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-EPA, NO VALE, QUÉ ES ESA VAINA-regañé cuando vi semejante grosería.

Mis primos los sifrinos brincaron de la silla del susto y se me quedaron viendo confundidos cuando les quité el pote de mayonesa de las manos. Luego pasé mi mirada de ellos a la desgracia que tenían en su plato. A la pobre hallaca cuyos gritos de agonía podía escuchar en mi mente al tener esparcida la asquerosidad color blanco sobre ella.

- ¿Ustedes son enfermos, tienen problemas?-seguí quejándome de su brutalidad.

-Pero qué es, el loco pareces tú-excusó el menor de los dos, viéndome con miedo e inocencia.

- ¿Se puede saber qué clase de becerroide te dijo a ti que a las hallacas se les puede echar mayonesa?

-A mí me gustan...

-TÍA-llamé cada vez más alarmado.

Es que esa vaina no podía ser, er mío. Esta gente tenía serios y graves problemas como para cometer tal crimen. Tenía que justificarlo con alguien y para eso estaba buscando a la que procreó a ese monstruo.

Caminé hasta la cocina, llevando conmigo el plato que aquellos habían tristemente convertido en basura. Yo creo que ni Nicolás Maduro era tan tapao.

-Mira, ve-llamé la atención de los presentes y señalé el plato.

-Naguevoná, se pasaron-comentó con lástima mi tío.

Me quitó la jodía de las manos y viéndola con tristeza jadeó sorprendido. Levantó el plato como presumiendo la cagada monumental que habían hecho ciertos seres que difícilmente eran familia nuestra, sin quitar su cara de anonadado por el suceso y para dramatizar todavía más la vaina. Yo amaba a este piazo e loco.

-Ay ya, cómanse eso...-impuso su querida esposa y mi tía política.

- ¿TAS LOCA O LE TIRAS PIEDRAS A LOS AVIONES?

- ¿O VIENES DE VER CADENA NACIONAL?-le seguí.

-Alguien se lo tiene que comer.

- ¡¡HOLLY!!-nombró mi amá apareciéndose en la escena.

Me reí exageradamente en su cara, dándole a entender que primero entraba Ramos Allup al chavismo que esa hallaca al estómago de Holly.

-Sí, ya, listo, ponte a creer-murmuré, finalmente saliendo de la cocina.

Vi de nuevo a los degenerados aquellos comiendo pan de jamón -hecho también en la casa- en vez de hallacas, y bien hecho. Acordándome de la vaina, si esos bichitos volvían a hacer tal calamidad, les iba a terminar diciendo quién es el Niño Jesús pa que sean serios y se organicen.

- ¿Y eso que hoy no sales con tus amiguitos?-me preguntó la hija de mi padrino.

Estábamos en la cocina fregando los platos. En plural significa yo viéndola mientras ella lo hacía. Después de una cena navideña llena de risas, habladera de paja, maldiciendo al gobierno, quejándose por la poquita ensalada que hubo y que se acabaron en un dos por tres, bochinches de parte de los más carajitos y amenazas de los mayores por matarlos a palo si seguían; todo se había calmado. Estábamos nosotros ahí y los demás invitados seguían regados entre la sala y el patio, esperando el chance de que se distrajeran los niños para poner los regalos abajo del árbol bien boletas.

Su pregunta me tomó desapercibido, tomando en cuenta lo repentina y fuera de lugar que fue, ya que se suponía estábamos hablando de la risa que nos había dado mi abuelo rascao sacándoles los trapitos a sus propios hijos.

También me puso nostálgico. Coño vale, uno no puede andar en depresión post-peo con sus amigos porque todo aquel te lo sacaba en cara.

-No creo que los acompañe. Estamos todavía en proceso de superación de la arrechera que nos agarramos.

- ¿Y eso?-quiso saber en plan preocupada/interesada.

Sabía que si le respondía no me iba a parar bolas totalmente, que solamente me había preguntado por cortesía o tal vez solamente por ganas de sacarme conversación y que no dejáramos de hablar. Por si fuera poco esa carajita de cinco años menor que yo me estaba intentando caer desde que éramos fetos.

Claro que cuando ella era quinceañera sí veía chances, porque no la conocía y solamente me parecía bonita. Pero después de comenzar a tratar con ella fue muy chao contigo.

Así que me abstuve de responder y me encogí de hombros, dedicándome después a terminar mi vaso de coca-cola. Luego pasó todo el show de la llegada del Niño Jesús, la euforia de los carajitos con sus regalos, la feliz navidad, las fotos familiares y la despedida de los miembros de la familia.

Me llegó un whatsapp, Taehyung me había mandado una foto de su arbolito de navidad, en cuyo pie citaba «Esto me trajo el Niño Jesús. ¿Te vienes?»

Al parecer al niño lo consentían más de lo que uno creía. En la foto no se distinguía bien, pero sí me daba cuenta de que era un regalo múltiple, seguro le había tomado foto a todos los regalos de cada miembro de su familia para él. Y me estaba invitando a llegarme a su casa, de seguro para jugar en su Wii el juego que también se incluía en sus regalos.

Tenía que ser muy aguevoniao para decir que no.

Lacra meets Pajúo ↠ yoontae.जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें