5

3.8K 582 230
                                    


Capítulo 5; De La Cruz.

—Señorita...— Dijo el profesor acercando la hoja a su rostro.— ¿Deiragruzu?— Habló inseguro.

—¡Es De La Cruz!— Gritó la castaña desde su sitio.

—Ah, claro, señorita De Ra Crutz.— Se rascó su nuca.

—Mi apellido no es tan difícil...— Dijo apoyando su cabeza en su mano, mientras el profesor seguía pasando lista.

—Ten un poco de consideración.— Le aconsejó su amigo, quien tenía la vista en ella.

Ella lo miró. — Eso hago.— Dijo con las mejillas infladas.— Al principio era divertido ver como intentaban pronunciar mi apellido...— No pudo evitar sacar una pequeña sonrisa.— Pero ya es molesto...— Suspiró.— Tengo suficiente con que me llamen Areska.— Rodó los ojos.

—¿No tienes otro apellido por el que te llamen?— Ella lo miró. — Digo, creo que los latinos tienen dos apellidos...—

—Sí... Pero es mucho más difícil.— Dijo dejando caer su cara contra la carpeta.

El ojos morados tenía ganas de reír ante la cara que tenía ella al estar en esa posición, pero le ganaba la curiosidad.— ¿Y cuál es?—

Quiñones.— Dijo poniendo sus brazos en la carpeta para que su cara no se lastimara.

—¿Qué?—

Quiñones. — Repitió.

—¿Por qué mejor no me lo escribes? —

Ella agarró una hoja de papel de su cuaderno y escribió.

"Quiñones."

El chico tomó la hoja.— Te dije que era más difícil.—

—No, no.— Negó aunque le confundían los carácteres en español.—¿Qué es esto?— Dijo señalando la "ñ".

Ella se inclinó para ver lo que señalaba.— Es la ñ.— Dijo simple, sintiendo un dejavú, cuando tuvo que hacer lo mismo con la letra l.

—Oh.— Respondió como si fuera lo más simple del mundo.

—Bueno, voy a empezar a resolver los problemas de la pizarra.— Comentó desganada, mientras abría su cuaderno, él asintió.

Lo que le inquietaba al chico en ese momento era poder pronunciar su apellido, para poder sacar al menos una sonrisa en la castaña.


 
 

—Quiones... Quineones...— Susurraba para sí mismo el peli-morado.

—¡Al fin receso!— Dijo estirándose en la carpeta.— Ay, que rico es estirarse.— Se relajó.— Por cierto, ¿Sigues tratando de aprender cómo pronunciar mi apellido?— Fijó su vista en el chico, quien tenía el papel aún en sus manos. Él solo asintió concentrado.— Bueno, no te quemes mucho la cabeza en eso.— Dijo levantándose.— Tengo que llamar a mi hermana.— Señaló su celular. — Hoy es su cumpleaños... Vuelvo en un rato.— Se despidió avanzando a la puerta del salón, saliendo y dejando solo al chico.

 

¡Angie! ¡Feliz cumpleaños, webona!— Dijo con el celular pegado a la oreja, se encontraba fuera del instituto. — Yaya, perdón por despertarte... , dile a mi mamá que todo va bien... Oe, solo llamaba para felicitarte no para chismosear... , hice un amigo... JAJAJA, uy perdón. — Se río la castaña.— Luego subo una foto vieja de nosotras al insta, oks?... Saluda a todos de mi parte, chau...— Terminó para luego colgar y regresar con su amigo.

Iba a disculparse con él por como había estado más temprano, le había dado un bajón de la nada sólo por su apellido, seguro Andrés ya la iba a visitar.

Pero se lo encontró de camino al salón, aunque ella aún no lo notaba e iba a pasarse de largo.

—¡Oye, Quiñones!— Gritó el chico, haciendo que esta volteara rápidamente a verlo.—Voy al comedor, ¿Vienes?— Dijo con una sonrisa ladina.— Te invito algo.—

Los ojos de la latina se iluminaron.—¡Shinsou!— Exclamó alegre, abalanzándose sobre él para abrazarlo.

Como siempre, el chico se sonrojó. —O-Oye...—

—¡Te lo aprendiste!— Dijo abrazándolo fuerte.

—S-Sí... Ya ves, no es tan difícil.— Tartamudeó tratando de quitarla.

Jajaja, ay, creo que voy a llorar. — Dijo separándose y echándose aire con su mano.— ¡Te quiero mucho, Shinsou!— Le dio una sonrisa inmensa.

El chico sintió como sus mejillas se ponían rojas.— Y-Yo...— Dijo sin saber muy bien qué responder.

—No me tienes que responder...- Contestó por él. — ¡Para mí tus acciones son más valiosas que tus palabras!— Respondió con las mejillas rosadas.

El chico no podía dejar de ver esa sonrisa en el rostro de la latina, definitivamente la adoraba.

Mi razón ; Shinsou HitoshiWhere stories live. Discover now