❛27❜

1.1K 263 56
                                    


—CARAMBA ÑERO, SE OSCURECIERON MIS DIAS, ALZÓ EL VUELO MI ALEGRÍA CUANDO MENOS LO ESPERABA...—cantaban a todo pulmón en un grupito improvisado que habían armado— ¡El que la sepa que la canteee!—solicitaron en el mismo tono, mientras sonaba el tema de Reynaldo Armas y todos se unían levantando las botellas o vasos, ennotaos e inspirados a mil con la canción.

Busqué a mis kike panas con la mirada, y cuando los encontré me acerqué a ellos. Cuando notaron mi presencia me sonrieron como unos guevones, pero yo podía de todo menos corresponderles.

—Son unos malditos mamaguevos.

Se hubieran reído, como cada vez que los insulto en plan joda, pero sabía que por mi cara les había quedado más que claro que era en serio la vaina. Hoseok me vio con miedo, Namjoon dudó en cómo coño reaccionar, y los que estaban alrededor se quedaron callados y vacilándose el betulio. Claro, un peo más que vacilarse y un chisme más que regar.

—¿Qué lo qué, piazo 'e loco? ¿Ya tan rápido te jodió la caña?—se defendió Namjoon.

—Ninguna caña ni un coño de la madre. Yo creí que ya había superado y olvidado esa vaina, pero nunca supe el cuento completo.

—Ya va, ya va, primero me calmas ese culo, segundo me explicas de qué paja hablas.

Se acercó a mí y me empujó por el pecho para que dejara lo tenso y me hiciera para atrás.

— ¡COÑAZO, COÑAZO!—empezaron a gritar por allá más lejos.

Al echar un ojo alrededor de nosotros, me di cuenta de que media fiesta habían dejado lo que sea que estuvieran haciendo y estaban ahí casi que encima de nosotros pendientes del beta que frao.

—La fiestecita aquella, en la que me jodieron y pasó tú sabes qué. Yo ya los había perdonado por su marisquera, pero resulta que hoy es que me entero de los detalles de lo que pasó—expliqué a medias, no quería ponerme a dar detalles explícitos.

No solamente porque estábamos rodeados de la cuerda de chismosos y metios aquí, sino porque ni siquiera podía mencionar esa vaina sin que me diera un choque de arrechera.

—Naguará...—murmuró Hoseok.

—No me jodas, Yoongi. ¿Hasta cuándo la misma canción? Ya supera esa pendejada...

—Ningún supera, guevón. ¿Cuándo coño de la madre ustedes me pensaban decir que fue Taehyung al otro al que jodieron?

Si de por sí ya estaban en shock con la situación, con eso que les dije se quedaron todavía más locos. Y sin hablar del público que teníamos, se quedaron boquiabiertos, sin palabras, y no se hicieron esperar los murmullos hablando paja de mí.

Pero quién carajo me mandaba a mí a formar este peo aquí y ahora.

— ¿Entonces así es la vaina? ¿Ahora te vas a sentir porque te enteraste de que estuvo ese otro?—cuestionó Namjoon, tenía casi el mismo nivel de arrechera que yo, al nombrar a Taehyung se habían picado.

— ¿Cómo que ese otro? Mámame el guevo, plaste mierda. Me hubiera valido verga con cualquier equis...

—Es que ese menor ES cualquier equis, ¿TÚ ERES MARICO?—gritó y casi todos los presentes, incluyendo a Hoseok, lo vieron sorprendidos.

—Estás claro que no.

— ¿Cómo?—preguntó esta vez Hoseok, quedándose más loco con cada palabra que decía.

— ¿Entonces así es la vaina?—repitió Namjoon con más énfasis—. Listo, chico, anda a comer mierda entonces.

Con eso concluyó y caminó hacia mí, casi llevándome por delante con el hombro. Era evidente que estaba que explotaba de la arrechera, pero si así estaba él yo lo multiplicaba por dos.

Hoseok se quedó un momento más, viéndome todavía sin poderlo creer. Ese pelo e fósforo era el que me había salido más fiel, pero al final terminó yéndose también en sentido contrario al anterior. La cuestión es que ni yo entendía por qué actuaba así. Si me viera en un espejo ahorita de seguro le caería a coñazos, esta crisis de no reconocerme a mí mismo nunca me había pasado, pero tenía que resolver eso ya.

Me volteé dispuesto a irme de ahí, esquivando al bullicio de gente que se había formado alrededor como los espectadores de una pelea de gallos. Y hasta el último segundo seguían volteando a ver al gallito perdedor que volvía desmoralizado a su jaula.

Estaba estresado, arrecho con todos y conmigo, desesperado por una respuesta. Queriendo que alguien viniera a joderme a palos para hacerme reaccionar, que me dijera en qué coño la estaba cagando para poderme acomodar.

Tan inmerso estaba en mi propia crisis mental que ni siquiera le dirigí la mirada a aquel pendejito que había visto todo de lejos, por allá perdido en la oscuridad que le daba estar debajo de los palos aquellos, siendo que él no me quitó los ojos de encima hasta que me desaparecí totalmente entre las sombras de la calle.

Lacra meets Pajúo ↠ yoontae.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora