Capítulo 9

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Estoy sentada en una de las mesas del interior de la cafetería, esperando a que venga Marta. Hay una camarera que no deja de lanzarme miraditas, y me estoy poniendo realmente incómoda. Menos mal que Marta ya está entrando por la puerta,

-¡Marta! - Me levanto y le doy un abrazo y dos besos, quizá con demasiada efusividad. 

-Hola, ¿qué tal te van las medio-vacaciones? 

-Genial. - nos sentamos, y me acerco a ella con una sonrisa cómplice - no te vas a creer lo que me acaba de pasar. No te gires, pero la camarera pelirroja de la derecha no deja de lanzarme miraditas - Marta se gira sin disimular para nada, y lanza una risita.

-¿La que está viniendo hacia aquí? - No me da tiempo a girarme, oigo una voz de chica por detrás de mí.

-¿Os pongo algo? - me giro lentamente y ahí está, la chica pelirroja con el pelo liso largo, que ahora está mirándome con unos ojos color crema curiosos.

-Yo quiero un capuccino - dice Marta, y la camarera lo apunta en su libretita. Cuando acaba apoya las manos en mi parte de la mesa, y me vuelve a sonreír.

-¿Y tú?

-Eh… yo quiero un batido de chocolate - le devuelvo la sonrisa de forma amable, esperando que se vaya.

-¿Nada más? - añade, con un tono de voz más suave. Madre mía, nunca me habían tirado los trastos tan abiertamente.

-No, gracias - Marta contesta por mí, y la camarera le lanza una mirada de odio y se retira al fin. - Vaya, con la camarera. - las dos nos reímos.

Marta y yo charlamos animadamente sobre todo un poco, también le cuento el lío que tengo con Alex y le cuento que en realidad no me gusta estar con chicos, que en realidad siempre lo he hecho por obligación.

-Pues no deberías estar con chicos si no te gustan, da igual lo que digan tus padres. 

-Mi padre dice que quiere apoyarme, así que el único problema es que no sé realmente lo que quiero.

-Parece que la camarera lo sabe más que tú - dice, y nos reímos las dos otra vez. 

Me acabo el batido de chocolate y le pido la cuenta a la camarera, que deja una bandejita con el ticket y otro papelito doblado. Miro extrañada el papelito y lo desdoblo.

-¿Qué pone? - pregunta Marta, intrigada.

-Hay un número de teléfono escrito, y luego pone Karla. - digo, con cara de perplejidad. No me puedo creer que la camarera me haya dado su número, así, sin más. Marta suelta una carcajada.

-Se te tiran encima.

-Eso será - salimos riéndonos de la cafetería, y ya se ha hecho casi de noche.

-Bueno, ha estado muy bien salir contigo - le digo, dándole dos besos  - a ver si quedamos más a menudo.

-Claro, ya hablaremos - dice, y cada una se va de camino a su casa.

Me han dado un número de teléfono, vaya. Desdoblo el papelito y vuelvo a leer el nombre de Karla. Era bastante guapa, la verdad, pero ya tengo bastante lío en la cabeza como para ir pensando en salir con una camarera. Me guardo el papel en el bolsillo de la chaqueta y me concentro en el camino de vuelta a casa. Esa noche apenas duermo, pensando en el lío que tengo en la cabeza y en cómo voy a solucionarlo.

The way I used to feel about her. (Parte 2)Onde histórias criam vida. Descubra agora