Capítulo 11 - Ocean Of Feelings (Part 2)

784 65 98
                                    

Ni que decir durante la comida en el restaurante. Si bien Gogol animaba al resto con sus bromas parecía no romper una especie de hielo que se había generado entre cierto japonés y cierto ruso. No intercambiaron ni siquiera una charla, si acaso solamente unas palabras como "Pásame esto" o "Podrías alcanzarme esto, por favor." Gin quizá lo vio un poco normal, pero después ya no era lo mismo...

— ¡Una vez Dosto-Kun estaba tan cansado mientras caminábamos por la calle que no se dio cuenta que pisó lodo! ¡Cuando lo vio comenzó a quejarse de que había pisado excremento de perro! ¿Recuerdes ese día Dosto-Kun? Estabas queriendo vomitar mientras cepillabas tus botas. —Hablaba sin parar el rubio ocasionando que Tachihara se burlara de eso, la jovencita sólo contuvo una pequeña risa tomando el bowl de arroz con atún para seguir comiendo.

— ¿Podrías dejar contar cosas sobre mí? —Murmuró el ruso peleando con los palillos sin poder tomarlos con exactitud por lo que terminó usando los dedos hasta que Chūya le pasó una cuchara.

— ¡Pero Dosto-Kun, eres muy divertido! ¡Una vez creyó que había un chocolate en...!

— ¡Nikolai, eso no!—Pero el rubio con una sonrisa traviesa prosiguió.

— ¡En un pantalón! El pantalón tenía un botón café y Dosto-Kun intentó durante horas tomarlo con los dedos y cuando lo mordió se dio cuenta que era un botón. —Esta vez el primero en reír fue Chūya quién había tratado de mantenerse serio, casi escupiendo su bebida.

— ¡Nikolai...!

— ¡Dosto-Kun es genial!—Continuaba diciendo lo más alegre que podía. — A veces Dosto-Kun dice que mis chistes son muy buenos, incluso en ocasiones jugamos mucho.

— ¡Por supuesto que no! ¡Tú vienes a sacarme de mi cuarto para jugar!

— ¡Pero ni siquiera estás durmiendo, estás leyendo o practicando tú estilo! ¡O dedicándole mucho tiempo a esas flores que nunca florecían! —Soltó de golpe en forma de reproche.

— Nikolai, chico malo, ¡Sentado!—Ordenó el ruso para después arrojar un pastelillo al aire provocando que el rubio saltará al igual que un perro a atraparlo. — Buen truco, bravo Nikolai, eres magnifico. — Le halagó el ruso aplaudiendo provocando que todos lo hicieran, algo que motivaba más al rubio.

Akutagawa lo pensaba, ¿Fyodor era superior de Nikolai? Parecían llevarse muy bien... Si lo pensaba aún más deseaba que Dazai fuese así, que fuera más comunicativo y que jugara con él. Como una mala jugada recordó cuando el ruso le revolvía el cabello al ver de reojo como ahora le revolvía el pelo al rubio quién alegremente prosiguió a mostrar un truco de magia. El mafioso azabache de manera lenta se llevó una mano a la cabeza, acariciándose a sí mismo como si sintiera ese vacío de aquellas manos del ruso, pero no tenía el valor como para hablarle, él mismo había dejado en claro que no eran más que extraños, y ahora parecía que no había más que un gran océano separándolos. Sin saber por qué, una tristeza dolorosa apuñaló su corazón...

Cuando por fin terminaron de comer, subieron al auto que Chūya había optado por utilizar ese día. Tachihara tenía planeado irse, sin embargo, Chūya, utilizando como excusa el cansancio del día a causa del balneario, le invitó a pasar la noche en su casa, al igual que a ambos rusos.

Gin, yendo en el asiento de copiloto por sugerencia de su hermano para mantenerla lejos de los hombres, ya iba cabeceando igual que Tachihara quién recargó la cabeza en la ventana del auto, Akutagawa iba en el asiento de en medio tratando de ignorar como el rubio se había casi encimado en el azabache ruso para descansar un rato, ¿Por qué le estaba dando tanta importancia? ¿Por qué demonios estaba queriendo también recargarse en Fyodor quién parecía venir pensativo con la ventana abierta observando la ciudad?

Flowers Of Love.Where stories live. Discover now