Enamorada Del Fruto Prohibido.

C24: ¿Por Qué Ser Tan Cruel?

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Human - Christina Perri.

Enamorarme de Samuel Browning trajo a mi vida tanto cosas buenas, como malas. Sé que siempre fueron más cosas buenas que malas, estoy muy consciente sobre ese aspecto, pero cuando Samuel me rompía el corazón, era una inmensa tortura.

–Tierra llamando a Katherine, hay alguien ahí– Amelie agito su mano frente a mis ojos para captar mi atención.

–Mmm, lo siento Ames, estaba...

–Soñando despierta, si lo sé a mí también me ha pasado. Ya vamos a salir–

–Tan pronto–

–Ya paso media hora, Beth por fin se dignó a bajar–

–Bien, vamos–

4 de mayo.

Fiesta de Beth, lo había estado preparando con mucho tiempo y por fin llegó la fecha.

–Ahora no hay fallas, Sarah bailará con David–

–Excelente, viviré un día más– dije sin gracia.

–Anímate, ya viene Samuel– mire por donde Amelie discretamente había señalado.

–Ya lo vi, pero que tiene–

–¿Qué será? Tal vez que van a bailar después de que en la última fiesta Samuel había sido un idiota y te había salvado de bailar con él, y ahora, aunque te vuelva a romper el corazón vas a bailar de cualquier forma con él– Amelie a veces era un poco exagerada, solo a veces.

–Que intenso–

–Así soy yo. Ya hay que acomodarnos, nos vemos cuando haya acabado la entrada– Ames me abrazo–. Sé que estás un poco nerviosa, tranquila todo estará bien–

Amelie es especialista en muchas cosas, pero no en predecir el futuro.

–Lista para salir– Samuel se puso a un lado mío.

–Si–

–Solo quería decirte... – dudo en si debía decirlo o no– luces hermosa–

–Gracias, Sam–

La crueldad de las personas puede llegar a ser letal, sé que Samuel no tenía la intención de lastimarme, o tal vez lo excuso mucho, pero él me demostró que todos, aun siendo inconscientemente, podemos llegar a ser las peores personas del mundo.

Después de que Beth saliera, y de que bailáramos junto a ella, todos nos fuimos a sentar.

–Wow, Beth está muy hermosa– me dijo David.

–Que no te escuché Sarah, o te quedaras sin herencia– ya me encontraba menos nerviosa, pero aún me sentía extraña.

–Auch, eso es cruel. Pero Sarah y yo no somos nada, no tengo por qué preocuparme si le molesta que crea que una chica luce bonita o no–

–Y aquí mi querida Katherine, queda claro que el hombre es un idiota por naturaleza– me dijo Amelie con una sonrisa–. Ahora, si me disculpan, voy a buscar al mío antes de que una mujerzuela se le acerque– Amelie se levantó de su asiento y se fue.

–Es la primera vez que veo que no llama perra a las que le caen mal, está mejorando–

–¿En serio soy un idiota? – me preguntó David.

–Si–

–¿Más qué él? – mire a dónde señalaba.

Juro que lo único que causó que no lo matara fue que quería vivir una larga y plena vida, alejada de prisión.