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Capítulo 1; Nacionalidad.

—Mira, mira.— Dijo la de ojos marrón acercando su celular al rostro del peli-morado.

—No lo pongas tan cerca de mi cara.— Dijo simple, haciendo que ella alejara el celular un poco.

—Ya voy a llegar a los 2K de seguidores en Instagram.— Dijo fantaseando, mientras el ojeroso veía el perfil de la chica.

—Que bueno.— Dijo simple, entregándole su celular. Mientras continuaba comiendo.

—Deberias hacerte una cuenta.— Puso el celular debajo de su pierna. —Asi podría darte el crédito por todas las maravillosas fotos que me has tomado.— Lo alagó mientras continuaba su comida.

El chico ignoró el comentario y se fijó en la comida de la castaña, según lo que sabía ella cocinaba su propia comida.

—¿Qué es eso?— Preguntó señalando la comida de su amiga.

—Oh, es algo simple.— Dijo antes de llevarse un poco a la boca. — Me levanté un poco tarde, asi que solo me dio tiempo de preparar el arroz y la papa.— Volvió a meter un poco a su boca.— El día anterior había comprado algunas latas de atún, así que hice atún con papa.— El oji-morado asintió, comiendo lo suyo.— Y claro, con arroz, sin arroz no es comida.— Rió sola por su propio chiste.

El muchacho sentía curiosidad por saber a que sabría. — Supongo que es algo que comías en tu país.— Dedujo.

—Sí, no se si lo sabías, pero mi hobby es cocinar, aunque me gusta más la parte de comer.— Rió.

—¿Y por qué no comes la comida que dan aquí? — La chica enrojeció.

—N-No me gusta mucho lo que sirven...— El chico ya deducía eso, las pocas veces que comía la comida de la cafetería, terminaba cediendo todo al de ojeras.— Así que mejor cocino para mí, me siento un poco más cómoda.—

—Ya veo.—

—Hablando de eso, ¿Quieres probar lo que cociné? — Dijo animada.

Él dudo unos segundos, pero terminó asintiendo.— Está bien.— A la castaña se le iluminaron los ojos.

Se paró un poco de la silla y con la cuchara en la mano la acercó a su amigo.— Di ah~.— Dijo sonriéndole.

El chico se sonrojó, pero hizo caso.— A-Ah~.— Dijo antes de recibir la comida y comenzar a degustar.

La castaña volvió a sentarse. —¿Y bien?— Dijo expectante.

—Está rico.— Dijo con las mejillas rosas.

La chica alucinó. —¡Muchas gracias! — Sonrió con orgullo.— Si quieres te puedo preparar la comida mañana.— Se arriesgó. —¿Cómo le dicen aquí? ¿Obento?— Preguntó por la palabra. Él solo asintió a lo último. — Yo le digo loncherita, ¿Quieres que te traiga una lonchera, Shinsou?—

—Si quieres.—

—¡Bien, vas a ver que será lo más rico que hayas probado!— Fantaseó. — La comida de Latinoamerica es la mejor— Afirmó segura.

Lo que hizo recordar al joven.— Por cierto, ¿De dónde eres, Aleska?— Preguntó por su país de nacimiento.

—¿Por qué el repentino interés? — Dijo tratando de evitar la pregunta.

—No se, nunca has dicho algo sobre tu hogar. — Antes de que ella lo interrumpiera, siguió. — Siempre mencionas a Latinoamérica, incluso cuando te presentaste dijiste que venías de esa parte del continente, pero nunca has específicado de que país vienes.— Dijo mientras se limpiaba los labios, había terminado de comer.

—No lo creí necesario.— Dijo mientras cerraba el taper vacío en el que había traido su comida.— ¿Por qué? ¿De dónde crees que soy?— Preguntó mientras envolvía el taper con una toalla.

Se lo pensó un rato.— ¿México?— Ella río. — No te rías... Es el único país que conozco.—

—Descuida.—

—¿Entonces?—

—¿Entonces qué?—

—¿De dónde eres?—

—Dejemos en que soy latina y ya.—

—¿Te avergüenzas de tu país?— Ella negó.

—Digamos que es una historia larga y aburrida de explicar si te digo mi nacionalidad.—

—Bueno.— Sonó el timbre que indicaba el fin del receso.— Será mejor que vayamos a clase.—

—¡Sí!— Dijo levantandose y encendiendo su celular.— ¡Shinsou, mira!— Dijo agarrando de su manga, sacudiendolo para que le prestara atención.

—¿Qué?—

—¡Ya conseguí los 2K!— Gritó alzando las manos, llamando la atención de algunos que pasaban cerca de ellos en el pasillo.

— Ah, que bueno.— Dijo sosteniendo el celular de ella.

Esta se puso delante de él y mientras seguían avanzando, aunque ella de espaldas, comenzó a moverse celebrando.— Fiesta, fiesta, nana nana na, nana nana na.— Canturreó alguna canción extraña para el peli-morado.

—¿Qué estás haciendo?— Dijo entre divertido y avergonzado de ser ambos el centro de atención.

—Estoy celebrando, duh.— Dijo tomando su celular y guardándolo en su bolsillo.— Baila conmigo.— Dijo extendiendo una de sus manos mientras seguían avanzando de la misma manera, aunque cada cierto tiempo veia atrás por si había alguien.

—Claro que--...— No pudo continuar ya que ella tomó sus manos y comenzó a moverse, aunque eso no era bailar, ya que movía un brazo y luego otro, o ambos a un mismo lado. —A-Aleska...— Dijo rojo, estaban en medio del pasillo mientras los demás alumnos los observaban.

Ven bailalo, ahí ven bailalo, ven gozalo, ahí ven gozalo.—Comenzó a cantar sonriente y a seguir "bailando", el chico no quería admitirlo, pero le contagiaba la diversión que estaba teniéndo la latina. — Que la rumba esta buena y contigo morena, nanana.— Tarareó lo último debido a que no recordaba el resto de la canción.

El chico rió al escuchar como cantaba, aunque ella tenía una linda voz.

—¡Saldremos a comer pizza para celebrar! — Dijo soltandolo y poniendose a su lado para caminar normal, ya se podía distinguir el salón.

—Está bien.— Dijo contagiado de su buen humor.

Él definitivamente adoraba a esa pequeña latina.

Mi razón ; Shinsou HitoshiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora