Lacra meets Pajúo ↠ yoontae.

❛06❜

— ¡Yoongi, llégate!—me gritaron desde la sala donde todavía seguían los vergatarios que todavía no se habían emborrachado.

Yo estaba en la cocina buscando el ron que me habían pedido conseguir, pero me entretuve con una chamita, una de las árabes que estaban ahí. Maldije a quien fuera el gafo que me estuviera llamando, ya no puede uno ni chancear en paz porque no lo dejan.

Eran pasadas las dos de la madrugada, bastantes sometidos ya se habían ido diciendo que sus madres les iban a dar la paliza por llegar tarde.

—Vacila, vacila—habló en voz alta Namjoon cuando regresé a la sala de la casa, señalando al centro.

Todos los que quedaban ahí habían hecho un círculo rodeando a los que se metían a bailar. Ahí estaba Hoseok arrecostándosele a una carajita al ritmo de Becky G con Bad Bunny. Seguramente el pajúo ya estaba más que borracho, sumando que ese no le tenía pena a nada ni a nadie, formaba sus buenos espectáculos cada vez que se pasaba.

—Si Hoseok no fuera tan marico, tuviera chance de conseguirse buenos cuadres—admití mientras que nos reíamos de pelo e' fuego vacilándose a toda aquella que se metía al centro a bailar.

—De bolas que sí.

—Mira, pero tú me jodiste con lo del cuadre, ya me parece que no me conseguiste un coño...—comenté fingiendo arrechera, a la hora que era y con la poca gente que quedaba y todavía no me había ni nombrado el supuesto culito que me había conseguido.

—No vale, cómo crees, estoy es esperando que se terminen de ir los chismosos.

— ¿Cómo que los chismosos?

—Bueno manubrio, la gente es muy salía' y ya van a andar pendiente... si quieres aguántalo un pelo más.

Todavía me quedaba con la duda de que este me había montado en betas raros, mucho cuidao' y me salía con algo con lo que yo no había estado de acuerdo, porque iba a tener que llamar a su señora madre para decirle que fuera pagando los gastos funerarios del malparido.

En una de esas un carajito de segundo semestre se acercó a Namjoon a decirle una vaina al oído, hasta su manera de decir un secreto era de jevita, por mucha seriedad que se le viera en la cara, seguía pensando que esos que apenas llevaban el primer año eran burda e' maricos todos.

—Pija loco, ¿desde cuándo tratas con chamitos del primero?

—Desde ahora. Vente que ya me avisaron de tu cuadre, está listo todo.

—Já weno, fuego.

Nos salimos de nuevo de la sala y agarramos para una parte más alejada del bullicio de gente que ahora animaban a Hoseok, que estaba bebiendo un shot con el vasito metido en el sostén de otra chama, así tipo los programas farandis que pasan por MTV. Había que emborrachar a este menor más seguido.

Llegamos a otra parte que era como una sala más pequeña, igual las luces estaban apagadas pero apenas y llegaban a alumbrar los destellos de las luces de afuera, conclusión que no se veía casi nada, la poca luz que entraba alternando entre iluminando y apagando. El ambiente era arrecho, por lo que sentía habían unas menos de diez personas en la habitación, sin contarnos a Namjoon y a mí que acabábamos de llegar.

— ¿Quiénes están aquí marico?—pregunté esperando que me escuchara, porque sentía a la gente pero era imposible que los reconociera.

—No sé.

Claro que sabía, se hacía el loco el muy coño e' su madre.

Se escucharon unos gritos y juro que escuché que unos gritaron mi nombre como sabiendo que yo había llegado recién. Supe que era un complot que habían armado cuando empezaron a aplaudir, como animado no-sé-qué.

— ¡Échate pa' allá, mamaguevo!—gritó Namjoon y me empujó, me entró medio cague por si chocaba con alguien sin querer, pero me metía el pensamiento de que a lo mejor aquí habían puras jevas y rezaba para chocar con toditas.

De pronto después de que me empujó —supongo yo que hacia el centro de la habitación— un trimardito me echó algo encima, por el olor supe que alguien me había echaro ron y me había caído a mí en la cara. Y maldije a toditos los presentes, en especial al mamaguevo de Namjoon, y hasta a la mamá de Maduro, cuando sentí que me habían empujado era para que justamente chocara de frente con alguien y nos diéramos un latazo sin querer.

No los maldije por hacerme besarme con alguien. Les menté la madre porque ese alguien no era mujer.
 
 
 
 
 

JÁ WENO, AHORA SÍ LLEGÓ EL SALSEO.

en la escena final imagínense el beso de la divaza con alejo igoa, bueno, eso exactamente fue lo que pasó, yayayajú.