Mírame a los ojos -Terminada-

Eres un maldito pervertido

Cap 11:

Narra ____:

Comimos la pizza que Austin hizo bastante callados, no teníamos tema de conversación, solo hicimos algunos comentarios hablando sobre el maravilloso clima y mi nuevo esmalte de uñas, azúl electrico, Austin dijo que le gustaba, le recordaba a una bebida alcoholica cuyo nombre no recuerdo. Luego del almuerzo la pasamos cada uno por nuestro lado, yo leìa mi ejemplar de Orgullo y Prejuicio de Jane Austen mientras Austin escuchaba Nirvana tirado en el sillón, imitando tener una guitarra en mano y cantando.

-Austin, no me puedo concentrar en el libro con esta música-

-With the lights out, it's less dangerous- Siguió cantando como si nada-

-Austin!- Dije un poco mas alto-

-Here we are now entertain us- Seguía como si yo no estuviera ahí

-Vamos, hablo enserio-

-I feel stupid and contagious- 

-Si, definitivamente eres estúpido- Dije intentando enojarlo, para ver si me respondía, por alguna razón odiaba que me ignore-

-Here we are now, entertain us- Mi paciencia estaba al limite del colapso-

-A mulato, an albino, a mosquito, my libido- gritó a todo pulmón-

-Suficiente- Me exalté tirandole un almohadon en la cara-

-Niña! No te pongas agresiva! No he hecho nada malo-

-Primero que nada no soy una niña, segundo, no me puse agresiva, solo te arrojé un almohadon, no fue para tanto, y tercero, si, hiciste algo malo, me ignoraste y seguías cantando aún cuando te pedí que pares-

Austin se inmutó y siguió cantando Smells Like Teen Spirit.

Genial, pensé, si el creía que podía ignorarme entonces dos podían jugar este juego.

Subí a mi habitación con mi libro en la mano, me recosté y seguí mi lectura, no me dí cuenta del tiempo que había pasado leyendo hasta que terminé el libro y puse los ojos en el reloj que había sobre mi mesa de luz, 7 de la tarde y llevaba leyendo desde las 3, cuatro horas leyendo. Bajé, no había señales de Austin, tenía algo de hambre así que agarré una manzana de la frutera, la lavé y comencé a comerla, un ruido en la sala de estar me aturdió y fuí corriendo a ver lo que pasaba.

Austin estaba tendido en el suelo, se había resbalado, pero estaba bien. Lo miré y casi voy a ayudarlo, pero luego recordé la manera en que me ignoró en la mañana y volví a la cocina. Segundos después el estaba detras mío y al entrar a la cocina habló.

-Hey, que ocurre?- Dijo con confusión en la mirada. No hablé -_____, te estoy hablando- Insistió. Miré para otro lado, como si el no existiera, exactamente como había hecho el esta tarde- Genial, es esto alguna clase de venganza por como te ignoré hoy?- Seguí sin contestar- Bien, no me hables, no me importa- Miró hacia el techo y resopló- Dios, cuantos años tienes? 3?- Conté hasta 10 en mi mente para evitar gritar todo lo que quería decirle en ese momento, empezando porque no soy una niña y que el era un maldito imbecil. El continuó hablando- Niñas, quién las entiende- Dijo. Yo me paré del asiento y me dirigí a la habitación, pasandole por al lado como si no estuviera allí, sin siquiera mirarlo.

-Mahone, te las verás conmigo si sigues comportandote así- Dije por lo bajo, solo para mi, mientras subía las escaleras y me dirigía a la ducha.

Me bañé, al terminar sequé mi cuerpo con una toalla rosa y lo enrollé con la misma y luego puse una blanca en mi cabello, las había traído de mi casa, por alguna razón no me sentía comoda al pensar que debía usar las de Austin así que me traje algunas. Entré a la habitación y saqué algo de ropa que había guardado en la tarde del armario, un jean clarito, una blusa rosada y mis converse blancas, algo básico, también saqué mi conjunto de ropa interior rosa, la parte inferior era algo pequeña, pero con quince años mi madre me había regalado miles de estos conjuntos, aunque yo prefería mis bombachones de abuela. Me puse la ropa interior y saqué la toalla de mi cabello, me lo cepillé y luego pasé crema de rosas por mi cuerpo, justo cuando estaba por agarrar el jean Austin entró a la habitación y yo quedé en shock, no podía moverme. 

-Oye ____ quieres comida chi- Levantó la vista y abrió los ojos y la boca, parecía que se le estaba por caer la mandíbula.

-NO TE ENSEÑARON A TOCAR?- Grité exasperada.

-Lo-lo siento ___ y-yo solo q-quería preguntar s-si querías comida ch-china- Dijo tartamudeando-

-Bien- Dije mas calmada- ahora vete y nunca mas vuelvas a abrir sin tocar-

-Lo siento- Pronunció mientras cerraba la puerta saliendo de la habitación.

Bufé. Que idiota es. Un momento.

Miré para abajo.

Austin acaba de verme en ropa interior y yo en vez de cubrirme le grité. No puedo ser tan malditamente estupida, no puedo creer que esto haya pasado maldita sea. Me maldije mientras sentía sangre acumularse en mis mejillas.

Me cambié en silencio pensando en lo incomodo que será cuando tenga que bajar y ver a Austin luego de que el me haya visto semidesnuda. No es que tenga un mal cuerpo y me averguenze por ello, al contrario, es solo que ningún chico me había visto en ropa interior, y jamás pensé que Austin lo haría, es decir, es solo el mejor amigo de mi hermano.

-____! La comida está aquí!- Dijo Austin desde abajo-

Me miré al espejo. Bien ____, tu puedes con esto, no es para tanto, después de todo fue su culpa por entrar así, debe ser el quien esté avergonzado, no tu. Dije en mi mente, dandome animos a mi misma. Bajé las escaleras y fuí hacia la cocina, allí estaba Austin, intentando usar los palillos chinos, cosa que le salía muy mal. 

-Así no tonto, es de esta manera- dije tomando mis palillos y enseñandole-

-Así?- Preguntó haciendo lo mismo que yo.

-Exacto- Dije sonriente, después de todo no había sido tan humillante como creía.

-Oye, me estas hablando-

-Mierda- Me reproché- Lo olvidé-

-Supongo que gané- Dijo burlón

-No era un juego- Lo miré y le saqué la lengua.

-Infantil- Dijo.

-Tonto- Respondí.

-Boba-

-Idiota-

-Niña-

-Marica-

-Tetona- Concluyó riendo-

-OYE!- grité, poniendo mis manos sobre mis pechos.

-Qué?- Volvió a reír- Hoy lo comprobé, eres bastante tetona para tener solo quince- Dijo.

-Eres un maldito pervertido- Dije negando con la cabeza a modo de desaprobación mientras comía un bocado.