En Un Mundo De Maldad

5. La otra version de la historia

—¿Qué piensas que estas haciendo? -mi padre me gritó con fuerza, lo había visto todo—. ¡No fuiste a un paseo por el parque Adrien!

—Lo se... lo siento...

—¡No me importa si lo sientes! —interrumpió mi padre—. Tenias a la chica frente a ti ¿por qué no la trajiste? sabes que si no la derrotamos ahora todo esto se habrá terminado...

—De verdad... yo lo...

Y antes de que pudiera terminar mi disculpa mi padre me dio una fuerte cachetada.

—Tu eres un tonto —me gritó con tanta fuerza que las venas de su frente se notaban por sobre la máscara.

—Ella ya no tiene su Miraculous, deja de molestarla —grité con furia mientras me cubría con mi mano la marca de sus dedos en mi mejilla.

—Te recuerdo que ella y sus amiguitos pueden arruinar nuestra vida feliz, y eso no lo puedo permitir, ¡No después de todo por lo que he pasado! Además, te rechazo miles de veces —siempre era lo mismo, la misma historia que mi padre intentaba recordarme para que siguiera odiandola.

—Lose —confesé, a estas alturas eso ya no me importaba.

—¿Entonses por que te compadeces de ella? ¿Crees que ella piensa en ti? Ella solo quiere derrotarnos -mi padre no lo entendía, y entre más me gritaba mas difícil era explicarle.

—Lo siento padre... —era la única frase que salia de mis labios, estaba temeroso e indefenso frente a él.

—¡Vete ya a tu habitación! —me gritó nuevamente e inmediatamente obedecí.

Camine por los vacíos pasillos hasta llegar a mi aislada habitación, ahí me destransforme y saque a Tikki de su jaula para que lograse comer un poco.

Entonces me deje caer sobre mi cama y comencé a llorar como un niño, pues yo sabia la verdad, y es que ya hace un año que las cosas van mal, todo este caos es consecuencia a mis malas deciciones.

Aquel día en el que acepté ser parte de todo esto solo pensaba en cuanto odiaba a Marinette por haberme rechazado, pero ese odio no duro mucho.

Al ver como sufrió el día en que murieron sus padres me sentí culpable, desde ese momento algo en mi razón despertó y solo he querido alejarme de mi padre ¿pero por qué no lo has hecho? se preguuntaran, mi madre esta aqyui, y se que cuando todo regrese a su normalidad ella se ira, y es lo que más temo, perderla de nuevo es algo que no podría soportar.

...

—Alejate Chat... —Marinette estaba en el balcón, la tenía frente a mi y era perfecto.

-¿Qué piensas hacer pequeño bicho indefenso? —entonces la tome por el cuello y comencé a ahorcarla, esa sensación de furia que corría por mis venas me encantaba, antes estaba loco por ella y ahora... solo deseaba verla sufrir igual como yo había sufrido.

Su voz suplicante pidiendome que la soltara me encantaba, escucharla pedir a gritos que la dejara vivir, saber que mi vida estaba en sus manos era perfecto.

Pero entonces llevaron sus padres y con un fuerte golpe me hicieron soltar a Marinette quien tosía por la asfixia.

—Ustedes no se metan —reclame con furia.

—Antes de matar a mi hija deberas matarme a mí —agregó su padre quien mantenia ambos puños alzados.

—Como guste Tom —sonreí maliciosamente mientras me dirigía a él.

Marinette grito con fuerza pero la ignore, golpee a su padre lanzandolo fuera del balcón. Cayó muerto. Sonreí alegre ante el hecho y de inmediato mire a Marinette.

—¡Listo! —exclame—. Ahora sigues tú —comencé a acercarme, ella estaba tan débil que solo podía arrastrarse, verla tan indefensa me volvía loco, sabía que podía matarla, era el momento— ¡Cataclismo! -grité invocando mi poder.

Pero justo cuando iba a tocar a Marinette su madre se puso frente a ella, mi Cataclismo la convirtió en piedra y cuando Marinette la toco la piedra se convirtió en polvo.

Marinette lloraba y me maldecia, no sabía que hacer ¿pero qué había hecho?, estaba seguro de que este no era yo ¿qué clase de ser insensible era este?

Mi corazón palpitaba con fuerza pero era silenciado por los fuertes sollozos de Marinette. Confundido me aleje de ella y salí de aquel lugar ¿quién era yo?

...

—¡Soy un idiota! —golpee con fuerza la pared de mi habitación logrando hacerle a esta un hoyo.

—¿Ese recuerdo de nuevo? -—preguntó Tikki mientras lloraba

—Si... —me limpié las lágrimas que escurrían por mis mejillas mientras mantenía la cabeza baja—. Jamás me perdonare por eso.

—Chico tienes que hacer lo correcto —mencionó Plagg intentando consolarme.

—Plagg no quiero perder a mi madre —y apesar de que eso era cierto él tenía razón, debía de dejar de ocultarme en la sombra de mi padre.

—Adrien, has lo que tu corazón te diga -Tikki levanto mi mirada con su pequeñas manos—. No puedes dejar las cosas así, y lo sabes...

—Chico porfavor, sabes bien que tu no quieres hacer esto —mencionó Plagg mientras dejaba su queso en mi cama—, hace unos d6ias viste morir a un amigo tuyo, tienes que hacer algo.

—Pero ya es tarde —confesé.

—Adrien aún no es demasiado tarde —mencionó Tikki con una ligera sonrisa en su rostro.

—Si me uno a ellos se que mi padre los lastimara —deje escapar un leve suspiro de desesperación— están más seguros conmigo aquí —confesé.