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Capítulo 31; Caliente

Capítulo 31; Caliente

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@leon_bombace_official Pasandola en grande en #Hokkaido 👊

1.328 comentarios

@AleDeLaCruz uyy, papasito, a que hora pasas por el pan?👀🔥🔥🔥

@leon_bombace_official a las 6 mi amor🔥

@AleDeLaCruz ay, a esa hora salgo con Shinsou, ni modo🙈

@leon_bombace_official @AleDeLaCruz se mi amante😏🔥

@AleDeLaCruz deja pregunto... chale, Shinsou no quiere😢

@leon_bombace_official c mamut😂

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—Aleska, ¿A que te referías cuando preguntaste si podías tener un amante?— Apareció el oji-morado por la puerta de la sala.

—Nada, mi amor, sólo jugaba con Leo.— Rió quitándole importancia al asunto.

—Bueno.— Dijo no muy seguro.

—Está haciendo turismo por todo el país y acá una que ni a la esquina sale.— Se desparramó por el mueble mientras contaba.

—Eso es porque eres una floja.— Le respondió mientras comía la rebanada de pizza que había en la cocina.

—Hm.— Se cruzó de brazos y siguió viendo su celular.

El chico dirigió su vista a su novia, su precioso cabello castaño y su flequillo, el cual había cambiado un poco desde que fue a la estilista.

Comenzó a pensar en todos los momentos que había pasado con ella.

Y no pudo evitar sonreír por eso.

—Aleska.— Se acercó hasta donde ella estaba.

—¿Qué?— Levantó la mirada para toparse con esos ojos que la volvían loca, sabiendo lo que quería.

Acortó la distancia pasando ambos brazos por el cuello del japonés, mientras los labios de ambos se besaban con desesperación.

El chico se subió encima de ella y con cuidado de no poner todo su peso sobre ella pasó a besar su cuello con fogosidad.

La respiración de la latina se hacia más pesada, todos sus sentidos se centraban en lo que su pareja hiciera.

El tiempo fue más lento desde ese momento.

Los besos del chico iban bajando hasta llevar a su clavícula en donde encontró un collar que lo detuvo.

La chica se dio cuenta y quiso quitárselo, pero el otro se adelantó y con cuidado sacó la joyería.

Lo observó unos segundos con intriga.

—T-Ten cuidado con eso.— Susurró un poco acalorada y desviando la mirada.— Es muy importante para mí...— Confesó avergonzada.

Al chico le causó curiosidad y asombro, pero no preguntó que era.

La de ojos oscuros tenía su mirada atenta en como el japonés dejaba su rosario en la mesa.

Tratando de hacer que el chico olvide aquella escena lo volvió a atraer hacia ella, acariciando con sus pulgares las mejillas de él.

Ambos volvieron al juego y con algo de temor, la castaña abrió un poco más la boca, dejando que el japonés ingresara su lengua.

Durando unos segundos que para el chico fueron una eternidad, buscando pegarse más a ella, sostuvo con fuerza sus muslos.

La chica se separó soltando un suspiro que sólo logró poner al de orbes violeta más ansioso.

Queriendo recuperar el control, empujó levemente al otro para sentarlo y después sentarse ella en su regazo.

Comenzando a besar su cuello y a mordisquearlo un poco, logrando más de un suspiro en este.

Quien sólo acariciaba su cintura y vientre.

—Aleska.— Soltó con la voz más ronca que de costumbre.

Provocando un sentimiento de satisfacción en ella.

Pasó sus manos por debajo de su camiseta, sintiendo la suave piel del contrario.

Ya no aguanto más.— Declaró con voz suplicante.

Fue una suerte que por los acelerados latidos de su corazón y aquel cosquilleo en su vientre haya olvidado como hablar japonés.

Porque muy probablemente el chico no la hubiera dejado luego de eso.

Sus labios volvieron a buscarse mientras la camiseta del peli-morado desaparecía.

La chica lo tumbó y ella encima de él comenzó a pasar sus delgados y suaves dedos por la piel desnuda.

Tratando de regularizar su respiración, la sostuvo con más fuerza de su cintura, para que no le hiciera ninguna broma pesada.

Pero era lo último que pasaba por la mente de la latina.

Que estaba más caliente que nunca.

Con las mejillas coloradas movió lentamente sus caderas, con la intención de tentarlo.

Consiguiendolo cuándo lo vio tirar su cabeza para atrás y cerrar los ojos, suspirando con los labios entreabiertos.

Una vista que sólo logró motivarla a seguir haciéndolo.

Aunque se arrepintió cuando sintió una presión venir de donde estaba sentada.

—Aleska, no...— Trató de detenerla, pero la sensación no lo dejaba pensar con claridad.

Joder, me va a matar si me mete eso.— Susurró mientras se mordía los labios.

El japonés no lo aguantó más y con un rápido movimiento la acercó para besar sus labios una vez más.

Pasando sus dedos por las piernas de ella, hasta llegar a su trasero donde apretó un poco pegandola más a él, si es que era posible.

Hasta que un sonido ajeno interrumpió el momento.

«Señora ama de casa le venimos ofreciendo clarasol, pino, champú, suavitel, vel rosita, maestro limpio, sosa, enjuague, crema, pino fabuloso, fabuloso, fabuloso, fabulosoo»

La chica se comenzó a carcajear mientras recuperaba la cordura.

El chico un poco confundido sólo atinó a quedarse echado en el mismo sitio y a controlar su respiración.

Lo que había sonado había sido el tono de llamada de la mexicana.

Con un rápido movimiento atrajo su móvil y contestó la llamada aún encima de Hitoshi.

Leo, me acabas de salvar, casi pierdo mi virginidad weoon.Rió mientras sus mejillas se enfriaban.— No, nadie me ha estado siguiendo... Sí, hablo de Shinsou... Está debajo de mí, no mames... ¿Cómo que la que iba a mamar iba a ser yo? Soltó una risa indignada.— Te pasas, Leo, te pasas... Bueno, de un rato te llamo, Shinsou está con una cara de no entender ni pío, bai. Colgó mientras se levantaba del sillón.

—¿Piensas dejarme así?— Dijo sonrojado mientras se sentaba y en su rostro se notaba la desesperación de su mirada.

—Ay, Shinsou, anda date una ducha fría para que se te quiere la calentura.— Sonrió de lado.

Se fue lentamente de ahí, no sin antes tomar su rosario y colocarselo.

—Aleska.— Reclamó enojado.

Otro día más guardando mi pureza, ya deberían canonizarme.— Rodó los ojos saliendo.

Dejando a un excitado Shinsou en la habitación.

 
 
 
 
 

Mi razón ; Shinsou HitoshiWhere stories live. Discover now