Capítulo 3

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Los dos seguían viéndose a los ojos, con unas sonrisas bastante cursis.

-Viniste.

–Yo… yo no sé que hago acá. -Respondió ella mientras trataba de controlar ese palpitar desenfrenado en su corazón- Yo no debería estar aquí.

–Al contrario, claro que debes estar. Esa es la respuesta.

–¿La respuesta a qué?

–Es mejor que pases. -Terminó de abrir para darle la oportunidad de entrar. Ella le miró con desconfianza- No te voy a hacer nada, confía en mi. Darcy movió los ojos un poco nerviosa y entró en el lugar. Al estar ahí, no pudo evitar cuestionarse ¿Qué era ese lugar? Veía de un lado para el otro y todo era tan raro.-

–¿Qué es este lugar? ¿Por qué se ven tan antiguo?

–Porque lo es, este es el santuario de la ciudad. -Darcy abrió los ojos con un nerviosismo evidente ¿Ese hombre acababa de decir santuario? ¿Eso era como el lugar de reunión de una secta o algo por el estilo? - Ven, acompáñame. -Le guió hacia salón en donde podrían sentarse. Darcy le seguía pero con mucho miedo, veía cada rincón de al lugar, visualizaba la ruta para una posible huida y veía cada objeto para saber qué podía usar para defenderse en caso de cualquier cosa- ¿Deseas algo para tomar?

–No, yo solo quiero respuestas. Quiero saber quién eres, quiero saber cómo apareció esto -Le mostró el dije- quiero saber qué hago acá.

–Porque así tenia que ser, en eso se basaba la promesa que te hice.

–¿La promesa? ¿Cuál promesa? Yo no te conozco y estoy segura de que tu no me conoces en realidad.  -Se quedó en silencio por un momento y sacó la tarjeta de su bolso- Cuando dices promesa ¿Hablas de esto? -Le mostró la tarjeta- ¿Hablas de esto? ¿Qué clase de truco es este? Esta tarjeta ha estado brillando desde que llegué a Nueva York. -Stephen sonrió- ¿Te vas reír? Yo necesito respuestas, y deja de reírte. -Le gritó-

–Es que no lo hago por mal. Lo hago porque es lindo, porque tu presencia aquí, me demuestra que todo está bien y que realmente sientes algo por mi. -Darcy entre abrió la boca y luego negó-

–¿Cómo voy a sentir algo por ti si no te conozco? Es… es… esto es… -Trataba de buscar las palabras adecuadas, porque sí, estaba nerviosa, estaba asustada y no entendía nada, pero una parte de ella se sentía tranquila, sentía que debía estar ahí, que todo estaba bien- Esto es lo más raro que me ha pasado en la vida desde que apareció Thor, pero por lo menos a él lo veía, trataba de entender qué onda, o sea, el tipo venía del espacio, y me costó. Pero, esto no lo entiendo, no lo veo, no lo explico. Desde que te me apareciste esa tarde, todo se convirtió en una osadía de emociones. Emociones que no entiendo, que no explico. -Estaba desesperada, pero de pronto se quedó callada y observó a Stephen- Claro, ahora lo entiendo. La tarjeta, este lugar, mis sensaciones. -Él sonrió emocionado- Me hiciste brujería.

–¿Qué? -El desconcierto en su voz fue total-

–Eso es. Cuando te miré a los ojos en Londres, me hechizaste. -Le gritaba fuera de si. Stephen intentó acercarse a ella, pero se alejó- No te me acerques, mira que yo soy católica. No soy practicante, pero creo en Dios, porque si existen los dioses nórdicos, debe existir un dios en los cielos. -Se echaba más y más hacia atrás mientras Stephen se le acercaba- Yo… Yo no creo en ese tipo de cosas, o sea, sí creo pero no le doy fuerzas para que no me ataquen.

–¿Brujería? ¿De verdad? No me hace falta eso. -Estaba muy cerca de ella- Existen cosas mucho más grandes que las fuerzas oscuras. Y créeme, jamás utilizaría nada de un lado u otro, en tu contra. -Darcy tragó fuerte- Cuando se siente de verdad, no hacen falta las fuerzas místicas.

–¿Entonces eres un brujo de verdad? -Al hacer esta pregunta quedó contra la pared, con Stephen frente a ella-

–Hechicero. -Darcy lanzó una risita nerviosa-

–¿Es broma verdad? -Strange torció la boca, como dando a entender un “No”. Darcy estaba muchísimo mas nerviosa, toda aquella información de huida y autodefensas que había reunido desde que entró, no le servían de nada, primero porque estaba alejada de cualquier objeto, y segundo porque estaba inmóvil, pero no por Stephen, él sí, estaba frente a ella, pero a varios centímetros de separación. Darcy estaba inmóvil por ella misma.- Ok, esto es enserio. Por favor no me hagas nada, yo sé que soy bastante irritante. Muchísimo en realidad, pero tampoco soy una mala persona. La verdad es que tengo mucho miedo, muchísimo miedo. Porque dijiste que no me ibas a hacer nada, pero eso es lo que normalmente dicen las personas que van a hacer algo malo. Te prometo que si me dejas ir, yo me olvido de esto, de lo nerviosa que me pusiste y… y me voy, solo. No me hagas nada. -Stephen sonrió-

–Jamás te haría nada malo. Todo esto tiene una explicación, pero no te la puedo decir, si tu no me ayudas a hacerlo. Yo necesito que me digas lo que sientes.

–Miedo, mucho miedo. Créeme que en este momento una parte de mi se esta muriendo y seria capaz de hacer cualquier cosa para salir corriendo. Pero… -Y ahí estaba el pero que él esperaba- Hay otra parte de mi que está desenfrenada, que te mira y me dice “Maldición Darcy, mira al hombre que tienes al frente. Mira a ese hombre tan apuesto, con unos ojos tan hermosos y… y esa barbita, y esas canitas laterales que le quedan tan sexy. Es ese hombre con el cual no has dejado de pensar desde que le viste la primera vez y que además te estremece completamente”. Sí, hay dos personas peleándose dentro de mi.

–¿Y cual de las dos va ganando? -Maldita sea, esa voz, esa aterciopelada voz, hizo que su piel se erizara. Tragó fuerte mientras le veía a los ojos, y sin pensarlo dos veces se lanzó sobre él y le besó. Pero ¡Vaya qué beso! Fue una mezcla entre un deseo pasional y una dulzura extrema. Ella colocó sus manos detrás de el cuello de él mientras jugueteaba con su cabello, como le gustaba ese cabello. Darcy no deseaba soltar a ese hombre, por lo menos no en ese momento. Si era de sentirse culpable, lo haría después. Algunos segundos después, Stephen movió su mano derecha por detrás del cuello de ella, y una cálida luz naranja salió. Darcy se separó de él de golpe, sentía como si le estuviesen taladrando el cerebro. Se tomaba fuertemente la cabeza mientras gritaba por el dolor, era tanto que se tiró al suelo. Stephen intentó ayudarle a levantarse, no le gustaba verla así, pero era necesario. Algunos segundos después, ella intentaba recuperar el aire, ese dolor le había dado con todo. Tenia los ojos cerrados, pero Strange estaba frente a ella, así que cuando abrió los ojos, al primero que vio fue a él. Un tanto atolondrada abrió la boca.-

–¿Stephen? –Él asintió- Estás aquí, estás vivo. -Lo abrazó con fuerza. Lo hiciste, cumpliste tu promesa. -Se separó para verle, volvió a sonreír y le besó-

Space Between Us [Mysticshock]Where stories live. Discover now