❛29❜

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— ¡Guevo pelao!—exclamé en voz baja cuando empezó a sonar mi celular indicando una llamada y casi haciéndome descubrir.

Colgué la llamada entrante y lo silencié lo más rápido que pude. Había interrumpido con mi momento de santa jartadera, vacilándome los ingredientes que habían sobrado de las hallacas, uvas pasas, aceitunas, tocino, y el guiso que estaba en la nevera sin nadie que lo disfrutara. Eran pasadas las 12pm y estaba aprovechando que todos en mi casa estaban más allá de rendidos hace rato, bajé a la cocina a gozarme el festín.

Claro que, mi mamá arrecha me amenazó con la coñiza del año si tocaba esa comida, porque según ella era para más hallacas que se iban a hacer "más tarde". Más tarde el guevo mío, ya hoy se habían dado el lujo de hacer doscientas y algo, qué más quieren.

Suertudos nosotros que íbamos a jartar hallacas hasta mayo.

Regresé a mi cuarto después de arreglar ese problema de cargar el estómago pegao del espinazo y me dispuse a ver quién coño llamaba a esta hora.

Coño mano, es Diciembre, es casi la una, estamos de vacaciones y de paso es fin de semana. Respeten.

—El coñísimo de tu madre. ¿'Tas loco, Vladimir?

— ¿Es muy tarde? Soy consciente de la hora que es, sí, pero pensé que estabas despierto todavía, ¿pensé mal? ¿Sí estabas dormido? ¿O estabas ocupado? No te desperté, ¿o sí?

—Estabas viendo Anabelle y measte la cama y me llamaste para que me riera de ti. Si no es así te mato a coñazos porque entonces tu llamada no vale la pena.

Escuché cómo Taehyung suspiró resignado y entendí que se lo había tomado en serio. Verga, pero este carajito nojoda. Provocaba o regalarle un coñazo, o canturrearle un 'ay mi muchachito...' mientras le acaricias el pelo y lo tratas como un bebé de un año. Todo un dilema existencial.

—No tranques. No era en serio—expliqué—, ¿Vas a trancar?—pregunté rápidamente y atónito cuando lo escuché con intenciones de colgar.

Qué sensible. Qué marico.

—Me la creí.

—No, de bolas que sí...

Se rió. Escuchar su risa era reconfortante, demasiado. Nada podía estar mal en el mundo si este muchacho te reía en el oído.

Esa vaina tan rara que no tiene a ninguna caraja jalándole bolas. Aunque no podía decir si sus amigos, tal vez, ese trío trifásico tenía un jujuju sospechoso.

—No me dan miedo las películas de terror. Todos piensan que sí y no entiendo por qué, me parecen... bien—reveló de repente.

—Ah, ta bien chico. A mí pues... no me gustan esas vainas ni por el coño. Aunque depende de cuál sea; mientras que con It me cago de risa, con El Conjuro y Anabelle es otro beta. Sape gato.

Se volvió a reír, esta vez seguro de mí. Así se nos fue el tiempo, manguareando y hablando paja + marisqueras. Pero como ya había caído en cuenta antes: Taehyung no me ladillaba, para nada. No fue difícil contener mis ganas de mentarle la madre por llamarme a estas horas diciéndole que respetara mi sueño y mis ganas de cortarle la llamada. De hecho, por su culpa se me quitó la flojera y también el sueño. Cuando terminamos de hablar diciéndonos que íbamos a dormir, lo menos que hice fue dormir.

Cerraba los ojos pero nada que caía. Ahora Taehyung también me quitaba el sueño.

Chévere.




ustedes también sienten que estos últimos capítulos son dem gafos delante de los primeros?? me pasa con todas las historias srry

Lacra meets Pajúo ↠ yoontae.Where stories live. Discover now