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Capítulo 23; Juego

Ahora estaba la pareja caminando por los pasillos de la más prestigiosa academia de héroes de todo Japón.

Se veían como dos alumnos completamente normales, la chica era alta de por sí, pero el chico lo era más, específicamente por 10 centímetros.

Lo único que destacaba era que la chica caminaba como diva, además de traer lentes de sol oscuros en pleno día nublado.

—¿Qué rayos haces?— Preguntó entre divertido el muchacho a su lado.

—¿Acaso no lo sabes?— Dijo volteando a verlo un poco, ya que estaba más adelante que él.— México le dio su putiza a Alemania, así que un poco de respeto, porfa.— Acomodó su cabello hacia atrás mientras sonreía.

—Bueno.— Prefirió suspirar y hacer como si entendió.

Además Perú ya perdió el mundial, así que alv, ¡Vamos México!— Estiró un poco los brazos en señal de celebración.

—Como digas.— Dijo pasando por la puerta del salón de clases.

—¡Ya llegué, estúpidas!— Volvió a hacer la misma pose con su cabello.

Ventajas de hablar español en país ajeno.

Obviamente fue ignorado lo que dijo, y pasaron sus compañeros a saludar a ambos.

—¿Qué tal les fue?— Preguntó uno de sus compañeros.

—Bien.— Respondió sincero el peli-morado.

Pues verás, al principio pues como que no era lo mío esto, pero luego le agarré el truco y ya, pues riquísimo.— Dijo usando gestos exagerados.

—¿Ah?— Respondió nervioso y confundido.

—No le hagas caso.— Dijo llevándosela a su sitio.

Estúpida, mi cabello, idiota.— Exclamó molesta mientras se lo quitaba con brusquedad.

El chico sólo la miró sin expresión alguna, y se volteó para ir a su lugar.

La castaña, sabiendo que se había molestado, lo detuvo antes de que se fuera.

—Suéltame.— Dijo serio.

Mi amoor, no te molestes, lo siento.— Rió culpable.— Estaba jugando, ya no va a volver a pasar.— Pasó sus brazos por la cintura de su novio, sintiendo ternura al ver lo rellenito de amor que estaba.

Tal vez no tenía la figura que algunos chicos de la clase 1 - A tenían, pero aún así le encantaba y la volvía loca.

—Mm, ¿Debería perdonarte?— Dijo con una mirada sombría, dándole un escalofrío a la chica.

Sé mi Cincuenta Sombras de Grey.— Se sonrojó al decirlo.

El chico sólo alzó una ceja al oírlo, en verdad necesitaba aprender español.

Ahora que se daba cuenta, ¡Estaban en público!

Con rapidez y un sonrojo en sus mejillas se la quitó de encima.

—No podemos hacer esto en público. — Tartamudeó un poco mientras ponía su maletín al lado y se sentaba en su sitio.

Ahora la chica era la que sonreía.— ¿Debería hacerte caso?— Dijo antes de dejar su mochila en su asiento.

—Haces algo, grito.— Tragó saliva.

—JAJA, vamoos, aún no viene nadie, si gritas llamarás la atención.— Sonrió.

Mi razón ; Shinsou HitoshiWhere stories live. Discover now