Capítulo 22

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  • Dedicado a A Ella, porque siempre será mi debilidad.
                                    

POV Jennifer

Flashback. 

No sé cuánto tiempo llevo queriendo besar esos labios. Bueno, sí, sé que llevo toda la tarde queriendo hacerlo. Al principio pensé que lo llevaría bien, que podría contenerme, pero luego me he dado cuenta de que ella también quiere besarme, y todo se ha vuelto más tentador. Como para no ser tentador… es preciosa. No, es más que eso. Vale, puedo sonar muy cursi, pero es verdad… ella es mucho más que una cara bonita. Es mi mejor amiga desde hace años, y siempre le he querido mucho. Quién iba a decir que íbamos a cambiar tanto.

A ver, nada ha cambiado, sigue siendo la persona más importante para mí, la primera persona a la que llamo cuando me pasa algo y la persona a la que le quiero contar mis logros, mis miedos. Lo que ha cambiado son mis sentimientos por ella. Siguen estando los sentimientos de antes, pero ahora se les han sumado los sentimientos de algo más. Bastante más.

Algo indefinido que no voy a pararme a analizar, solo sé que ahora mismo quiero besarle y no puedo, porque estamos en medio de la calle de esta mierda de pueblo pequeño, y sé que si le besara saldríamos de portada en las noticias. 

Pues eso, una putada.

Pero por ganas no será.

Buf, matadme ya, por favor.

-Te acompaño a casa y espero allí a que pasen a por mí- dice, levantando la vista del móvil. Ya es tarde, pero a ninguna de las dos nos apetece levantarnos. Tiene el brazo alrededor de mi pierna y está acariciando mi rodilla. Un inocente gesto para cualquier persona que nos vea, pero para nosotras significa mucho más. Quita el brazo para dejar que me levante. No puede ser, la tarde no puede acabar así. Quiero esos labios.

Llegamos a mi portal y abro, metiéndonos las dos en el patio. Nos quedamos mirándonos, y yo acabo sonriendo, sus ojos color caramelo me hacen sentir en las nubes con sólo una mirada.

-¿Qué pasa, Jenn? - dice, devolviéndome la sonrisa. Dios, esta chica me va a matar. Dirijo la mirada a sus labios, aún sonrientes, y me muerdo mi labio inferior. Sabe el efecto que tiene sobre mí.

-Nada. - Digo, volviendo a mirar esos ojos caramelo que me llevan loca. Su móvil vibra, lo que significa que ya han venido a por ella. Le dirige una corta mirada a la pantalla, y suelta un pequeño suspiro antes de volver a mirarme a mí.

-Me tengo que ir - Nos quedamos calladas unos segundos, mirándonos, sabiendo que la tarde ha acabado, y la luz del patio se apaga automáticamente. Muy perfectamente oportuno.

Se acerca para despedirse, para darme dos besos, pienso yo. Pero de repente siento una mano en mi cuello, acercándome más a ella, y yo me dejo acercar. Sus dedos se enredan fácilmente con mi pelo, y se muerde el labio mientras me mira profundamente a los ojos.

Y, efectivamente, pasa. Siento sus labios sobre los míos, y dejo de pensar. Tengo que admitir que mi corazón lleva parado desde el momento en el que la luz se ha apagado, y que he perdido totalmente la noción del espacio y del tiempo. 

Nuestros labios empiezan a moverse, lentamente, disfrutando del tan esperado momento. Todo lo que hay a mi alrededor se desvanece, sólo está ella. Ella, y sus labios. Trazo su labio inferior con mi lengua, y ella entreabre la boca para dejarme pasar. El beso se profundiza, nuestras lenguas jugando lentamente la una con la otra.

Finalmente, se separa y me mira a los ojos durante una fracción de segundo antes de irse.

-Adiós - me dice, con la voz trastornada, mientras se dirige hacia la puerta del patio.

-Adiós - contesto instintivamente, no me preguntéis cómo, girándome yo también para subir a mi casa. Mi cerebro no procesa adecuadamente, y el cosquilleo en mi estómago me está mareando. 

¿Qué acaba de pasar?

