Capítulo 9 - Sentimiento cálido.

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3:40 p.m. Esa misma tarde en otro lugar:

Si bien el día había iniciado tranquilo para Gin, aquella tarde algo se había salido de control mientras hacía compras en compañía de Tachihara, ¿La razón? Había manzanas rodando cuesta abajo por la calle.

— ¡Eres muy lenta, Gin!—Gritó el muchacho de cabellos naranjas y puntiagudos corriendo a atrapar todas las manzanas que podía echándolas en su camisa que estaba usando como bolsa, la pobre azabache en cambio, temía mostrar sus habilidades de destreza y rapidez en pleno público, así que corría despacio, agachándose con cuidado a causa de su vestido blanco con un  chal rosa pastel en los hombros y unos bonitos zapatos color negro, para recoger una manzana, echarla en la canasta e ir por la siguiente.

— ¡N-No soy lenta!—Protestó con un leve sonrojo pues no estaba acostumbrada a que su compañero la viera así. Ambos corrieron de nuevo, ella a una velocidad más lenta para coger una más, al girarse para recoger la siguiente, su cabeza impactó contra del pelinaranja ocasionando que ambos por haberse agachado cayeran de sentón.

— ¡Eso dolió!—Se quejó el joven sobándose la cabeza a la vez que la azabache también se quejaba en voz baja.

— A veces siento que Mori-San no debió darte como mi escolta. —Susurró indignada pues le habían ocurrido más cosas a manos de Tachihara que estando sola.

— ¡No seas delicada, Gin! ¡Fue tu culpa por llegar sorpresivamente así!—Reclamó el muchacho en un leve sonrojo recordando como la azabache se giró a verlo con una sonrisa entusiasmada mientras sostenía una de las manzanas, el pelinaranja no estaba acostumbrado a verla así, fue como un flechazo que impactó en su pecho casi de forma literal pues retrocedió tirando la canasta de la joven y con ello todas las manzanas que ya llevaba selectas.

— Deberías estar preparado para todo tipo de cosas. —Murmuró despacio ella mientras veía la canasta. — Si se dañaron arruinarán el sabor de la ensalada para mi hermano... —Añadió con cierta decepción observando una de las manzanas, el pelinaranja algo apenado por el accidente tomó una observándola con cuidado.

— Pues se ven bien. Pero si quieres vamos por más, yo las pagaré...—Sugirió el muchacho con cierto puchero ayudándola a levantarse.

— Está bien, pero no las tires de nuevo. Ya he tardado demasiado haciendo las compras, mi hermano estaba cansado pero estoy segura de que ya despertó. —Comentó la joven, la verdad es que sabía que su hermano estaba cargando con algo últimamente, podía verlo en su mirada, y no quería que él cargara también con el accidente que recientemente le acababa de ocurrir a ella con ese albino, la próxima vez que viera a ese hombre, le cortaría la garganta, eso se repetía con insistencia. Quería aminorar el peso en los hombros de Ryūnosuke, pero a veces este mantenía distancia excusándose con que el hermano mayor debía cargar con todo, pero a ella la hacía sentir una inútil, por lo que pensó esa mañana salir a comprar unas manzanas, higos, duraznos y de más fruta para prepararle algo especial a su hermano aunque no fuera muy buena en la cocina.

Tachihara por su parte, era el más cercano en la Mafia con ella después de Hirotsu que en ese momento estaba ocupado, no le molestaba acompañarla, pero no estaba acostumbrado a verla como mujer... Fue como así ambos jóvenes continuaron el camino para comprar más manzanas y volver al apartamento de uno de sus superiores, Nakahara Chūya. Sin embargo, en el apartamento, la sala parecía una zona de asistencia médica, algo que arruinó los planes de Gin al escabullirse a la cocina, ¿Había invitados? Era cierto que ese ruso sin bota en el sofá la había ayudado por lo que le comentó Chūya y por lo que logró ver, sin embargo... ¿Acaso el albino lo había atacado y por eso estaba así incluso recibiendo unas puntadas en la cabeza?

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