En Un Mundo De Maldad

12. Sabrina

—Te juro que no vengo a...

—Viene con nosotros —interrumpí. Sabrina guardo la navaja en la bolsa de su sudadera.

—¿Qué quieren? —preguntó ella con frialdad.

—Mi madre esta herida —Alya estaba desesperada, iría directo al punto—, necesito que la ayuden...

—¿Qué clase de artimaña es esta? —interrumpió Sabrina aun sin creer.

—Solo ayudala... —mencionó Alya en un hilo de voz. Segundos después todos guardaron silencio hasta que interrumpí.

—¡No es ningún plan, solo ayudala! —todos nos miraron, pero sencillamente había perdido la paciencia.

Sabrina me miro atenta y al ver a la mamá de Alya malherida decidió ayudar, aunque debimos darle varias explicaciones y entre esas, la de Max.

Todo paso muy rápido, unos jóvenes chicos con atuendo blanco llegaron y atendieron a la mamá de Alya quien poco a poco parecía agonizar más debido al enorme cuchillazo en el abdomen.

Sabrina nos miro a todos al ver la herida, su mirada sorprendida no nos dejo un buen sabor de boca, pero en la situación no había tiempo para comentarlo.

Mientras los jóvenes doctores ayudaban a la mamá de Alya, Sabrina pidió un explicación de esto. Alya se encontraba muy mal para decirlo, a Adrien no quería ni escucharlo y yo no sabia los suficiente bien la historia como para contarla, por lo que Chloe debió dar su versión, pues aunque ella tampoco se sabia la historia completa la explicaba mucho mejor que yo.

Sabrina quedo impresionada. No sabía que decir acerca del tema, aunque por una parte lo creía capaz de Max, por otra le costaba creer lo mucho que había cambiado aquel chico. Sabrina permaneció callada unos instantes hasta que expresó su opinión en dos simples palabras...

—Maldito bastardo —mencionó ella con ambos puños cerrados—. Siempre busco por su propio bienestar, sabía que algún día los traicionaría a todos. ¿Y Kim como tomo la noticia? Después de todo era su mejor amigo...

Todos permanecimos en completo silencio, Sabrina se había ido del grupo en cuanto su padre murió dos meses después de que el caos comenzará, desde entonces habíamos perdido contacto con ella, hasta ahora...

—Kim... —mencioné en un hilo de voz, a todos aún nos afectaba tal acontecimiento—, Kim murió hace una semana Sabrina...

Ella nos miro a todos, luego bajo la mirada y comenzó a caminar hacia otra dirección. Al principio no sabíamos si seguirla, pero cuando se hallaba lo suficientemente lejos como para perderla, Chloe, Adrien y yo decidimos seguirla, Alya se quedo con su madre mientras aún la curaban.

Sabrina entro a una especie de oficina en donde de inmediato rompió en llanto, Chloe la abrazo con fuerza, y Adrien y yo no pudimos evitar soltar algunas lágrimas al respecto. Adrien a pesar de que no estaba muy informado del tema ya sabía al respecto, pues los hombres de su padre habían sido quienes asesinaron a Kim, además, Adrien había estado ahí, al igual que yo.

—Lamento que tuvieran que ver eso —mencionó Sabrina cuando logro tranquilizarse.

—No tienes que disculparte... —mencionó Adrien algo confundido.

—Lose... es solo que, es difícil fingir ser fuerte cuando en realidad tu corazón es mas frágil que la porcelana... —confesó ella mientras se limpiaba una lágrima en su mejilla.

—Lose... —confesé, todos me miraron atentos.

El silencio reino la habitación con velocidad, de pronto todos manteníamos nuestras miradas bajas, segundos después entendí que era el silencio que Kim merecía desde hace tiempo.

El silencio termino cuando Alya entro a la habitación, estaba alegre, algo que hace tiempo no miraba en ella. Su madre estaría bien, algo que me reconfortaba pues su madre ahora era la mía.

Salimos del lugar después de despedirnos de Sabrina, la mamá de Alya permanecería ahí al menos una semana para tener una buena recuperación, pues el lugar en donde operaban a escondidas los "ángeles de las calles" como el resto los llamaba, era un lugar muy oculto ante los ojos de Hawk Moth.

Volvimos a casa de Alya y limpiamos el desastre de la lucha de anoche, de inmediato volvimos al plan de la emboscada, pues no permitiría que mi amiga perdiera a su único familiar directo, como yo perdí a los mios.