportamiento cambió. Recia estaba intentando mirar, pero seguía cubriéndome.

— Es por allá—señalò la salida de nuevo intentando girar mi cuerpo y guiarme. Me zafé de su agarre.

— ¿Que estas tramando? —intenté ver de nuevo, pero no me dejó.

— Sofía hay que irnos ya. —su tono de voz era golpeado, su mirada se había endurecido y era la primera vez que me llamaba por mi nombre.

— Okay. —dije levantando ambas manos, un solo segundo bastó para que Laín bajara la guardia y yo pudiera mirar al frente.

Me quedé helada, un frio me recorrió el cuerpo, sentí miles de emociones nada agradables, no podía creer lo que estaban viendo mis ojos. Laín había tratado de impedir que yo viera esto.

Un nudo se formo en mi garganta al ver a Lis besándose con Eddy. 

N̶O̶ Apto para menoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora