Enamorada Del Fruto Prohibido.

C27: El Principio Del Fin.

Canción Recomendada:

So - Ed Sheeran.

¿Qué más se necesita para ser feliz?

Después de perdonar a Samuel, todo mejoro para ambos.

Amelie seguía feliz con Jack, y Sarah y David... bueno ellos son otra historia.

Marion arreglo todos sus problemas con Dalia y volvieron a ser amigas.

Todo estaba bien, o lo estaba, hasta que la realidad se acercó a nosotros.

–Preparatoria, pero todavía falta mucho para salir–

–En realidad faltan dos meses–

Un consejo, disfruten el tiempo al máximo, no saben cuándo una bella cadena de buenos sucesos pueda terminar.

–Sabíamos que tarde o temprano iba a pasar...

–Exacto, tarde, esperaba que todavía faltara mucho tiempo– de todos, Amelie y Sarah eran las más afectadas.

–Amelie, hay que aceptarlo, en el fondo todos lo sabíamos– me acerqué un poco a ella, pero retrocedió un par de pasos.

–No, me niego a creer eso– Amelie tomo sus cosas y salió del salón.

–Voy a hablar con ella. Nos vemos chicos– Jack se despidió de todos y fue tras Amelie.

–Vamos chicos, hay que irnos–

Me sentía mal por mi amiga, pero todos sabemos que vivimos en el mundo real, no en aquellas fantásticas historias donde el amor y la amistad son la clave de todo y sobreviven teniéndose los unos a los otros.

–Katty, espérame– Samuel se acercó a mí–. Te acompaño a tu casa– me dijo con una sonrisa.

–Samuel, aprecio el gesto, pero mi casa está un poco lejos de aquí, además, Kathia viene por ti, y no creo que le guste esperarte mucho–

–Punto número uno, hoy Kathia no viene por mí, tenía otras cosas que hacer, y punto número dos, no hay punto número dos, pero de cualquier forma te acompañare, aunque sea unas cuantas calles, vamos Katty-–

–¡ROGON! –

–¡MANDILÓN! – mire a Matt confundida–. Ah, no, verdad– sonrió nerviosamente y siguió con su camino.

–¡Ya bésala, Sam! – le gritó Dalia.

–Más de lo que ya lo he hecho–

–¡Ohhhh! –

Como ya notaron, todo, absolutamente todo, había vuelto a como era.

–¡Eh, ya estamos de mal... Los que seamos, ya hay que dejarlos solos. Adiós chicos, se cuidan...

–Usen protección–

–Nos mandan las invitaciones para la boda–

–Yo pido ser el padrino del primer hijo que tengan–

–Yo del segundo–

–Pueden tener un tercero, para ser yo la madrina–

–¡Ya vámonos! –

Después de que las pisadas del grupito dejaron de escucharse, mire a Samuel.

–Confórmate con que tenga un hijo, no voy a perder esta hermosa figura– tome mi mochila y camine hacia la salida.