19. Reencuentro

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Mis ojos se abrieron con lentitud y al ver con claridad, pude ver a Alya en un cama junto a mi. Estaba totalmente confundida, el lugar definitivamente no era el refugio y mucho menos un hospital debido a que a estas alturas eran inexistentes en París, pero no parecía una especie de prisión y eso era aún más desconcertante <<¿Dónde estoy?>> me pregunté mentalmente, y cuando intenté levantarme una mano me detuvo con delicadeza y me indicó que volviera a recostarme. Al ver el rostro de las dos personas frente a mi, una sensación de asombro y desconcierto lleno mi rostro <<¿Cómo habré terminado aquí?>> pensé.

-Tranquila Marinette, por ahora descansa -mencionó ella con su típica tranquilidad característica.

-Todo estará bien, aquí están a salvo -mencionó él mientras miraba meticulosamente a Alya.

-¿Qué hago aquí? -pregunté con confusión.

-Yo las encontré en el suelo gravemente lastimadas al salí por la madrugada y las traje aquí -mencionó él con tranquilidad mientras le revisaba el pulso a Alya.

-Yo las atendí...

-Ella es muy buena con las cosas médicas -interrumpió él.

-He mejorado debido a la situación -mencionó ella con humildad.

De pronto ambos miraron a Alya con una sonrisa amplia, al fin había despertado. Ambos la revisaron nuevamente y nos trajeron un vaso con agua, era nuestro turno de dar explicaciones.

Al mencionar a Chloe y Sabrina sus ojos se llenaron de lágrimas, esos nombres cuyos recuerdos solían ser tristes y sombríos ahora daban alegría, pues en estas situaciones que un compañero resultara vivo por más cruel que haya sido antes, ahora causaba una gran euforia. Y no solo ellos lo creían, aún Alya y yo no podíamos creer que estuviéramos frente a dos personas de las que no supimos nada después de casi un año.

-Gracias por todo Mylène -mencionó Alya con un poco de nostalgia en su voz.

-No hay de que -mencionó Mylène con gentileza-. Ivan y yo estamos para ayudar.

-Gracias a los dos -mencioné. De inmediato intenté levantarme, ya pronto se aproximaba el medio día y de Adrien no se sabia nada.

-¿Qué haces Marinette? -preguntó Ivan confundido.

-No se que sucedió con Adrien, sospecho que su padre fue el causante de todo esto -mi cuerpo aún se mantenía adolorido, pero debía intentar levantarme por completo, y por ahora solo me encontraba sentada en la cama.

-Claro que no -respondió Mylène-, estas muy débil...

-Lose... -interrumpi-, pero si mis sospechas son ciertas todos estamos en peligro, y no quiero involucrarlos.

-Marinette tiene razón -mencionó Alya mientras intentaba ponerse de pie-, ya hicimos mucho mal involucrando a Sabrina, no podemos hacerles esto -Ivan y Mylène se miraron mutuamente, y después de varias miradas nos dejaron ir.

Después de una muy extensa despedida Alya y yo salimos del lugar en dirección al Le Grand Paris, pues necesitábamos la ayuda de Chloe para lograr encontrar a Adrien. Al salir del hotel nos dirigimos a casa de Alya en donde Marlena, las gemelas y Nino estaba perfectamente.

Al coincidir que Max seguía vivo decidí que Marlena y las gemelas debían ocultarse en mi casa, pues Max ya sabia de nuestro paradero y de mi casa no sospecharía, pues después de todo ya no tenia razones para volver ahí. Conseguimos contactar a Nathaniel para que junto con Nino protegiera a la familia de Alya. Nathaniel mencionó que era más seguro el refugió, pero no nos pensabamos arriesgar a ponerlos en peligro de nuevo.

Al llegar a mi casa Chloe, Alya y yo nos transformamos y nos dirigimos a la mansión Agreste, pues aunque todo esto fuese improvisado y aunque Adrien no se encontrase ahí, debíamos terminar con esto de una vez por todas.

Las tres nos detuvimos frente a la mansión Agreste, nos mirábamos sumamente nerviosas, pero estado aquí no podíamos darnos el lujo de volver, teníamos que seguir con esto aunque nos costara la vida.

En Un Mundo De MaldadWhere stories live. Discover now