♥30 Capitulo♥ El viaje

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Vuelvo a mis aposentos.
—Elif... Prepara tus cosas.
—¿Porque? ¿Hice algo mal sultana? Disculpeme por favor no me eche del palacio...-Dice mientras comienza a llorar.
—No, no llores, no es eso, vamos a viajar juntas.
—...¿A dónde mí sultana?- se seca las lágrimas.
—Vamos a ver a tu familia.
—...¿Que...? - Se desmaya.
Llamamos a la doctora y ella vino rápidamente.
Al despertar se quedó pensativa.
—¿De verdad mí sultana? ¿De verdad me llevará a ver a mí familia?
Asiento y comienzo a preparar mis cosas.

Mientras tanto pienso en mí sultán.
¿Porque el es tan permisivo? Me permitió ir con ella, ¿No sé supone que las sultanas no pueden salir del palacio? Pero el me deja hacer lo que yo quiera.

Llevamos nuestras cosas y nos fuimos en barco junto a más sirvientas.
En el barco, Elif estaba temblando, caminaba nerviosa y me estaba estresando.
—¡Elif!
—Ay disculpe sultana, es solo que siento que moriré de nervios.
—Tranquila.
—Sultana... Disculpe mí curiosidad pero... ¿Y su familia?
Comencé a pensar en mí familia, me ponía triste no recordar sus rostros.
—Eh... No sé, no lo recuerdo.
Me di cuenta que mí rostro se oscurecio, mis gestos se volvieron tristes.
Ella lo noto y no pregunto más.

Llegamos a la isla, hermosa y calurosa, me hacía acordar a un bosque tropical o algo por el estilo.
Lleno de árboles y flores exóticas.
Elif caminaba y me mostraba el camino como una niña pequeña.
Estaba muy emocionada.
—Sultana... Allí es la casa donde nací.
—¿Ahi está tu familia?
—No, luego nos fuimos a vivir a otra casa.
Me llevo hasta la casa donde estaba su familia.

Me acerque y toque la puerta. Elif se quedó detrás con los guardias esperando.
Abren la puerta y era una señora muy mayor, muy parecida a Elif.
—Hola... ¿Quien es usted?- Dijo la señora.
Mire hacia atrás y le hice un gesto a Elif para que viniera hacia mí.

Elif miraba al suelo, no miraba a la señora.
—...¿Lucía?- Se escucho levemente con voz melancolíca.
Elif elevó la mirada y vio a la señora.
—...Madre...- comenzó a llorar y abrazo a su madre.
Ambas lloraban.
Fue una de las escenas más emotivas de toda mí vida.

Comencé a llorar, recordando a mí mamá, no deje que ellas lo notarán.
—¿Y papá?
—El te espero hasta su último día...
Llegaron dos niñas pequeñas corriendo.
—Ellas son...?
—Son tus sobrinas, ahí viene tu hermana.
Estuvimos con toda la familia, tomamos te de hierbas y le contamos que había sucedido.

—Ah... ¿Usted es una sultana entonces?
Asiento y explicó que Elif es mí sirvienta.
Elif estaba tan alegre que me hacía feliz.
Si pudiera también viajaría al futuro y veria a mí familia al menos una vez más.

Era hora de volver, lo entendió y les dejamos una buena cantidad de oro para que estén bien. A su vez ellos le dieron recuerdos.
Volvimos, tardamos más que al ir.

Al llegar ella me agradeció de muchas formas, llorando y riendo.
Y volví a mis obligaciones de siempre.
Sin embargo ella se veía más feliz y hacia mejor las cosas.
Para mí fue un buen paseo, una forma de distraerme o vacaciones.
Mí sultán estaba contento de que lo haya disfrutado, él dice que confía más en mí que en el mismo.

Varios días habían pasado y el rostro de Elif se iba entristeciendo.
Yo creí que era porque extrañaba a su familia pero al parecer había algo más que la ponía de ese modo.
De todas formas ella no me quiso contar y hacia de cuenta que estaba bien.
Gulsa simplemente miraba atenta a todo y aveces me hacía algún gesto, como advirtiendome.
¿Como una muchacha tan dulce, sería un peligro? No tiene sentido.

Era hora de tomar un baño, mí sultán me quería en sus aposentos está noche.
Me levanté de mí asiento y le dije a Elif que venga conmigo.
En el camino hacia los baños, escuché que Elif rompe en llantos.
Al darme vuelta, estaba ella, arrodillada en el suelo, llorando literalmente desconsoladamente.
—¿Que sucede Elif? Has estado actuando así hace meses, ahora lloras... Y no quieres decirme que sucede.
—Mi... Sultana... Lo siento realmente lo siento, yo... Solo seguía...
Observé su mano, y tenía un objeto brillante que no podía distinguir, porque su ropa tapaba gran parte de el.

Diario de un palacioWhere stories live. Discover now