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Volvimos a casa e hicimos las maletas estaba muy emocionado. Mi maleta era muy grande, ahí guarde ropa hasta que no ocupaba, lleve todo el dinero que pude, mas o menos unos 8000 pokecuartos (Un pokecuarto equivale a un yen japones), era todo el dinero que tenia, pero por su puesto mi mama tenia mucho mas.

-¿Y quien va a cuidar la granja?- pregunto Sara que me había acompañado hasta mi habitación.

-Bueno, pensé que te gustaría... Hacerte cargo.

-(Sorprendida) Me vas a dejar a mi a cargo.

-¿Quieres?

-¿Y puedo dormir en tu cama?

-¿La vas a lavar?

-Si.

-¿Te vas a bañar antes de acostarte?

-Si.

-¿Prometes no tocar nada de mi cuarto? Si veo algo fuera de lugar te mato.

-Lo prometo.

- Y no te la vallas a picar en la cama, por favor.

-Jijiji, eso no te lo prometo.

-Tu ya tienes una cama, ¿Para que vendrías hasta esta solo para eso?

-Hay que probar siempre nuevos terrenos.

-Y si cuando vuelvo me doy cuanta de que lo hiciste te voy a poner en la granja a que des leche.

-¡Pero me van a coger los Tauros!

-Pos que te cojan.

Baje mi maleta a la sala, donde estaban varios vecinos esperándome para felicitarme. Los abrazos aun no habían acabado, creo que nunca algo tan estúpido nos había juntado tanto. Todos sabían que yo quería ser entrenador y que el viajar a Honilu seria un gran paso.

-Gracias a todos, enserio. Les prometo que se los compensare algún día.

-Lo hicimos por ti, Bell.

Estaba bastante feliz para hablar. Mi mama bajo con su maleta y la puso en la sala junto a la mía. Estabamos listos, pero no sin antes hacer una cosa muy importante en el corral.

-Adios Mareep 1, adios Mareep 2, adios Mareep 3,adios Mareep 4, adios Mareep 5,adios Mareep 6, adios Mareep 7,adios Mareep 8, adios Mareep 9, adios Mareep 10, adios Mareep 11, adios Mareep 12, adios Mareep 13...

Un vecino nos llevo en una camioneta vieja al puerto en donde nos estaba esperando un enorme barco blanco. Esas cosas solo las había visto en la tele, al parecer el concurso no era solo de un viaje si no también de tres días en crucero. Jamas había subido a un barco en mi vida, me pregunto como sera por dentro.

-No se si esto es real o estoy soñado

-A ver :v

Sara me pellizco el brazo y e dejo una marca roja de sus uñas.

-¡Au!

-No estas soñando.

En mas o menos una hora el barco iba a salir del puerto, así que teníamos que subir ya. Los Wingull volaban y daban vueltas al rededor del puerto, eso le daba un toque aun mas hermoso y me ponía ansioso por subir. Quien lo diría, un campesino se sentaría en un crucero, seguramente toda la gente de clase alta se me quedarían viendo. Una bocina nos aviso que fuéramos subiendo al barco.

- Pasajeros del Teokustate, favor de abordar en este momento.

Esa era nuestra señal, tome mi maleta y me despedí de todos y les agradecí nuevamente.

-Bueno, nos espera un largo, largo, largo, largo, largo, largo camino por delante.

Iba a subir pero Sara me detuvo tomándome de la mano.

- ¡Espera!

Me voltee y me abrazo, se puso de puntitas y dirigió su cara a la mía, estábamos bastante cerca. Sus labios iban en linea recta hacia los míos, pero se desviaron antes de llegar y me beso en la mejilla.

- Gettodazealos a todos.

Le sonreí y la volví a abrazar aun mas fuerte. Subí al barco y ahí nos dieron una habitación, era muy grande, me avente a la cama y era bastante cómoda y suave. Salí de la habitación para ver todo lo demás, el barco apenas había zarpado y aun podía ver a todos en el puerto, los salude y todos levantaron la mano. Seguí caminando casi corriendo por todo el barco, había gente tomando el sol y unos niños jugando con un Pelippers que al parecer le pertenecía al capitán porque tenia un gorro en la cabeza. Después de un rato entramos en mar abierto, podía ver un par de Wailords a lo lejos, cerca había varios Mantines con sus crías al lado. Era toda una variedad de Pokemon de agua, bueno pues estábamos en el mar.

Me encantaba sentir la brisa marina en la cara, el sonido del agua golpeando en el casco, el ruido de los Wingulls y Pelippers, y también el... me asuste, una enorme bocina se escucho por todo el barco y se repetía varias veces. La gente le molestaba el ruido y se tapaba los oídos, pero a mi no, a mi me encantaba, jamas había escuchado la bocina de los barcos de tan de cerca.

Todo era bastante bueno, dudaba que pudiera mejorar. Estaba parado en la proa del barco admirando la vista, viendo como un diminuto pedazo de tierra se iba acercando con las horas. Y es ahí donde mi aventura inicia 

Pokémon - ¡Ven Conmigo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora