Capítulo 3 - Esto es Japón, no Rusia.

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Decir que había dormido toda la noche sería una gran mentira. Con el cambio de horario solo pudo dormir unas cuantas horas, el resto de horas en desvelo las empeñó en estar en el computador y mirar de reojo como el joven mafioso a veces se quedaba de pie en alguna esquina y después se trasladaba de un lado a otro, para al final, tomar asiento y cerrar los ojos un momento, quizá podría engañar a otros y hacerles creer que sólo tenía los ojos cerrados pero seguía despierto, lo cual también era mentira. El ruso lo supo al instante observando detenidamente el rostro de aquel joven, incluso por su forma de respirar, no le reclamaría ni le exigiría que estuviera despierto, pues al día siguiente tendría un buen trabajo para él...

Eran alrededor de las doce del día cuando ambos se encontraban caminando por una acera, Akutagawa se mantenía tranquilo y se limitaba a no soltar bostezos como el ruso, en cambio prefería disimular en un suspiro o pequeño bostezo contagiado.

— ¿Puedo saber a dónde quiere ir exactamente? —Preguntó el joven mafioso creyendo que caminaban sin rumbo.

— Anoche logré contactar con el hombre que me contrató. Me ha dado un número de cuenta para retirar un anticipo para mis gastos, mi paga me la dará personalmente junto con el resto del dinero extra por si quiero quedarme unos días después de la negociación. —Explicó de inmediato el ruso doblando en una esquina.

— Entiendo. Entonces nuestro destino es un banco. Si no me equivoco, el banco más cercano es...

— A dos cuadras. Lo busqué anoche en Internet. —El joven mafioso se dio cuenta de que era cierto, pues más adelante se podía leer el cartel de dicho lugar, no dijo nada más, sólo se sintió un poco lento e innecesario en ese momento, como un simple adorno.

— Perfecto. Lo esperaré afuera. —Le parecía irrespetuoso entrar con él a la cabina a retirar el dinero por lo que aguardó afuera sacando su celular un momento para enviarle un mensaje de texto a su hermana, disculpándose por su ausencia y cortamente agregando la palabra «Trabajo.» De paso envió un mensaje a su superior Chūya informando que todo iba sin problemas.

— Listo, Ryūnosuke. —Le interrumpió el ruso segundos después tomándole por el hombro, noto como el menor asintió y de manera lenta guardó su teléfono. — Hoy invito el desayuno, ¿Te parece? —Añadió para no crear un silencio incómodo por haberle interrumpido en quizá algunos mensajes.

— Dostoyevsky-San, no es necesario que me invite a desayunar. Yo solamente estoy brindándole mí servicio de guardia. —Murmuró el menor evadiendo sutilmente la invitación. Al ruso le resultó curioso, normalmente no le rechazaban aunque también casi nunca invitaba a nadie a tomar asiento con él y comer.

— Ryūnosuke, un favor. No me hables de "Usted" Se tus costumbres, pero me haces sentir viejo siendo tu tan joven.

— Usted indirectamente acaba de autodenominarse viejo. —Quizá Akutagawa era muy atento y frío con lo que decía, fue como un golpe bajo al ruso que logró mantenerse inexpresivo, aunque por dentro se sintiera estúpido.

— Solo dime Dostoyevsky o Fyodor. No es como si te fueras a morir al hacerlo. —Murmuró dándole la espalda para buscar un restaurante.

— ¿No sería tomarle mucha confianza de manera irrespetuosa? —Interrumpió parándose a su lado, cuestionaba mucho, pues veía a ese ruso como un hombre al cual respetar. — Además usted dice ser "Dios" ¿Por qué no hablarle de "usted"?

— Muy bien. Esta es una orden de tu Dios, considérate afortunado de que seas al primero que le permito y le exijo que me hable así. —Alardeó con unos cuantos además a ver si así captaba el menor.

— Pero...

— Ryūnosuke. Haz bien tu trabajo, necesito que parezca que tenemos confianza, deja de actuar tan seco. —Soltó en un suspiro levantado su mano derecha a la cabeza del menor, tan cerca de... Matarlo.

Flowers Of Love.Where stories live. Discover now