Capítulo Diez

30.4K 4.1K 1.2K
                                    

 Aquel comentario provocó que me comenzara a reír, reírme como loca, no lo pude evitar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Aquel comentario provocó que me comenzara a reír, reírme como loca, no lo pude evitar. ¿Extrañarlo? Cómo porque haría eso, ¿quién se creía ese tipo?

— Sueñas en grande, ni siquiera te conozco, no tendría razón para extrañarte.

— Eso es lo que tú piensas Sofí. — dijo Laín sonriendo— . Un día te arrepentirás de haber dicho esas palabras ya verás.

— ¿Sabes que pasara el día que te vayas? — iba a responder, pero no se lo permití— . Lo único que pasara es que haré una celebración tan grande que invitaré a todo el mundo para festejar tu partida, eso es lo único. — dije pasando de largo y dirigiéndome directo con el Sr. Norbert.

Al verme se acercó a mí y me dio un beso en la cabeza.

— No sabes cuánto me alegra que pudieras venir, me acaban de llegar unos ejemplares de varios libros y me gustaría que los acomodaras por favor.

— Por supuesto, gustosa lo haré. — dije dedicándole una sonrisa.

— Laín te ayudará. — mi sonrisa se convirtió en una mueca, no necesitaba que ese zoquete estuviera conmigo.

— No, no necesito ayuda de él, soy lo suficientemente capaz de hacerlo yo sola — repliqué de inmediato.

— Sofí, son demasiados libros y no quiero dejarte todo el trabajo a ti, además de que tampoco quiero que Laín se quede de vago sin hacer nada.

— Pero...

Antes de que pudiera seguir reclamando el Sr. Norbert se fue de ahí.

— Ya que has sido derrotada pequeña ¿comenzamos de una vez? — dijo Laín acercándose y haciendo un movimiento de cejas muy extraño.

— Como si tuviera opción — respondí mirándolo con los ojos entrecerrados.

Dejó el vaso de café en el mostrador y me guío por uno de los pasillos acercando varias cajas.

— Empezaremos con esta sección. — dijo señalándome unos estantes.

Asentí sin prestarle mucha atención.

Los primeros minutos ninguno habló, nos concentrábamos en sacar los libros apilarlos y después empezar acomodarlos en las estanterías. El silencio no reino por mucho tiempo.

— ¿Has leído muchos libros Sofí? — preguntó en un intento de sacarme platica.

— Si — respondí secamente concentrada en lo que estaba haciendo.

— Tienes cara de leer novelas románticas — dijo observándome con detenimiento por un momento.

¿Acaso tenía en la cara corazones pintados alrededor para que sacara esa conclusión?

N̶O̶ Apto para menoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora