Capítulo 30

232 33 9
                                    

Alan

(Un día después)

— ¿Todo listo? —dice Hector poniendo en marcha el furgón. Hector es uno de los chicos con los que haremos la misión. Los demás asentimos y nos marchamos.

Espero que les hayan servido mi pista y sobre todo que le haya llegado la carta.

El lugar no había cambiado mucho. Todos los pasillos estaban vacíos como la última vez que estuvimos aquí antes de que nos capturaran. Qué tiempos aquellos... Pero esto era extraño.

— ¿Seguro que hay algo aquí? —pregunta Ace.

— Eso dijo el jefe. —le contesta Joshua.

— ¿Y si es una trampa para nosotros? —pregunta Clark.

Nadie contesto pero podría tener razón. La mayoría de los presentes habíamos sido de otro bando. Pero me asustaba más si esto fuera una trampa y Mad haya caído en ella y pensara que ha sido a propósito.

— Tiene que estar al doblar esta esquina. —nos avisa Joshua.

Todos nos preparamos, para que a su cuenta, salgamos todos apuntando. Doblamos la esquina y nada.

— Detrás de esa puerta tiene que estar pero algo me dice que algo anda mal aquí. —dice Joshua— No hubo ningún guardia hasta aquí.

Seguimos hacia delante y abrimos la puerta para dar con otra puerta. 

— Vosotros dos —señala Clark a dos chicos— quedaos vigilando, nosotros entramos.

Volvimos a esperar la cuenta de Joshua para entrar. Una vez abierta, nos metimos de golpe y tan solo nos encontramos con los armarios que supuestamente tendrían los archivos pero estaban vacíos.

— ¿Alguien me puede explicar que pasa aquí? —dice Ace irritado— ¿Seguro que es aquí?

— Eso dijo es mas, vosotros deberíais de saber en donde tenían los archivos ¿o ya la mente no os da para más? —dice Joshua.

Ace enojado, se le pone en frente y le pone la pistola en la cara.

— Deberías de tener más cuidado con lo que hablas.

— No me das miedo ¿sabes? —le planta cara Joshua.

— Chicos —me metí entre ellos— no es el lugar ni el momento para pelear. 

— Esto no va quedar así. —le amenaza Ace.

— El jefe dice que nos marchemos pitando. —dice Clark.

De vuelta al furgón, Ace me tomó del brazo para quedarnos un poco atrás.

— ¿Qué habrá hecho esa estúpida? —dice escupiendo la ultima palabra. Le tome del chaleco y lo estampe contra la pared.

— Mad no es ninguna estúpida, ¿te queda claro?

— Nos estropeo la misión. Haber como le explicas eso a Gregory. —me quita las manos de su chaleco y se va.

¿Qué has hecho Mad? Negué con la cabeza yendo al furgón. En realidad, sólo espero que estés bien.

* * * * *

— ¿¡Qué es lo que no nos habéis dicho!? —grita Gregory muy enojado a los chicos que estuvieron investigando para esta misión— ¡Hablad! —vuelve a gritar dando un puño en la mesa.

— Vimos algunos movimientos: gente venía, se iba pero parecían del bando —dice uno de ellos.

— Es su culpa. —dice el chico que estaba a su lado.

— ¿La culpa de quién? —le pregunta Gregory.

— La tuya. —se levanta de la silla— Antes de irnos a la última misión hubo más jaleo por ahí pero tu insistías para que fuéramos de una puñetera vez a la misión.

— ¡Porqué estaban tardando! Y no avisaron de que había movimiento. —se da la vuelta y camina un poco por la habitación mientras nosotros estábamos en completo silencio— ¿Sabéis lo importante que era ésta misión? ¿¡Sí o no!?

— Sí —dijimos nosotros a la vez.

— ¿A quién mienten? Si lo supieran, no habría pasado todo esto. —saca la pistola y dispara a los chicos de la investigación en la cabeza— ¿Alguien más tiene que reconocer algo?

Si alguno pensaba en decir algo, seguramente ahora hayan cambiado de opinión.

— No me hagan investigar a fondo a cada uno de vosotros.

— ¡Oye! —dice Ace— No nos eche la culpa a nosotros por algo que hicieron esa escoria. Puede investigarnos si quiere porque no tenemos nada que esconder.—me mira— ¿No es así chicos?

— Cierto. —dice Clark— Con todas las misiones, con el poco rato que nos queda para nosotros y estando vigilados todo el tiempo, no pudimos hacer nada.

— Váyanse ahora mismo antes de que cambie de opinión.

Sin pensarlo dos veces, todos nos levantamos y nos fuimos.

— Tuviste tu oportunidad de delatarme, ¿por qué no la aprovechaste? —le pregunté a Ace cuando llegamos a nuestra habitación.

— ¿Estás de coña? Si lo hubiese hecho, yo también caería. Y no voy a morir tan fácil.

Me tiré en la cama.

— Me pregunto qué habrá hecho.

— Yo también... —dice Ace entrando al baño.

¡Ups! Un día másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora