Capítulo 10

21.6K 1.2K 136
                                    

Ya es viernes, y sólo quedan diez minutos para encontrarme con el chico al que le gusto, la chica de la que creo que estoy enamorada y el chico que a ella le gusta. Genial, ¿qué me debería poner para la ocasión? Me decido por unos pantalones cortos y una camiseta informal, de todos modos no tengo muchas ganas de ir. Suena el timbre de casa, y oigo desde mi habitación cómo mi madre saluda efusivamente a Alex. Bajo las escaleras  y Alex me da un beso que hace que me ponga tensa.

-Pasadlo bien - dice mi madre, y se va hacia la cocina a seguir lo que sea que mi madre hace.

Entramos a la pizzería, Marcos y Jennifer ya están dentro. Marcos está rodeando a Jennifer con el brazo, y ella mira distraídamente el local. Después de darle dos besos a Marcos y un asentimiento de cabeza a Jennifer para saludar, nos sentamos en el sillón doble que hay al otro lado de su mesa, de modo que quedamos una pareja en frente de la otra.

-Bueno, se os ve muy felices juntos - dice Jennifer mirándome, con los ojos entornados. ¿Qué pretende? Alex me rodea la cintura y me da un beso en la mejilla.

-Sí, yo estoy muy contento con mi chica - Jennifer sigue mirándome a mí, claramente espera que haga algún comentario al respecto.

-Y yo, somos como la pareja perfecta - le digo a Alex, y le doy un beso en los labios. Toma ésa, Jennifer. - ¿Y qué tal vosotros? -digo, devolviéndole la pelota a Jennifer. Ella no dice nada, se gira y le da un beso a Marcos que provoca un efecto muy desagradable en mí.

-Nosotros también - dice, y me lanza una sonrisa prepotente.

Pedimos las pizzas que queremos, y los chicos se ponen a hablar animadamente sobre fútbol. Jennifer y yo nos quedamos en frente la una de la otra, mirándonos fijamente. 

Me fijo en Marcos por un momento. Lleva una camiseta de manga corta muy ceñida que le marca los músculos del brazo, el pelo revuelto... No sé qué puede haber visto Jennifer en él. Tampoco sé qué pudo haber visto en mi. Me entristezco al pensarlo, he desperdiciado la oportunidad de estar con la chica más increíble que conozco, y ahora ella está rodeada por el brazo de un musculitos. Y lo peor de todo es que ella no sabe lo que siento.

Vuelvo a mirar a Jennifer, que no ha dejado de posar sus ojos oscuros en mí, y el corazón me da un vuelco. Tiene que saber lo que siento antes de que todo esto llegue demasiado lejos. 

-Necesito hablar contigo - digo, interrumpiendo la conversación de la mesa. Los chicos se quedan mirándonos unos segundos, y luego siguen con su conversación. Jennifer me mira sorprendida - fuera.

Ella asiente, y yo me levanto de la mesa y ando hacia la salida. Ya está anocheciendo, y fuera hace fresco. Sigo andando hasta que giramos la esquina de la calle, y me vuelvo hacia ella. Está desconcertada, no sabe la que le viene…

-Bueno, ¿y bien? - dice, con voz impaciente.

-Tenías razón, y no quiero seguir fingiendo que me gusta Alex - digo, y ella me mira como si no lo entendiera.

-Me alegro de que te des cuenta - dice poniendo los ojos en blanco, y se gira para entrar otra vez en la pizzería. Le cojo del brazo por detrás, haciendo que se gire nuevamente hacia mí. No he terminado, Jenn.

-No quiero seguir fingiendo que somos extrañas, o que no siento un cosquilleo en el pecho cada vez que me miras - empiezo a hablar de verdad, cerrando los ojos. Cuando los vuelvo a abrir ella sigue ahí, a la espera - No quiero mentir y decir que Alex y yo somos la pareja perfecta - hace una mueca al oír eso - porque no es lo que siento. 

-Emma, tú no sabes lo que sientes.

-Sé que he intentado alejarme de ti, he intentado odiarte, dejar de quererte - digo, en voz baja. Ella sigue sosteniéndome la mirada, impasible - y sé que cuanto más lo intento, más difícil se me hace. 

Hago una pausa, y veo cómo sus ojos reflejan duda.

-Y no quiero seguir intentándolo. Te quiero, y no quiero esconderlo más. - finalizo mi discurso, y el corazón me va a estallar en el pecho. Al fin siento que he dicho la verdad, ahora le toca a ella reaccionar.

-Es que yo no sé si eres la misma persona de la que me enamoré, Emma. Has tenido que verme con otra persona para darte cuenta de todo eso, y ahora no sé si voy a poder… - niega con la cabeza, y noto cómo mi corazón se divide en trocitos pequeños - Lo siento, pero tengo que entrar, mi novio me está esperando.

Veo como se aleja en dirección a la pizzería, en dirección a los brazos de su novio, y empiezan a caer gotas del cielo. 

Me pongo a andar calle arriba sin mirar hacia atrás. Pronto empieza a llover más fuerte, y no tardo en quedar completamente mojada, pero me da igual. Siento las gotas caer sobre mi cara, mezclándose con mis propias lágrimas, y el sonido de las gotas de lluvia mezclado con mis sollozos es lo único que se oye en la calle desierta.

No tardo en llegar a mi casa, y agradezco mentalmente que mis padres no estén en casa. Estoy mojada de arriba a abajo, y vacía por dentro. Aún tengo hambre, así que pido una pizza de la misma pizzería de la que me he ido corriendo con el corazón roto.

“No eres la misma persona de la que me enamoré”

Sus palabras suenan en mi cabeza una y otra vez, haciéndome pedazos. Soy idiota, he llegado demasiado tarde, ya no me quiere. Idiota, idiota, idiota. 

Suspiro al mirar mi pelo rubio chorreando en el espejo de la entrada y mi expresión destrozada. Me siento en el suelo del vestíbulo, poniendo la cabeza entre mis rodillas. Esto es lo que pasa cuando te hago caso, corazón estúpido. He asumido mis sentimientos, me he sincerado, y sin embargo me siento vacía como si me los hubieran quitado. No puedo hacer nada más que llorar, e intentar reconstruir lo que queda de mi corazón.

Llaman al timbre. Por lo menos ahora podré odiarme a mí misma mientras me como la pizza. Me levanto del suelo ayudándome del pomo de la puerta, y la abro para recoger la pizza de jamón y queso que he pedido hace quince minutos. 

Pero no es un repartidor de pizzas quien ha llamado al timbre. Me sorprendo al ver a una chica morena en el umbral de la puerta, mojada de arriba a abajo, pero tan guapa como siempre. Jenn.

Está mojada, pero por su expresión sé que ha estado llorando. Sus ojos oscuros están fijos en los míos, con una expresión indescifrable. 

-Yo también te quiero - dice, y antes de que me de cuenta tengo sus labios sobre los míos, dejándome totalmente descolocada. Me coge suavemente de las caderas obligándome a entrar en casa, y sin apartar sus labios de los míos cierra la puerta detrás de nosotras. 

Hoy he subido dos capítulos seguidos porque os los merecéis :D Gracias por leer, votar, y comentar la historia, sois geniales! ♥

The way I used to feel about her. (Parte 2)Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