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Habian pasado unos cuantos días y Louis no seguía mejor. Es triste para él aceptar que en lugar de mejorar, cada día empeora más.

Su madre últimamente ha estado un poco alejada, por asuntos ajenos a él, y eso lo hace sentir peor. La única forma en la que logra subir su ánimo es pasar una tarde con ella, haciendo postres y hablando de cualquier tonteria que les pase por la cabeza. Hace semanas fue perdiéndose la costumbre cuando Johannah llega demasiado tarde y agobiada del trabajo, o tiene que encargarse de sus asuntos. Y a Louis le queda pasar la tarde fumando y llorando, sintiéndose jodidamente solo, e incluso cuando Zayn no para de decirle que siempre estará para él. Hace varios meses comprobó que realmente no es así.

Apagó el cigarrillo con su pie, y lo tiró por la ventana. Colgó la mochila en su hombro y salió de su habitación. Recuerda la primera vez que su madre lo vio vestido de ese modo tan alejo a él. Casi llora, y no precisamente de felicidad.

—Hijo... espera —dije Johannah, deteniendolo justo en la puerta. Él susodicho se da la vuelta.

—¿Qué pasa mamá?

—Estuve hablando con Mark, y haciendo un par de cosas... me permitió a ir a Alemania a ver a las chicas.

Louis se abalanzó sobre Johanna, feliz. Por fin, podrá alejarse de todo. Y va a ver a sus hermanitas.

—Pero con una condición.

Louis se apartó de su madre, mirándola con angustia e incertidumbre. Ella bajó la mirada.

—Que vaya sola...

La expresión en el rostro de Louis era de absoluto dolor, aun cuendo él no se estaba viendo, sabía que era digno de lastima.

—Mi vuelo sale hoy a las cuatro de la tarde, pero si quieres no voy, ¿está bien? Puedo quedarme contigo e ir a verla después. Cuando logre que nos den permiso a los dos.

Louis negó con un nudo en su garganta.  ¿Qué persona puede ser tan jodidamente egoísta y mierda para arrancarle a su propia madre tanta felicidad e ilusión? Nunca le quitaría a su madre la posibilidad de abrazar y besar a sus hijas. No va a negarle esa dicha, cuando por su culpa se la arrebataron.

—Dile a mis hermanitas que las amo tanto, que las extraño con mi vida y espero algún día poder verlas.

Louis sonrió forzadamente, y abrazó a du madre una vez más.

—Estoy muy orgullosa de ti, Louis. Te amo. Vendré en unas semanas, intentaré estar aquí lo antes posible.

Él menor asintió y se separó sin mirarla a los ojos.

—Está bien, mamá. No quiero que te preocupes, estaré bien. Zayn vendrá a acompañarme.

Johannah besó su frente y acarició su cabello. Louis mordió su labio inferior con fuerza.

—Perdón por no decirte antes...

—No importa, adiós mami —murmuró, antes de besar la mejilla de la mujer, y finalmente salir de la casa.

Tan pronto como se alejó de su casa empezó a llorar. No era primera vez que se quedaba solo, pero dolía mucho más que la primera. No era momento para estar solo, no era momento para estár alejando de lo único que lo mantiene en pie. No era el momento. No era su momento.

El camino a la univerdad se hizo realmente corto entre lágrimas y un par de cigarrillos. Últimamente se ha vuelto demasiado bueno para fingir que no ha llorando en mucho tiempo, y se está volviendo un viejo amigo del cigarrillo. Es todo lo contrario a eso. Al llegar Zayn lo espera en la entrada como cada día, y entran juntos. Está vez Zayn nota a Louis mucho más decaído de lo usual. Tanto que ni siquiera fingiendo que nada pasa puede ocultar su tristeza. La boca miente, los ojos no.

—¿Puedes por favor decirme que tienes?

Louis volteó a ver a Zayn, y antes de que si quiera pudiera decir algo, se echó a llorar en su hombro. Él morocho reaccionó enseguida envolviendolo en un fuerte abrazo, y acariciando su cabello.

—¿Qué pasó?

—Mamá... ella se va a Alemania a ver a mis hermanas. Papá no deja que yo vaya, y me siento tan mal.

Louis mordió su labio inferior con fuerza, sintiendo el metálico sablr a sangre en su boca. No quería llorar más, pero era inevitable. Zayn intensificó el abrazo y beso su cabeza.

—Oye tranquilo, no te preocupes. Aqui estoy yo.

Louis se separó de Zayn y limpió sus lágrimas.

—Yo soy fuerte. Estaré bien —dijo, mas para si mismo que para Zayn. Intentaba convencerse de algo que, lamentablemente, no sería así.

—Louis...

—Cállate, Zayn. No te necesito, voy a estar bien solo.

Él menor tomó aire y caminó lejos de él morocho. Iba muy perdido en sus propios pensamientos cuando chocó con una superficie plana y alta, que además, quiso chocar con él.

—Hola bonito.

Louis levantó su vista, observando los bellos ojos color azul cielo de James, está vez iba junto a Niall. Que se despidió con la mano y caminó en otro dirección.

—Hola rubio.

—Me encanta como se ve tu culo en ese pantalón, aunque debo admitir que nada te hace lucir mejor que una falda.

Louis rió sin ganas y apartó la mirada. Imbécil.

—¿Eso era todo lo que me querías decir? Porque tengo prisa.

—Espera, me enteré de que Harry y tú terminaron, es lamentable —dijo, intentando ocultar lo feliz que le hacia la noticia, y fracasando en el intento.

—Si, nadie lo lamenta más que yo.

—Pero no te deprimas. Mira a tu alrededor, me tienes a mi.

Louis miró a James unos segundos, tenía una jodida sonrisa, joder. Cualquiera se derretiría con ella. Al igual que su hermano, tenía un encanto único y envidiable. Pero aún así no le llegaba ni a los talones a Harry. Quiso alejarse cuando sintió la respiracio de James contra la suya, pero no pudo hacer nada cuando tenía unos tibios labios contra los suyos.

Piensa en Harry. Cierra los ojos, y piensa en Harry. Se repetía una y otra vez para si mismo. Los labios de James devoraban los suyos, mordiendo y chupando. Louis solamente apretó sus ojos con fuerza, imaginando que era Harry quien lo besaba. Aunque Harry nunca lo había besado de una manera tan brutal, sus besos siempre estaban llenos de dulzura, incluso cuando lo hacía suyo.

Las manos de Louis tomaron la camisa de James, y fue inevitable cuando una lágrima corrió por su mejilla.

Él no es Harry.

La respiración de Louis estaba era inestable cuando el beso se corto. James limpió su lágrima con el dedo pulgar. Y besó su mejilla.

—Olvídate de Harry, ahora estoy yo —dijo, guiñandole un ojo. Louis se estremeció. —Nos vemos después, bonito.

James pasó por un lado de Louis, y éste se quedó quieto en su lugar por unos segundos, mirando a la nada.

No quería estar solo, pero sobre todo. No quería sentirse solo.

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No me maten.
Mi excusa: me lesioné el tobillo y solamente podía (puedo) pensar que no podré estar en mi primer juego.

Más tarde subo otro que ya está medio escrito :)

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Sweet lie➳ Larry AUOnde histórias criam vida. Descubra agora