♥Capítulo 9♥ Favorita

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Miraba y rezaba, mientras yo estaba aturdida por los gritos y el dolor.

Llegue a sentir un cariño por él, como de si de un amigo se tratara, No pasamos mucho tiempo juntos pero lo poco que logré con él, fue muy lindo. 

Escuchaba como él rezaba a Alá y lo veía, Mientras lloraba de dolor, intente copiar sus palabras, para rezar también, él se sorprendió y se arrodillo al lado de mi cama. Rezaba alto y lento para que yo pudiese seguir sus palabras. al terminar el rezo, no aguante mas el dolor y me desmaye. Me dejaron descansar unos días hasta que el dolor pasara, sobrevivi a aquel corte, por obra del destino o por obra de ala, sea de quien sea, sobrevivi.

Al abrir los ojos, El sultán estaba sentado a mi lado, mirándome - Sultán...- Dije aun medio dormida. -Con esos ojos llenos de inocencia...- dice mientras mira  fijo mis ojos - Ocultas mucha valentía, ¿Que más ocultan esos ojos?- Término como diciendo un poema. Quede endulzada con aquellas palabras, mientras mi cerebro lo  procesaba, caí de repente en lo que había sucedido.

-Su majestad, ¿se encuentra bien? ¿está herido?- Dije asustada -Estoy bien Naomi, No te preocupes, lo importante es que tu estés bien ahora- Respire con calma y mire mi estómago y pecho, que estaban envueltos con unas vendas.

-Apenas te recuperes...- Dijo levemente, mirando la herida- Quiero que vayas a mis aposentos- De repente mi corazón se detuvo, me puse nerviosa y hasta me sonroje. Lo miro con los ojos bien abiertos y asustada -Se que no eres como las otras concubinas,  así que no te asustes, no haremos nada que no quieras, solo quiero que te conviertas en favorita, para que tengas más poder en el harem. Asi nadie podra hacerte daño- dijo mientras paso su mano por mi cabello, Como con ternura.

Se que sonara tonto, pero en parte me desiluciono, Se que voy a ser favorita pero no sé qué esperaba, Si realmente quería estar con él, No voy a negar que es muy hermoso, y su belleza causa muchas sensaciones en las mujeres pero yo no soy de pensar en ello.

El se fue y me quede recuperandome, las doctoras y las personas que venían a verme, mostraban algo de respeto por lo que había hecho. Ahora que lo pienso, Hatice nunca vino a verme, y nunca supe el porqué. Al recuperarme, fui a los aposentos de Hatice pero ella nunca estuvo.

 Por más que el Sultán haya dicho que cuando me recupere vaya a sus aposentos, no puedo ir asi como asi, El tiene que llamarme y acordarse, Sin embargo después de lo que pasó parece haberse olvidado de mí completamente.

Este sultán... pensaba, es tan distraído, tan curioso, aveces parece tan hombre y otras veces tan inocente. Pero ningún  sultán es inocente, y en el harem todas lo sabemos.

Otra vez más volvió la Madre sultana Halime a buscar alguna concubina. De verdad esta vez no me voy a ilusionar, no espero que me elija, seguramente elija a una de las chicas nuevas que vienen de rusia. Son rubias de ojos claros, acá y en la china, eso es mas bonito.

-Muchacha...- Dijo la sultana Halime, mientras yo seguía mirando al suelo pensando "¿A quién habrá elegido?" -MUCHACHA!- Gritó y levante mi rostro porque realmente me asuste. -¿Acaso no escuchas cuando te hablo?- Dijo enojada -Disculpe sultana- Dije sin más, No podía decirle "Creí que hablaba con otra". -Eres muy bonita, no te había visto antes, ¿Cuál es tu nombre?- Dijo la sultana mirándome de arriba a abajo. - Mi nombre es Naomi,sultana- La sultana me miro unos segundos más, se dio la vuelta y se fue.

Decepcionada segui haciendo lo que estaba haciendo, creí que me mandaría a los aposentos del sultán sin embargo solo me miro y se fue, creo que no le agrado que no la haya escuchado.


Al otro día, la señorita safiye me mando a llamar, dijo que la sultana halime me estaba llamando y que debía ir a sus aposentos. A la vez pensé en que no podría haberle caído tan mal que no la escuchara como para matarme, no lo creo, pero existe la posibilidad.

Así que fui, despacio y sin prisa ya que estaba algo nerviosa, pero a la vez temía que también le molestara que tardase mucho.

Al llegar estaba ella sentada en algo así como un sillón rojo, adornado con joyas y ella estaba sentada como toda una reina. Su rostro brillaba con la luz de las gemas, y por la luz que entraba desde un ventanal gigante que estaba justo arriba de aquel sillón precioso.

-Ven niña, siéntate. - Dijo después de que hiciera la reverencia. Me senté como ordeno y preste atención – Mira te llame para decirte que eres muy afortunada, veo en tus ojos grandeza, la última vez que la vi, la había visto en los ojos de la gran sultana Hurrem. - Al decir eso, recordé la novela que estaba viendo con mi madre y caí en la conclusión que estoy en el año 1600 o por esos años.

Yo seguía mirando al suelo, pero de a ratos levantaba la mirada para ver su sorprendente rostro bello. – Desde hoy, te enseñare personalmente y dedicare mucho tiempo en ti, me gustaría que dieras a luz un bello príncipe algún día. - Yo naturalmente me sorprendí mucho ya que no me creo bella como para que la sultana me aprecie tanto.

Yo lógicamente y obligadamente acepte su propuesta, aun así, no tenía manera de elegir si quería o no. Así que, desde ese día, la sultana me mantiene casi todo el día en sus aposentos, con algunas maestras personales, y hasta estilistas.











Diario de un palacioWhere stories live. Discover now