Acaba de pasar que tu mejor amiga te ha dado tu primer beso en la puerta de tu casa.

Vuelta del flashback.

Debería de sentirme como una imbécil, y creedme, lo hago. Me odio a mí misma por hacer daño a Emma, y me odio a mí misma porque lo único en lo que puedo pensar es en todos los momentos que he vivido con Karla. Ella fue… mi primer amor. Supongo que nunca conseguiré pasar página de ella. 

Y ahora ha vuelto, y sólo puedo pensar en ella. Quiero a Emma, lo hago, y sé que lo que debería hacer es ir corriendo a su casa y arreglar las cosas.

Pero Karla, ella es, y siempre va a ser mi debilidad. Va a ser la persona que, haga lo que haga, siempre va a conseguir cuestionarme todo. La persona que, si aparece el día antes de mi boda y me dice que me escape con ella, mi corazón me suplicaría que fuera con ella. La persona con la que voy a comparar a todas las demás.

Pero tengo que callar a este estúpido corazón, porque ya no pertenece a Karla, por mucho que él lo desee.

Ella me hace vulnerable. Y eso me da miedo.

Pero también me encanta.

Eres gilipollas, Jennifer. 

Me levanto de mi cama, frustrada, con la cabeza hecha un lío. Decido darme un baño, pero el agua caliente no logra deshacer la guerra mundial que se está llevando a cabo en mi cabeza. 

“Ves con Em, habla con ella y soluciónalo. Olvídate de ella, ella es el pasado. Emma es tu presente.” Es lo que me dice mi cabeza.

“Llama a Karla. Quieres verla. Sabes que todos esos sentimientos no se han ido. Le sigues queriendo, estás perdidamente enamorada de ella, siempre lo has estado. Emma no dudó en borrarte de su vida cuando estaba… confusa, y te puso otra vez en su vida cuando a ella le convenía. ” Es lo que me dice mi putísimo corazón.

Y la verdad es que aún no he podido olvidarme de todo lo sucedido con Emma. Ella… siento como si fuera su experimento. Me deja y me vuelve a coger cuando a ella le parece. ¿Quién sabe cual va a ser la próxima vez que se confunda, y pase semanas sin querer hablarme otra vez? Además, desde que hemos vuelto a estar juntas esta vez, la verdad es que nada se siente como antes. 

“Karla se fue sin decirte adiós.” Oh, cállate estúpida cabeza.

Me pongo debajo de las mantas de mi cama, me pongo los auriculares y subo el volumen al máximo. Quiero escuchar las notas tan altas, que no pueda oír mis propios pensamientos. No quiero pensar. Pongo el modo aleatorio, y sale la canción menos indicada para ayudarme a dejar de pensar.

[(The cab -  These are the lies) Es importante que la busquéis.]

Oh, genial. Ahora me siento identificada con esta estúpida canción. No, Emma no es una mentira que me digo a mí misma. Ella es… yo la quiero. 

Dios, voy a ponerme a llorar con esta puta canción. Yo sólo quería escuchar música para despejarme…

Me quito los auriculares de un estirón, odiando la reproducción aleatoria de mi teléfono. Y es entonces cuando escucho el agudo sonido del timbre de la puerta principal.

Mi corazón se para. Sea quien sea, no estoy mentalmente preparada. 

Bajo las escaleras rápidamente, con unos pantalones de cintura baja del pijama y una camiseta de tirantes, revelando parte de mi vientre. Probablemente mi pelo sea un desastre, y mi cara seguramente refleja el desastre que ocurre en mi cabeza. Abro la puerta, y me quedo paralizada. 

-Hola, Jenn.

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Bueeeeeeeeeeeeeeeno. Quería daros las gracias por la paciencia que estáis teniendo con las actualizaciones, y deciros que ahora tengo más tiempo para escribir, así que no os voy a hacer sufrir mucho.

También comentar, que esto se está poniendo MUY INTERESANTE. Soy la escritora, y yo misma me muero de feels. Espero que os esté gustando.

¿#Jemma, o #Kennifer? 

The way I used to feel about her. (Parte 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora