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Capítulo 22; Advertencia.


—Oww, ya se acabaron las vacaciones. — Dijo apoyando su cabeza en el hombro de su novio

—En realidad, no eran vacaciones.— Quiso explicar el chico.

—Sí, sí, lo que digas.— Lo interrumpió.

Él solo suspiró mientras tomaba la mano de la chica entre las suyas y acariciaba esta con cuidado.

—¿Ya se acabó tu periodo? — Preguntó tratando de sonar un poco desinteresado.

—Sí, al fin, creí que iba a morir desangrada.— Rió.

Shinsou tragó en seco al pensar en lo duro que debe ser soportar eso.— Ya veo.—

Se quedaron ambos en silencio disfrutando de su compañía.

Estaban en la sala del departamento de la latina, como de costumbre.

Al menos en su casa podían estar abrazados todo lo que querían, ya que al chico no le parecía bien darse besos en medio de la calle.

A la chica le parecía totalmente normal, incluso por el mero hecho de molestarlo se ponía a provocarlo en sitios públicos.

Y lo que ocurría después en privado estaban como para novela de wattpad.

—Verdad, hace tiempo que no me llevas a tu casa.— Le reclamó.

—La paso mejor en tu casa.— Respondió simple.

—...—

—...–

—¿Siquiera tu mamá sabe que somos novios?—

—...— Volteó la mirada.

—¡Hitoshi!— Dijo molesta.

—¿Qué quieres que le diga? Hola mamá, Aleska y yo somos novios... Bueno, no suena tan difícil, pero tú me entiendes.—

—Hitoshi, ya casi cumplimos un mes.— Dijo con notable enfado.

—¿Y?—

—¡¿CÓMO QUE Y CONCHETUMADRE?! SOY TU NOVIA Y ME RESPETAS, KABRON.— Exclamó un poco alterada la princesa.

—Ya, Aleska, tranquila.— Dijo acariciando su cabello.

Ella suspiró y se volvió a acostar en el hombro de su chico.

Tengo ganas de tener Mini shinsous.— Susurró con las mejillas rojas.

—¿Ah? ¿Dijiste algo?—

Fue callado por los labios de la castaña, sin perder tiempo comenzó a moverlos en sincronía con los del contrario.

Y como ya era manía, pasó sus manos por el cabello peli-morado, y el otro por su pequeña cintura.

En algún momento, la chica terminó sentada en las piernas del otro, quien la atrajo más a él.

—H-Hitoshi...— Susurró al sentir como él le daba pequeños besos en el cuello.

Quería reír por lo tierno que se veía al no saber como hacerlo, y que le provocaba algo de cosquillas.

Pero volvió a enrojecer cuando sintió las manos frías de este debajo de su blusa.

—Aleska...— Dijo con voz ronca besando su mejilla.

Esta comenzó a besar su mejilla y hacer un camino hasta su cuello, donde dejó pequeñas mordidas suaves.

El aire se tornaba pesado y el calor inundaba la habitación.

El chico la posicionó debajo de él con suavidad y volviendo a los besos profundos que se daban.

Esta era la primera vez que llegaban tan lejos.

El japonés bloqueado por la calentura del momento, aunque con un poco de vergüenza, levantó de a poco la blusa de su latina.

—¡Awantaaa!— Dijo esta bajando su blusa y abrazandose a sí misma.

Sorprendiendo al chico y dejándolo avergonzado.— L-Lo siento.— Tartamudeó aún encima de ella.

—Creo que es un buen momento para decirte que no quiero tener hijos a los 16 años o ser mamá luchona.— Dijo aun con las mejillas rojas por el calor.

—¿Eh?— Sus mejillas enrojecieron por pensar en ambos teniendo un momento más íntimo.

—Y es lo mismo con el condón, mucho menos quiero ir al hospital a las 3 de la mañana por un condón atorado, ughhh.— Hizo una mueca de asco y se tapó la cara con las manos.

—No te lo iba a decir tampoco.— Dijo asqueado por lo que dijo al último.

—Y no me vayas a dejar chupetones, que no soy vaca para que me marquen. — Advirtió.

—Bien.— Rodó los ojos.— ¿Algo más? — Dijo sarcástico.

—Sí, que le digas a tu madre que estamos saliendo.—

—...—

—...—

—...— Apartó la mirada.

—¡Hitoshi!— Volvió a reclamar enojada.

—Podemos estar en tu casa.—

Bah, mi casa se respeta, que te pasa.— Dijo molesta.

Ambos tenían formas de vida totalmente diferentes, pero a pesar de eso se querían.

—Claro, que no habremos hecho en tu casa.— Dijo con burla.

Ta que, ya quisieras, ni que fueras el único que ha estado aquí. — La cara del chico quedó en shock.— JAJAJAJAJ.— Rió al ver su rostro serio.

El chico se levantó y se fue en dirección a tomar sus cosas.

—¿Shinsou? ¿Te has molestado?— Trató de parar de reír.— ¡Mi amor, espera, lo siento!— Dijo levantándose a seguirlo.

Se querían a su manera.






Mi razón ; Shinsou HitoshiWhere stories live. Discover now