Capítulo 11

128 13 0
                                    

Bastante entrada la madrugada, Stephen despertó al lado de Darcy, sonrió al verla durmiendo. Apartó el cabello que tenia en la cara y le acarició la cabeza, de pronto su expresión cambió al sentir toda la parte trasera del cráneo de ella, estas húmedo y viscoso, al quitar su mano notó que estaba empapada de sangre. Rápidamente se sobresaltó, intentó despertarla, pero no había nada que hacer, su cabeza se fue sola hacia un lado. Al instante una sombra de contextura delgada, apareció al pie de la cama. No se diferenciaba más que la silueta rodeada con una luz verde. Esta sombra habló con esa voz estruendosa: “Esto también será tu culpa”. Al decir esto, voló hacia Stephen y entró en su cuerpo. Evidentemente esto era un sueño, Stephen se levantó sobresaltado, volteó y vio a Darcy dormir tranquilamente, todo estaba normal. Se puso de pie para intentar calmarse, este sueño le había alterado bastante. Cerró los ojos un momento y tomó aire, pero al abrirlos y pasar cerca del espejo se inmovilizó, en realidad sintió que le inmovilizaron. Algo le tenía tomado de brazos y le había propinado una llave. No podía ni mover sus manos. Entonces desde el espejo logro ver a esta misma sombra que le sostenía, hacia fuerzas para soltarse, pero por mas que lo intentara no podía. Fue ahí que le volvió a hablar: “Si no te das cuenta de lo que podemos lograr juntos, puede ser perjudicial para ti”. Esta entidad con mucha habilidad levantó un poco a Stephen y lo lanzó de cabeza hacia el espejo. Nuevamente despertó de golpe, era otra pesadilla. Esta vez Darcy le vio despertar, ella no dormía.-

–¿Estás bien? -Le preguntó él a ella-

–Sí, perfectamente. El que parece que no dormía bien eres tu. ¿Tenías una pesadilla?

–Sí, algo así.

–Te lo mereces. -Stephen le miró con desconfianza- Sí, las personas que no actúan de buena fe, nunca van a poder tener paz. Y esas pesadillas le van a perseguir hasta el infierno. -Al decir estas palabras  Darcy le apuñaló en el corazón con unas tijeras. Y de nuevo despertó de un brinco. Pero está vez salió de la cama sobresaltado. Darcy también despertó del impacto, pero le costaba caer en el momento.

–¿Qué pasa?

–Dime que esto es real, dime que eres tu de verdad. -Stephen estaba nervioso. Ella pasaba su mano por sus ojos-

–No lo sé, ni siquiera sé qué pasa. ¿Estás bien?

–No, no lo estoy. -Seguía caminando por la habitación. Darcy poco a poco parecía caer en sí-

–¿Por qué estás así? No entiendo. -Al escuchar eso, Stephen se sintió un poco más calmado, parecía que ya estaba en su realidad, esa parecía ser su Darcy, sí, esa que nunca entendía nada. Él se sentó junto a ella y la abrazó- Oye ¿Y esto? ¿Qué pasa? -Él la miró a los ojos- ¿Será que en algún momento me vas a decir lo que pasa?

–Son pesadillas, pesadillas constantes. Sueños adentro de los sueños. A veces me cuesta diferenciar la realidad. No puedo controlarlo. -Darcy tragó fuerte y le acarició la mejilla mientras asentía- Estoy perdiendo el control.

–¡Hey! No, no pienses en eso. Stephen Strange nunca pierde el control ¿No? Él es un hombre con temple, dedicación, un hombre muy terco que no descansa hasta conseguir lo que quiere. Por algo, este hombre se convirtió en un hechicero -Le tocó el pecho- Vamos a hacer algo para eliminar esas pesadillas ¿Sí? -Él asintió- Yo estoy aquí. -Le abrazó- Ves, eres un bebé que también necesita que lo cuiden -Le dijo divertida, dándole un beso en la mejilla- Tienes que confiar en mi, no puedes guardarte todo para ti. –

–Me cuesta hacerlo. No estoy acostumbrado a pedir ayuda.

–Eso es malo, porque a veces no otra salida. -Él suspiró y le tomó la mano para darle un beso en ella.-

En la mañana, Darcy despertaba temprano. Tenia algunas cosas que hacer ese día, así que debía empezar con buen pie. Y para ella qué mejor manera de iniciar el día que viendo a Stephen dormir junto a ella. Sonrió como una tonta y se puso de pie, no quería despertarlo, luego de aquella pesadilla le había costado consolidar el sueño, así que tenia que dejarle descansar. Antes de entrar al baño, le dio un beso en la mejilla y le tocó el cabello, esa mujer amaba el cabello de ese hombre. Al terminar con toda su rutina matutina, terminar de vestirse y empezar a maquillarse, desde el espejo vio que Stephen empezaba a despertar.

–Buenos días. -Le saludó alegremente-

–Buenos días. -Respondió con voz somnolienta- ¿Hace mucho despertaste?

–Mas o menos. No quería molestarte. Con lo que pasó anoche pensé que quizás no has dormido bien en estos últimos días, así que te deje descansar.

–Está un poco tarde. Pero gracias. Creo que no hay mejor forma de despertar que esta. -Dibujó una sonrisa en su rostro. Lentamente se levantó y vio que ella había estado arreglando sus maletas- Tus maletas están hechas ¿Por qué?

–Porque me voy a ir a un departamento. No puedo perder tanto dinero quedándome en un hotel. Todavía no encuentro un trabajo, así que debo ser cautelosa. Es un departamento pequeño, tipo estudio, pero esta bien para mi.

–¿En dónde?

–Aquí mismo, en Queens. Y no me pongas esa cara, tengo que ir ajustándome a lo que tengo.

–No te voy a decir nada. Creo que la última vez me lo dejaste claro. -Se puso de pie y le dio un beso en la frente- Me parece bien que empieces a formar tus cimientos. Sabes que si me necesitas para cualquier cosa, puedes contar conmigo.

–Lo sé. -Respondió ella con una sonrisa, él se la regresó y luego entró al baño. Ella volvió su morada al espejo y terminó de arreglar su maquillaje. Al terminar, se dispuso a guardar el resto de sus cosas en las maletas. Cuando tomó de la mesa de noche el cargador de su celular, vio el reloj de Stephen, sí, aquel reloj del vidrio roto que había llamado su atención. Lo tomó y vio que funcionaba perfectamente, pero el vidrio estaba roto ¿Porqué él seguiría usando un reloj así? Al darle la vuelta observó un grabado en la parte trasera, este decía: “Solo el tiempo dirá cuanto te amo. Christine.” Leer eso fue como un balde de agua fría para ella. Claro que había mas que simple admiración. Negó repetidas veces y dejó el reloj en la mesa. Cerró los ojos un momento, y suspiró. Pero se sobresaltó al escuchar un fuerte golpe proveniente del baño. Corrió para ver lo que ocurría; al entrar se encontró con el espejo roto y a Stephen tirado en el suelo con las manos en la cabeza y negando sin cesar  ¿Qué había pasado en ese lugar?

Space Between Us [Mysticshock]Where stories live. Discover now