Capítulo 4

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Es sábado ya, y me estoy arreglando para esta tarde. Al final sólo vamos a ir Vanessa, Paula, Jennifer y yo, y Alex acudirá directamente al cine con un amigo. Tengo muchas ganas de ver a Alex porque hace mucho tiempo que no le veo, espero que el hecho de que Jennifer esté presente no fastidie la tarde.

A las cinco el coche del padre de Paula toca la bocina para que baje, así que acabo de retocarme los mechones rubios de pelo que se escapan del moño y bajo corriendo las escaleras. Subo a la parte trasera del coche y me pongo al lado de Vanessa, en medio.

-Hola, Em.

-Hola - digo, con efusividad fingida. - Ya estamos todos, ¿no? - Sabes perfectamente que no estamos todos, Emma, no seas idiota.

-Falta Jennifer - Dice el padre de Paula. Claro que falta Jennifer. Desde el Jueves no he hablado con ella, tampoco tengo mucho que decirle. 

El padre de Paula conduce hasta la casa de Jennifer y vuelve a tocar la bocina. A los pocos segundos sale Jennifer de la casa y se dirige hacia aquí. Lleva unos pantalones cortos rasgados que le quedan verdaderamente… 

Para, Emma. Ya.

Jennifer sube al coche y, cómo no, lo inunda todo rápidamente de un olor a vainilla exquisito. Le hago sitio para que se siente a mi lado.

-Hola chicas 

-Ahora sí que estamos todos - El padre de Paula me dedica una sonrisa por el retrovisor. 

Al sentarse a mi lado me doy cuenta de que lleva el pelo medio mojado, y por eso huele tan bien a vainilla. El coche no es muy amplio, así que su pierna está pegada a la mía y nuestros brazos se rozan, poniéndome la piel de gallina. Ella gira la cabeza hacia mí, de modo que quedamos a pocos centímetros por culpa de la falta de espacio.

-Hola, Em. - Dice, y yo me pongo tensa. Se le dibuja una sonrisa prepotente en la cara. Dios, echaba de menos esa sonrisa, pero desvío la mirada.

-Hola - Digo, mirándome las manos, nerviosa. Noto cómo ensancha la sonrisa, y luego gira la cabeza hacia la ventana, dejándome espacio.

Noto una especie de corriente eléctrica entre nosotras cada vez que nuestros brazos o piernas se rozan. ¿Lo notará ella? Es como si me diera la corriente cada vez que mi piel toma contacto con la suya, aunque de un modo más agradable. Ella sigue mirando hacia la ventana, así que no le puedo ver la cara. Decido dejar de pensar en eso e ignorar la corriente eléctrica.

Pasamos casi todo el viaje en silencio, escuchando la radio, y ya estamos llegando a la ciudad. El padre de Paula gira bruscamente en una rotonda para meterse en la calle donde están los cines, y caigo casi encima de Jennifer. Joder, rotonda de mierda. Jennifer vuelve la cabeza hacia mí, dejando menos espacio que antes, con un tono divertido en su expresión.

-Lo… siento - consigo decir, a cinco centímetros de su cara. Nos miramos a los ojos durante unos segundos, y ahí está la familiar sensación de mi estómago. Jennifer intenta reprimir una sonrisa, y se acerca a mi oreja.

-No me mires así - susurra. 

-¿Por qué? - Digo, también susurrando. Paula y Vanessa están hablando entretenidas, así que no nos están escuchando. Jennifer se acerca a mí como si me fuera a dar un beso, y noto su respiración en mi piel. Está tan increíblemente cerca que cierro los ojos, esperando su beso. ¿Qué coño haces, Emma?

-Porque cualquiera pensaría que quieres besarme. - Vuelve a poner su mejor sonrisa prepotente y se aparta de mí, girando la cabeza hacia la ventana. 

Yo me quedo mirando hacia su dirección, con cara de gilipollas. ¿Qué acaba de pasar? Y ¿por qué narices no me he apartado? Miro nerviosa a mi alrededor, nadie parece haberse percatado de nada. El padre de Paula para el coche en frente de los cines, y todas bajamos y le damos las gracias.

The way I used to feel about her. (Parte 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora