Pokémon - ¡Ven Conmigo!

Oportunidad

La mayoría de la gente se había ido, a excepción de algunas personas. Por ejemplo, Sara, una amiga mía desde la infancia.

- ¡Hey! ¡Matador!

Era ella, estaba recargada en la valla de madera parada en el tablón horizontal de abajo. Era de pelo corto y siempre vestía con ropa de granjera. Yo usaba pantalones de mezclilla hasta para plantar

- Ya te dije que no me gusta que me digas matador, yo no mato ni a una mosca.

- Eso fue increíble, Bell. Deberías trabajar como torero o en una industria de ganado menos... culera

- Hm, no creo que sea lo mio. Ademas me gusta estar aquí conviviendo con los Tauros, Miltanks y Mareep. Sobretodo los Mareep, solo que para acariciarlos tienes que usar guantes.

- No puedes quedarte toda tu vida aquí, ya tienes 16 y casi 17. Estas viejo, consiguete un trabajo real.

- Tu eres campesina, no tienes derecho a hablar así.

-Por eso yo me voy a casar con un hombre que trabaje.

- ¿Trabajar para terminar casándome con una floja igual que tu?

- (Sonrojada. Sonriendo) Bueno... ya que tu insistes, creo que tendré que aceptar tu mano.

Le di un zape y la hice caer de el lado interior de la cerca. Luego apareció su tío, quien estaba en el publico de hace rato y fue uno de los pocos en quedarse.

-Ella tiene razón, tienes que conseguirte un trabajo.

-¿Aqui? No creo tener mucha oportunidad.

-¿Por que?

Volvi a pensar en lo de ser entrenador, pero no queria molestarlos con la misma historia de siempre. Trate de evadir la conversacion, tome una cubeta que estaba en el suelo para usarla como excusa para irme.

-Por ahora solo quiero concentrarme en lo que soy.

Entre al corral en donde estaba el Tauros que causo el alboroto de hace un rato. Me acerque y le di una baya zidra, se la devoro de dos bocados.

-No vuelvas a pelearte ¿Si?

Volví a mi casa y subí a mi cuarto a acurrucarme en mi cama y ver la tele hasta morir. Si, la tele, ni siquiera podía comprarme un celular colo la gente normal ¿Como entonces pensaba que iba poder viajar a otra región? Probablemente piensen ¿Que tiene de malo Johto? Y es que jamas he conocido mas allá de aquí. Yo quería ir a algún lugar diferente que nunca haya visto.

Mi papa se fue hace bastante tiempo y nos quedamos sin apoyo económico, ahora no se donde este o que este haciendo. Tal vez fue lo mejor para el, creo que no creía tener un hijo fracasado que se la pasaba fantaseando con explorar el mundo. Si yo hubiera nacido en otro lugar, probablemente no tendría ninguno de estos problemas.

En la tele estaban pasando comerciales, la mayoría solo eran de cosas inútiles: Shampoos, jabones, inventos "novedosos". Pero uno de ellos me llamo la atención, era un concurso, trataba de una rifa de un viaje hacia una región de la que ya había escuchado, Honilu. Pense que podría ser al fin mi oportunidad, tanto tiempo esperando había valido la pena. Pero... ¿que posibilidad habría de ganar una rifa? Cientos de personas participarían ¿Por que precisamente yo ganaría?

-Hijo, ya viste el comercial.

Mi mama entro a mi cuarto, al parecer con intenciones de animarme, pero no funciono.

-¡Están rifando un viaje de tres semanas! ¿No te gustaría?

-No se.

Era obvio que si, pero lo veía demasiado lejano. Mi mama se sentó conmigo en la cama, sabia porque estaba así. Creo que ya todo el pueblo sabia que quería ser entrenador pero no podía.

-Se que si quieres pero te da miedo. ¿Por que no lo intentas?

-Ademas, ¿cual es la probabilidad de que gane?

Sonrió y luego me pidió que la acompañara abajo. Abrió la puerta de la entrada de la casa y... todas las personas del pueblo se habían reunido, no superaban las 50 personas, era un pueblo bastante pequeño.

-Todos ellos te van a ayudar.

Casi lloro en ese momento. Ver a todas las personas que había conocido desde que era un niño, con las que fui haciendo lazos casi de familia, todos ahí afuera dispuestos a ayudarme a cumplir un sueño. Deberían estar todos muy pendejos para gastar dinero en un concurso que seguramente íbamos a perder. Pero de que me quejaba, creo que fue la pendejes gracias a lo que estoy vivo. De la multitud se acerco Sara.

-Iras a Honilú aunque no quieras ¿Oíste?