Capítulo 19

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En la noche, Stephen estaba encerrado en su habitación. No quería saber nada de lo que pasara en el mundo exterior, trataba de asimilar lo que había pasado en le día. Todo había sido como un avalancha para él. Aunque sabia que todo se estaba complicando, no esperaba nada de eso. Sentado frente al pequeño escritorio lleno de libros, luchaba por mantenerse despierto, tenia dos días que no dormía nada, pero no podía hacerlo. Luego de un cabeceo, se despabilo sacudiendo su cabeza. Se puso de pie para acercarse a la puerta, y es que desde el pasillo escuchaba música, música que no debía estar sonando. Cuando abrió la puerta, quedó en blanco, ya no estaba en el santuario, estaba en su casa de juventud. Vio las fotos que colgaban de las paredes, todo estaba alumbrado y el olor floral inundaba el lugar. Mientras caminaba por el pasillo, seguía el sonido de la música, al abrir la puerta de donde esta salía, quedó en shock.

–¡Stephen! -Corrió hacia él una hermosa joven con unos intensos ojos verdes y de cabello castaño. Estaba notablemente emocionada, y eso lo reflejó en el abrazo que le dio-

–¿April? -Preguntó desconcertado, se sentía fuera de lugar-

–Te esperaba desde hace rato ¿Por qué tardaste tanto?

–Yo… -Volteó hacia la puerta y luego le vio- No pude ser..  Esto no… -Sacudió su cabeza-

–¿Qué te pasa? Estás muy raro.

-No, no lo estoy. Estoy bien, muy feliz de verte. -Abrazó a su pequeña hermana con fuerzas, pero de momento sintió caer en sí-

–No, no, esto no puede ser. Debo haberme quedado dormido, esto no es real.

–Claro que es real, estamos juntos. Como debería ser. -Le tomó la mano y sonrió, Stephen parecía sucumbir ante la imagen de su hermana, pero luego cerró los ojos-

–No, esto no es real. No es real. -Gritó. Al abrir los ojos ya no estaba en esa habitación con su hermana, esta vez estaba en un consultorio médico. Frente a él, el jefe de cirugía-

–Strange, lo que estás pidiendo es una locura. No estás calificado para hacerlo.

–¿Qué cosa? -Preguntó sin entender-

–¿Cómo qué cosa? Lo que me acabas de pedir. No puedo darte la autorización para realizarle esa cirugía a tu hermana. -Stephen frunció el ceño- No ahorita. No te veo calificado para ello.

–Deme seis meses, en seis meses voy a tener todo lo que necesito para realizarla. Yo sé que puedo hacerlo.

–El riesgo es muy grande. Puede morir si se somete a una intervención de ese tamaño.

–Pero si no lo hace también. No me importa lo que digan los demás médicos, yo sé que puedo hacerlo. Solo necesito su autorización. -Estaba reviviendo ese momento, ya eso había pasado y la verdad no tenia un buen final.- No, no, no, no…. -Gritó antes de que una fuerte luz le cegara para luego aparecer en un quirófano. Tragó fuerte al ver que en la mesa de operaciones estaba su hermana- No, April no.

–¿Qué pasa? ¿Estás nervioso? Por favor no me digas que estás nervioso, porque yo confío en ti. Estamos juntos en esto ¿No?

–Sí, estamos juntos. Deberías sentirte un poco más relajada.

–Yo no tengo miedo. -Respondió ella muy firme-

–Y no deberías, porque yo voy a cuidar de ti. -Le acarició la mejilla- Bien, estamos listos. Cuando despiertes, te sentirás un poco aturdida, pero todo estará bien. -Cuando le colocaron la mascarilla de anestesia, April tomó la mano de Stephen y le murmuró-

–La verdad es que sí tengo miedo.

–Vas a estar bien, te lo prometo. -Le dio un beso en la frente, pero al separarse ya ella no estaba ahí, el quirófano estaba solo, frío. Se sentía tan frustrado.- No, otra vez, esto no. -Sus ojos empezaron a cristalizarse y algunas lágrimas empezaron a correr.- Fue mi culpa, todo fue mi culpa. -Se pegó de la pared y se deslizó hacia el suelo- Ella murió por mi culpa. -Mientras seguía lamentándose una voz muy tenue le habló-

–Amor, perdida, dolor. Esas son las piedras que te bloquean. -Stephen levantó la mirada y vio a Ancestral frente a él. Se sorprendió visiblemente, pero las palabras no le salían- Ve la pared por lo que es, y luego derríbala. Ahí está la verdad esperándote.

–¿La verdad? ¿Qué verdad?

–Que tu hermana no se salvaría, por mas que lo intentaras.
–¿Cómo puedes decir eso? -Se puso de pie violentamente- Ella murió en mi mesa, ella confiaba en mi, yo le prometí que estaría bien.

–Eres un sanador natural Stephen, pero no toda vida está destinada a ser salvada. Estaba fuera de tus manos ayudarla. Pero tu sí tuviste otra oportunidad, y sabes lo que debes hacer.

–No, yo no creo en eso. Yo sé que podía ayudarla.

–No, y ese es el problema, eso es lo que te tiene encadenado a esa pesadilla. -Ancestral le pasó por un lado y caminó hacia una luz- Acepta la vedad y libérate. Estás de pie frente a la pared, solo da el próximo paso. -Al decir esto, la luz a la que había caminado hizo implosión, y aquel quirófano desapareció. Esta vez Stephen estaba rodeado por una oscuridad para profunda que poco a poco se fue llenando de verde. Entonces esa misma voz que constantemente le hablaba se empezó a escuchar cada vez más cerca-

–Aggg, como molesta cuando la voz de la conciencia aparece para arruinarlo todo. -Y ahí estaba frente a Stephen, aquel ser que Peter le había descrito. Alto, delgado, con la piel grisácea, ojos oscuros y profundos, y el cabello negro, largo y rodeado por esa luz verde. Alrededor de él se empezó a visualizar un camino de ramas y plantas. Un laberinto bastante denso.–

–¡Nightmare! Claro, debías ser tu. Me preguntaba cuándo ibas a mostrar tu maldito rostro.

–En algún momento teníamos que vernos cara a cara. Bienvenido a mi reino.

Space Between Us [Mysticshock]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora