Enamorada Del Fruto Prohibido.

C1: ¿Verdad o Reto?

Debo de admitirlo, por más obvio que sea; he pasado noches enteras pensando en Samuel, recordando su bella sonrisa, su cabello, los bellos recuerdos que tengo con él. Cada instante que pase a su lado, son recuerdos muy preciados para mí.

Tengo un mural en mi casa con fotos de los momentos más importantes en mi vida, siempre me detengo a apreciar todas las fotografías que logre tener con él. Repito, son muy valiosas para mí, no solo porque es un momento que capturé con él, sino porque yo fui la primera con la que acepto tomarse una foto, pero no cualquier foto, una foto casual, para nada formal. Y cada noche, me acerco a ese pequeño espacio, esa imagen impresa, que guarda el mejor día de mi vida, o tal vez uno de los mejores días de mi vida, esa fotografía la conseguí a los días de darme cuenta de lo enamorada que estaba de él, y ahora es solo eso, una fotografía colgada en la pared de mi habitación, recordándome lo infinitamente feliz que era, y que no supe valorar.

En verdad lo amaba, a pesar de lo imperfecto que era, Samuel Browning fue muchas cosas, pero nunca fue perfecto, sufrí por él. Y es entonces, cuando a veces divago en mis pensamientos recordando esos días, y llega a mi esa pregunta: "¿Cómo te enamoraste de Samuel Browning?", luego recuerdo el día en el que comenzó toda mi historia.

12 de junio

Me había preparado para un día normal de clases, lo que no sabía, era que ese se volvería el más divertido (y un poco trágico) día de clases para todos mis amigos, para Samuel y para mí.

Eran los últimos días de clases, del segundo año de secundaria; los exámenes habían terminado después de una tediosa semana de proyectos finales y estudio, en esos últimos días, solo asistíamos para recibir calificaciones y últimas indicaciones para inscribirnos al siguiente ciclo escolar.

Varios maestros habían faltado precisamente ese día, y nosotros nos aburríamos, así que mi grupo de amigos y yo nos sentamos juntando los bancos en forma de círculo.

Mi vida se complicaría a partir de esa pregunta "¿Verdad o Reto?".

Para ser un juego tan infantil, puede llegar a ser dramático. A quien engaño, nosotros lo hacemos dramático.

La primera víctima fue mi mejor amiga, Amelie.

–Bien, Amelie, ¿verdad o reto? –

–Verdad– dijo firmemente.

–Si tuvieras que casarte con alguno de los que estamos aquí, ¿Con quién sería? –

Yo la mire divertida, ya sabía la respuesta, pero no sabía si ella sería capaz de confesar aquel pequeño secreto.

–Con Jack–

Jack, guapo, interesante, divertido, pero sobre todas y cada una de sus cualidades, un caso perdido. Aun así, mi mejor amiga vio algo en el que nosotras no.

Desde el primer momento en el que se vieron, hubo algo especial, fue el típico amor a primera vista, solo que ese amor tardo casi dos años en aparecer. Obviamente, el aceptar que se quedaría con Jack sin importarle los demás, fue motivación suficiente para que empezarán una relación.

–Bien, vas tú Amelie–

Verdad, reto, reto, verdad, verdad, verdad, reto, verdad, reto, reto, verdad. La lista seguía y seguía, retos que muy pocos podrían cumplir, un par de retos simples y verdades muy ocultas, pero sobretodo, que te dejaban en vergüenza absoluta.

Poco a poco, me dirigía a mi hora final, el momento exacto en el que el destino decidió burlarse de mí, solo le faltó escupirme en la cara para demostrarme cuan gracioso y cruel podría ser.